El estudio de las transiciones ópticas en anillos cuánticos (QR) con un potencial de doble pozo ha revelado comportamientos peculiares cuando estos sistemas interactúan con radiación electromagnética. En particular, el análisis se enfoca en las transiciones radiativas intra-banda y cómo la simetría del anillo cuántico influye en las reglas de selección óptica, permitiendo o restringiendo ciertos tipos de transiciones entre los estados electrónicos. Estos fenómenos se describen utilizando el método de la aproximación de WKB (Wentzel-Kramers-Brillouin) y la teoría de perturbaciones, los cuales proporcionan una descripción adecuada de la separación de energías entre los estados cuánticos bajos y excitados, así como de la naturaleza de las transiciones ópticas.

La separación entre el estado base y el primer estado excitado, dependiendo del parámetro de confinamiento β\beta, se calcula mediante el modelo de potencial cuántico adaptado a coordenadas angulares. Este fenómeno muestra cómo, a medida que se aumenta β\beta, la separación de energías se comporta de manera no lineal, primero disminuyendo y luego aumentando a medida que las barreras potenciales del anillo cuántico restringen más las energías de los estados. En el límite de alta β\beta, los estados cuánticos se describen de manera más precisa como combinaciones de los estados fundamentales del oscilador armónico, localizados en pozos individuales, y la energía de separación entre estos estados se ve afectada por el efecto de tunelización, el cual se describe mediante la aproximación de WKB.

Este comportamiento cuántico se ve modificado por el parámetro γ\gamma, el cual influye en la repulsión entre los primeros estados excitados y el estado base. A medida que γ\gamma aumenta, las interacciones de los estados cuánticos se modifican, llevando a una variación compleja en la separación energética. Cuando solo el estado base está confinado, se observa inicialmente una disminución en la separación de energías con respecto a β\beta, pero cuando los primeros estados excitados son confinados por las barreras de mayor potencial, el término cos(φ)\cos(\varphi) en el potencial actúa como una repulsión entre los dos primeros niveles de energía, lo que lleva a un comportamiento no monotónico en la separación de energías.

En cuanto a las transiciones ópticas, cuando se considera radiación linealmente polarizada incidente sobre el anillo cuántico, las reglas de selección de transiciones dipolares dictan que solo las transiciones entre estados de paridad opuesta son permitidas. Sin embargo, en el caso de los anillos cuánticos con geometría específica y simetría axial, se observa que las transiciones entre el estado base y el segundo estado excitado son posibles, una característica que difiere de lo que se esperaría en estructuras heteroestructuradas de pozos cuánticos. Esta peculiaridad se debe a la simetría rotacional del sistema y la degeneración del primer estado excitado, lo que permite que el sistema no solo mantenga transiciones entre estados de paridad opuesta, sino también entre estados con momentos angulares que difieren en unidades no convencionales.

Cuando se perturba el anillo cuántico con un potencial de doble pozo, la simetría axial que originalmente permite la degeneración de los primeros estados excitados se ve alterada, separando los estados según la forma de la función de onda que describe su distribución espacial. La función de onda asociada al estado sin(φ)\sin(\varphi), que tiene nodos centrados en las barreras potenciales, se ve menos influenciada por la perturbación y permanece como el primer estado excitado. Por el contrario, la función de onda asociada al estado cos(φ)\cos(\varphi), con extremos en las barreras, se ve repelida por estas y se convierte en el segundo estado excitado. Esto es un claro ejemplo de cómo la interacción con un campo electromagnético puede cambiar la estructura de energía de un sistema cuántico, modificando las reglas de selección de transiciones ópticas.

Es importante comprender que las transiciones ópticas en sistemas cuánticos no solo dependen de la geometría del sistema, sino también de cómo los diferentes parámetros del potencial afectan las funciones de onda y la degeneración de los estados. Además, los resultados de las aproximaciones utilizadas (tanto WKB como perturbación) muestran que a medida que se incrementan ciertos parámetros, como β\beta o γ\gamma, las energías de los estados cuánticos se redistribuyen, lo que puede alterar significativamente las transiciones ópticas posibles. La comprensión de estos efectos es crucial para aplicaciones en las que se explotan las propiedades ópticas de los anillos cuánticos, como en la creación de dispositivos optoelectrónicos y en la manipulación de estados cuánticos para la computación cuántica.

¿Cómo se modelan y caracterizan las propiedades físicas y electrónicas de los anillos cuánticos autoorganizados de InAs/GaAs?

El análisis detallado de los anillos cuánticos (QRs) autoorganizados en sistemas InAs/GaAs revela una compleja interacción entre la composición química, la morfología estructural y las propiedades electrónicas. Los perfiles aparentes de altura en dirección de crecimiento ([001]) muestran una doble concentración de indio, indicando heterogeneidades internas que influyen en el comportamiento electrónico. Imágenes de topografía obtenidas por Microscopía de Fuerza Atómica (AFM) en planos específicos (11̄0) y (110) evidencian una relajación superficial característica, provocada por el desajuste del 7% entre las redes cristalinas de InAs y GaAs, fenómeno que afecta directamente la distribución del indio dentro de la capa InGaAs integrada en una matriz de GaAs infinita.

El modelado del anillo cuántico se realiza considerando una capa InGaAs de espesor variable, cuya geometría se describe mediante funciones que dependen de coordenadas radiales y angulares, incorporando anisotropías específicas para representar deformaciones reales observadas experimentalmente. Estas deformaciones se traducen en parámetros geométricos —como la altura en el centro y en el borde del anillo, así como las pendientes internas y externas— que se ajustan a datos de relajación superficial obtenidos con AFM. La concentración de indio promedio en estos modelos es aproximadamente del 55%, y es un factor clave para definir las propiedades electrónicas del sistema.

Desde un punto de vista electrónico, los estados de un solo electrón en los anillos se modelan mediante Hamiltonianos que incorporan la influencia del campo magnético externo, las variaciones del potencial debido a la composición química (InGaAs con x variable), y las modificaciones debidas a la deformación mecánica (strain) de la estructura. La tensión genera desplazamientos en los bordes de banda, descritos mediante parámetros específicos para electrones y huecos pesados, mientras que la polarización piezoeléctrica, resultante de las tensiones de cizalladura, introduce un potencial adicional. Las propiedades dieléctricas relativas de los materiales también son esenciales para modelar con precisión esta contribución.

La aproximación adiabática se emplea para resolver las ecuaciones de Schrödinger, separando las variables rápidas (cuantización a lo largo del eje vertical z) de las lentas (movimiento en el plano xy). Los potenciales adiabáticos resultantes muestran una forma característica de doble mínimo, lo que implica que el sistema puede comportarse como dos puntos cuánticos acoplados. Este detalle es crucial para entender el confinamiento del electrón y la ausencia o presencia de corrientes persistentes. De hecho, la estructura no es un anillo idealmente conectado doblemente, sino una estructura con conectividad sencilla, cuya naturaleza no garantiza automáticamente estados electrónicos análogos a los de un anillo ideal.

Los cálculos numéricos basados en elementos finitos, apoyados en la teoría de elasticidad, permiten simular la relajación de la superficie y el perfil de potencial resultante para un QR realista, mostrando cómo la tensión disminuye la profundidad del pozo de potencial para el electrón. Aunque la influencia del potencial piezoeléctrico es limitada en las direcciones principales x y y, en la diagonal (x=y) su efecto es más notable, aunque no decisivo para el movimiento electrónico en el plano.

El entendimiento detallado de estos modelos es fundamental para interpretar las características observadas en experimentos de fotoluminiscencia, donde un pico único con un ancho de línea específico indica una distribución unimodal en el tamaño de los nanostructuras y un bajo nivel de dispersión. La correlación entre la composición, morfología, y propiedades electrónicas no solo permite la caracterización sino que también abre la puerta a la ingeniería precisa de estas nanostructuras para aplicaciones en dispositivos cuánticos.

Es esencial comprender que las propiedades de los anillos cuánticos no son producto únicamente de su geometría, sino de la compleja interacción entre el crecimiento autoorganizado, la tensión mecánica, la composición química, y las fuerzas internas como la piezoelectricidad. Además, las simulaciones y modelos deben considerar estos factores de manera integral para predecir y diseñar las propiedades electrónicas con precisión. La descripción del confinamiento electrónico mediante potenciales adiabáticos y la inclusión de campos magnéticos externos permite un análisis profundo de fenómenos cuánticos fundamentales, como la cuantización de energía, efectos de espín y la magnetización, que son relevantes para futuras aplicaciones en nanoelectrónica y computación cuántica.