Uno de los problemas más comunes en la regresión es la multicolinealidad. Este fenómeno ocurre cuando hay una fuerte correlación entre las variables predictoras, lo cual complica la interpretación de los coeficientes de un modelo. En un modelo de regresión, el objetivo es entender la relación entre las variables independientes y la variable dependiente. Un coeficiente de regresión nos indica cuánto cambia la variable dependiente al incrementar una unidad de la variable independiente correspondiente, manteniendo las demás constantes. Sin embargo, cuando las variables independientes están altamente correlacionadas, la interpretación de este coeficiente se vuelve difusa, ya que pequeños cambios en un coeficiente se propagan a los coeficientes de las variables correlacionadas. Esto puede resultar en coeficientes extremadamente grandes o inestables.

Además, debido a esta correlación, la capacidad de estimar la importancia de las características también se ve afectada, ya que una característica importante puede parecer irrelevante si tiene una relación colineal con otras. Para detectar la multicolinealidad, se utilizan métodos como el Factor de Inflación de la Varianza (VIF), el cual mide cómo se incrementa la varianza de un coeficiente estimado debido a la correlación entre las predictores. Un VIF superior a 10 suele ser un indicativo de que la multicolinealidad es un problema serio y debe abordarse.

Una forma de evitar este tipo de problemas es la regularización, que busca prevenir el sobreajuste del modelo al simplificarlo y permitir que generalice mejor a nuevos datos. Hay diversas técnicas de regularización, como la regresión Lasso, la regresión Ridge y el Elastic Net. Estas técnicas no solo ayudan a reducir la complejidad del modelo, sino que también favorecen la selección de las características más relevantes al reducir o incluso eliminar características no informativas.

En la regresión Lasso (Least Absolute Shrinkage and Selection Operator), se añade una penalización basada en la norma L1 de los coeficientes, lo que fuerza a algunos coeficientes a volverse exactamente cero, eliminando efectivamente aquellas variables que no aportan valor. Por otro lado, la regresión Ridge usa la norma L2, que penaliza los coeficientes grandes, pero no los reduce a cero. Esto ayuda a reducir la magnitud de los coeficientes y puede mejorar la estabilidad del modelo, pero sin eliminar ninguna variable.

El Elastic Net combina ambas penalizaciones, L1 y L2, permitiendo que el modelo aproveche lo mejor de ambos métodos, lo que es particularmente útil cuando se tienen muchas características correlacionadas y se necesita una mayor flexibilidad en la selección de variables.

Otro desafío importante en el uso de modelos de regresión es la suposición de linealidad. Los modelos lineales asumen que la relación entre las variables predictoras y la variable dependiente es lineal. Esto implica que un cambio en el valor de una variable predictora resulta en un cambio constante en la predicción. Si los datos no cumplen con esta suposición de linealidad, el modelo lineal no podrá ajustarse correctamente, lo que llevará a errores de predicción y a una pobre generalización a nuevos datos.

Para comprobar la linealidad de un modelo, se pueden graficar las predicciones frente a los valores reales o los residuos del modelo. Si los puntos están distribuidos simétricamente a lo largo de una línea diagonal o horizontal, se puede asumir que la suposición de linealidad se cumple. En caso contrario, se puede aplicar el test estadístico de Harvey-Collier para verificar la linealidad.

Cuando los datos no son lineales, no es necesario abandonar los modelos lineales. En su lugar, se puede transformar el espacio de características de manera no lineal y luego aplicar un modelo lineal a estos datos transformados. Esto se logra mediante técnicas de transformación polinómica, que crean nuevas características combinando los valores originales de las variables predictoras de manera no lineal. Por ejemplo, si se tiene un par de variables, estas pueden ser elevadas a potencias, o bien combinarse entre sí (como a*b, a^2, b^2), creando interacciones que capturan la relación más compleja entre ellas.

Aunque este tipo de transformaciones aumenta la flexibilidad del modelo, también puede resultar en una explosión combinatoria de características, lo que aumenta el riesgo de sobreajuste y de una mayor carga computacional. Para evitar estos problemas, se debe aplicar la transformación de características antes de examinar los datos, basándose en la cantidad de puntos de datos disponibles o en el conocimiento previo de que existe una relación intrínseca no lineal entre las variables de entrada y la salida.

Es importante tener en cuenta que las transformaciones de características deben ser elegidas sin "espiar" los datos, es decir, sin haber examinado previamente el conjunto de entrenamiento. Al hacerlo, evitamos el denominado "data snooping", que consiste en hacer elecciones que se basan en los resultados observados en los datos de entrenamiento, lo que puede llevar a un modelo sobreajustado.

¿Cómo influye la generación de conformadores en la calidad de los descriptores moleculares?

El algoritmo de suavizado de los límites triangulares se aplica para asegurar que los límites superior e inferior de las distancias entre los pares de átomos cumplan con la desigualdad triangular. Este algoritmo recorre todos los tripletas de átomos y ajusta los límites de las distancias entre los pares para que la desigualdad triangular se satisfaga, es decir, la suma de las longitudes de cualquier par de lados de un triángulo debe ser mayor que la longitud del tercer lado. Este ajuste es fundamental para garantizar que la geometría molecular se mantenga coherente, permitiendo una representación más precisa de las distancias interatómicas en las moléculas.

A continuación, se genera una matriz de distancias aleatorias que cumple con las restricciones geométricas del matriz de límites suavizados. Diferentes matrices de distancias aleatorias corresponden a diferentes conformadores. Un conformador se puede considerar como una representación específica de una molécula en un espacio tridimensional. Al usar esta matriz aleatoria de distancias, se producen las coordenadas 3D de cada átomo. Sin embargo, la geometría 3D resultante de un conformador puede no ser ideal, con longitudes de enlaces y ángulos torsionales que se desvían de los valores óptimos, lo que puede dar lugar a choques estéricos y estructuras tensadas. En estos casos, el conformador debe ser “limpiado” mediante la optimización de su geometría 3D de acuerdo con un campo de fuerza.

Un campo de fuerza es un conjunto de funciones matemáticas y parámetros que describen las interacciones entre los átomos de una molécula, tales como la extensión de enlaces y las rotaciones torsionales. Originalmente, RDKit aplicaba un campo de fuerza basado únicamente en la geometría de distancias, según las restricciones definidas en la matriz de límites de distancias. Sin embargo, los desarrolladores de RDKit descubrieron un mejor rendimiento utilizando el campo de fuerza ETKDG, que tiene en cuenta las torsiones experimentales derivadas de la base de datos estructural de Cambridge (ET) y términos de conocimiento (K), como anillos aromáticos planos y enlaces triples lineales, con el fin de corregir los resultados de los métodos de geometría de distancias (DG). Este enfoque mejora significativamente la calidad de los conformadores generados, permitiendo que se utilicen sin necesidad de una minimización adicional de energía mediante campos de fuerza extra, aunque se demuestra cómo aplicar el Campo de Fuerza Universal (UFF) para optimizar aún más las conformaciones.

La generación de conformadores, a través de herramientas como RDKit, permite realizar un análisis exhaustivo de la estructura 3D de los compuestos. Sin embargo, no todas las estructuras obtenidas son de baja energía, y muchas pueden tener altos niveles de energía debido a diversas tensiones. Una estructura tensada se refiere a una molécula que posee una energía potencial inusualmente alta, resultado de interacciones desfavorables entre los átomos, lo que conlleva a la inestabilidad de la molécula. El estrés en una molécula puede ser causado por varios factores, como el choque estérico, que ocurre cuando los componentes moleculares se acercan demasiado entre sí, generando interacciones repulsivas. También puede ocurrir estrés angular cuando los ángulos de enlace se desvían de sus valores óptimos, aumentando la energía potencial de la molécula. El estrés torsional surge cuando la rotación alrededor de un enlace se ve dificultada debido a interacciones estéricas o la presencia de otros grupos en la molécula, forzando a la molécula a adoptar una conformación menos favorable.

Además, el estrés en estructuras cíclicas, conocidas como tensión en anillos, se presenta cuando los ángulos de enlace y longitudes de enlace se ven restringidos por la estructura cíclica. Los anillos con tamaños inusuales o formas no planas, como los anillos pequeños o los anillos no planarios, pueden exhibir una tensión significativa.

En cuanto al cálculo y agregación de descriptores, se ha ramificado cada ligando en estados potenciales de protómeros y conformadores, donde se pueden calcular descriptores para cada estado. Sin embargo, para obtener una representación global y precisa de un ligando, es necesario agregar los descriptores de todos sus protómeros y sus conformaciones. La determinación del vector final de descriptores para un ligando se lleva a cabo mediante un promedio ponderado de Boltzmann, formalizado en una ecuación matemática que tiene en cuenta la energía de cada conformador y su temperatura relativa.

El proceso de agregación de descriptores es crítico para obtener una representación adecuada de las propiedades moleculares, ya que cada conformador de un ligando puede tener características únicas que, al combinarse, proporcionan una visión más precisa y robusta del comportamiento global de la molécula. Este enfoque no solo mejora la precisión de los modelos, sino que también permite incorporar la variabilidad inherente a los conformadores. Es importante destacar que la variabilidad de los descriptores 3D entre conformadores puede ser considerable, lo que subraya la relevancia de considerar todos los conformadores posibles al evaluar las propiedades de una molécula. La variabilidad en los descriptores 3D puede ser clave para predecir la interacción de las moléculas con otros compuestos y, en última instancia, para su diseño y optimización en aplicaciones farmacéuticas o de materiales.

¿Cómo el Aprendizaje Profundo Está Revolucionando el Descubrimiento de Medicamentos Antivirales?

El descubrimiento de fármacos antivirales efectivos contra el SARS-CoV-2 ha sido una prioridad desde el inicio de la pandemia. Una de las principales áreas de enfoque ha sido la inhibición de la proteasa principal (Mpro) del virus, un objetivo clave para bloquear la replicación viral. La inhibición de Mpro impide la reproducción del virus, y ejemplos exitosos de tratamientos clínicos como el Paxlovid y el Ensitrelvir han demostrado la viabilidad de este enfoque. En este contexto, el proyecto "COVID Moonshot" ha utilizado técnicas avanzadas de cribado de alto rendimiento (HTS) para evaluar miles de compuestos en cuanto a su capacidad para inhibir Mpro. Esta campaña ha sido una colaboración global que involucró la recopilación de más de 18,000 diseños de compuestos, de los cuales más de 2000 fueron sintetizados y evaluados a través de pruebas de HTS y experimentos de cristalografía para determinar su estructura y viabilidad.

El enfoque del "COVID Moonshot" fue sumamente innovador, al optimizar compuestos prometedores mediante ciclos iterativos de diseño, síntesis y pruebas. Un aspecto crucial para evaluar la efectividad de estos compuestos es la medición del valor IC50, que indica la concentración necesaria para inhibir el 50% de la actividad proteica. Idealmente, los compuestos deberían ser eficaces a concentraciones bajas para evitar interacciones no deseadas con otras proteínas del organismo.

Sin embargo, más allá de la simple búsqueda de compuestos inhibidores, la integración de técnicas avanzadas de aprendizaje profundo está emergiendo como una herramienta poderosa en la identificación y optimización de medicamentos antivirales. En particular, el aprendizaje profundo permite procesar grandes volúmenes de datos para identificar patrones complejos que los métodos tradicionales no pueden captar, lo que lo convierte en una solución prometedora en la lucha contra el COVID-19 y otras infecciones virales.

A medida que el uso de redes neuronales y otras técnicas de aprendizaje profundo se expande en el descubrimiento de medicamentos, una de las áreas clave de aplicación es el análisis de las interacciones entre ligandos y proteínas. El aprendizaje profundo, a través de plataformas como PyTorch, ofrece una forma de modelar estas interacciones de manera más precisa, previendo los valores de actividad (como el pIC50) de los compuestos frente a objetivos específicos, como los de la familia de las quinasas. Estos modelos no solo ayudan a prever la eficacia de un compuesto, sino que también optimizan la selectividad y afinidad de los fármacos hacia su objetivo, minimizando posibles efectos secundarios.

Los quinasas, como enzimas clave en numerosas rutas celulares, son objetivos frecuentes en el diseño de medicamentos, especialmente en el tratamiento de enfermedades como el cáncer y trastornos inflamatorios. La inhibición de quinasas puede alterar la función celular, bloqueando o activando señales bioquímicas cruciales. Sin embargo, la selectividad es un reto constante, ya que las quinasas comparten un sitio de unión a ATP altamente conservado, lo que puede llevar a la promiscuidad de los fármacos y efectos fuera del objetivo. Aquí, el aprendizaje profundo puede proporcionar una ventaja al predecir la interacción específica de los fármacos con las quinasas y otros objetivos, mejorando la precisión en la predicción de posibles terapias.

Es relevante señalar que, aunque la mayoría de los enfoques de inteligencia artificial (IA) se han centrado históricamente en las enzimas, existen otros objetivos farmacológicos que presentan un gran potencial, aunque más complejos. Entre ellos se encuentran los receptores acoplados a proteínas G (GPCR), los canales iónicos regulados por ligandos (LGIC) y los receptores de tirosina quinasa (TKLR), que, aunque más desafiantes, ofrecen oportunidades para el desarrollo de nuevos medicamentos terapéuticos.

Los LGIC, que permiten el paso de iones a través de la membrana celular, son cruciales para las respuestas neuronales rápidas, mientras que los GPCR funcionan como canales de comunicación celular, desencadenando respuestas intracelulares a partir de señales extracelulares. La complejidad de estas rutas de señalización requiere enfoques avanzados de modelado, como los proporcionados por el aprendizaje profundo, para predecir las interacciones de los fármacos con estos complejos sistemas.

El uso de herramientas como PyTorch y otros marcos de aprendizaje profundo representa un avance importante en la aplicación de la IA para el descubrimiento de fármacos, ya que permite abordar problemas complejos como las interacciones proteína-ligando y la predicción de la eficacia y seguridad de nuevos compuestos. La integración de estas tecnologías, junto con los avances en la síntesis y evaluación experimental de compuestos, abre la puerta a nuevas estrategias terapéuticas contra infecciones virales y enfermedades crónicas.

El progreso en este campo no solo está orientado a mejorar la rapidez y la eficiencia en la identificación de nuevos fármacos, sino también a reducir los costos y la incertidumbre asociados con el desarrollo de medicamentos. A medida que las plataformas de aprendizaje profundo se perfeccionan, se espera que estos enfoques sigan evolucionando, permitiendo un descubrimiento de fármacos más preciso y dirigido, optimizando tanto la eficacia como la seguridad.

¿Cómo puede el aprendizaje activo mejorar el descubrimiento de fármacos mediante el uso de docking molecular?

En el ámbito del descubrimiento de fármacos, uno de los mayores retos radica en la enorme cantidad de compuestos químicos potenciales que existen y la imposibilidad de probar todos ellos debido a limitaciones de tiempo y recursos. Tradicionalmente, las técnicas de docking molecular permiten evaluar las interacciones de las moléculas con posibles sitios activos en una proteína, estimando su afinidad de unión. Sin embargo, a medida que las bibliotecas de compuestos para síntesis a demanda crecen exponencialmente, esta estrategia de análisis se vuelve inviable, incluso con recursos de computación de alto rendimiento. Aquí es donde entra en juego el aprendizaje activo, una metodología que optimiza el proceso de selección de compuestos para su evaluación mediante docking.

El aprendizaje activo permite abordar este desafío utilizando modelos de aprendizaje automático para predecir las afinidades de unión de la mayoría de los compuestos, lo que facilita concentrar los recursos computacionales en los candidatos más prometedores y reducir la prioridad de moléculas que no valdría la pena sintetizar. Este enfoque forma parte de una estrategia de aprendizaje iterativo, donde el modelo mejora progresivamente al seleccionar muestras informativas de un conjunto grande de datos no etiquetados, en lugar de entrenarse pasivamente con un conjunto de datos predefinido.

El proceso de aprendizaje activo se puede entender mediante una analogía simple. Imaginemos a un joven chef que desea crear la tarta de manzana perfecta. A pesar de que existen más de 7.500 variedades de manzanas en todo el mundo, solo tiene recursos para probar 20. ¿Cómo debería seleccionar las variedades para garantizar que logre la mejor combinación de sabores y texturas? Podría optar por seleccionar 20 manzanas al azar, pero eso podría llevarlo a probar variedades similares y perderse de algunas opciones importantes. El aprendizaje activo ofrece un enfoque más estratégico: primero, selecciona algunas variedades claramente distintas (como la manzana dulce Red Delicious o la ácida Granny Smith) y las prueba para evaluar sus efectos sobre la tarta. Posteriormente, en base a esos primeros resultados, ajusta su selección hacia variedades que podrían aportar información adicional relevante, como aquellas con texturas más firmes o con un sabor más equilibrado.

En el contexto del descubrimiento de fármacos, un proceso similar se aplica a las grandes bases de datos de compuestos químicos. Empezamos con una pequeña muestra de compuestos, que se somete a pruebas de docking molecular para estimar las afinidades de unión con las proteínas objetivo. Estos resultados alimentan un modelo de aprendizaje automático, que predice las afinidades de los compuestos no probados. A partir de ahí, se seleccionan nuevos compuestos para evaluar basándose en su capacidad para mejorar el modelo. Esta iteración continua permite mejorar la eficiencia del proceso, ya que se van priorizando aquellos compuestos que ofrecen la mayor cantidad de información nueva para el modelo, sin necesidad de evaluar todos los compuestos posibles.

El aprendizaje activo no solo es útil en el ámbito farmacéutico. Cualquier escenario donde se disponga de grandes volúmenes de datos no etiquetados y sea costoso o impráctico etiquetar todos los datos puede beneficiarse de esta técnica. Por ejemplo, en tareas de clasificación de imágenes o análisis de datos biológicos, donde etiquetar grandes cantidades de datos sería demasiado costoso o demandante en términos de tiempo, el aprendizaje activo permite seleccionar de manera inteligente los ejemplos más informativos que deberían ser etiquetados, mejorando así la precisión del modelo con un número mínimo de ejemplos.

Una parte fundamental de esta metodología es el modelo sustituto de aprendizaje profundo utilizado para predecir las afinidades de unión. Este modelo se entrena utilizando redes neuronales profundas que aprenden a partir de representaciones moleculares, como las huellas dactilares de Morgan, que permiten describir las estructuras moleculares de manera eficiente. A través de este enfoque, se logra una predicción más rápida y precisa de las interacciones moleculares, lo cual es esencial cuando se tiene un espacio químico vasto para explorar pero recursos limitados para evaluarlo en su totalidad.

El modelo de aprendizaje profundo implementado para este fin, como el que se muestra en el código de la sección anterior, es una red neuronal simple pero eficaz, con tres capas completamente conectadas. Esta arquitectura permite procesar las huellas dactilares moleculares y predecir las puntuaciones de docking, facilitando la identificación de los compuestos más prometedores sin la necesidad de realizar exhaustivas simulaciones de docking para todos los compuestos.

A medida que el proceso de aprendizaje activo avanza y el conjunto de datos etiquetados crece, el modelo sustituto se va ajustando, reduciendo la incertidumbre y mejorando la selección de los compuestos más prometedores. A pesar de que inicialmente el número de compuestos evaluados es pequeño, el modelo es capaz de hacer predicciones precisas sobre una gran parte del espacio químico, permitiendo que se reduzca el número de pruebas experimentales necesarias y, por lo tanto, los costos y el tiempo de desarrollo.

Para situaciones en las que los recursos son limitados, como ocurre en el descubrimiento de nuevos fármacos, el aprendizaje activo representa una forma poderosa de abordar grandes problemas de datos de manera eficiente. El modelo sustituto, que predice las afinidades de unión a partir de un pequeño conjunto de datos etiquetados, permite realizar exploraciones mucho más profundas del espacio químico sin necesidad de realizar docking para cada molécula, optimizando así los recursos computacionales y acelerando el proceso de descubrimiento.

¿Cómo la gestión de experimentos mejora el diseño de fármacos basado en estructura mediante aprendizaje activo?

El diseño de fármacos basado en estructura es una disciplina que requiere precisión y eficiencia en la predicción de afinidades de unión entre moléculas. En este contexto, las plataformas de aprendizaje activo han demostrado ser esenciales al mejorar el rendimiento de los modelos predictivos sin necesidad de someter a un proceso costoso y largo de evaluación exhaustiva de todas las moléculas de una base de datos. Las métricas clave de rendimiento, como la progresión del mejor puntaje de acoplamiento, la capacidad del modelo para identificar moléculas de alto puntaje y la disminución de la pérdida de entrenamiento a lo largo de las iteraciones, revelan la eficacia de estos enfoques.

El uso de aprendizaje activo en el diseño de fármacos permite refinar progresivamente las predicciones y reducir los requisitos computacionales. Las métricas observadas durante este proceso incluyen la disminución continua del puntaje de acoplamiento hasta alcanzar aproximadamente -10.5 kcal/mol, lo que indica una mejora en las predicciones de afinidad de unión. Al mismo tiempo, la proporción de moléculas de alto puntaje identificadas aumenta, acercándose al 80%. Esta progresión, que muestra una mejora en la capacidad del modelo para identificar los compuestos más prometedores, resalta la importancia de este enfoque, que permite optimizar el proceso sin tener que evaluar exhaustivamente todo el espacio químico.

En la visualización del espacio químico en cada iteración, se observa cómo las moléculas seleccionadas para la evaluación de acoplamiento se distribuyen dentro de un espacio reducido, utilizando los primeros componentes principales. Sin embargo, es importante destacar que la varianza explicada de estos componentes principales no excede el 5%, lo que implica que esta representación es reductiva y podría mejorarse con métodos de visualización más complejos, como UMAP, para obtener una mejor comprensión de la diversidad química de las moléculas en estudio.

La gestión de experimentos es crucial en este tipo de estudios, donde la organización y el seguimiento adecuado de las iteraciones es fundamental para entender cómo afectan diferentes configuraciones al rendimiento final. Para esto, se utiliza una clase de gestión de experimentos (ExperimentManager), que organiza y facilita la ejecución de experimentos, el seguimiento de los resultados y la visualización de los mismos. La capacidad de este sistema para realizar estudios de ablation, eliminando o modificando componentes individuales, permite aislar el impacto de factores específicos en el desempeño general.

El manejo adecuado de las configuraciones experimentales, como la selección inicial de muestras, las funciones de adquisición y los tamaños de los lotes, permite un análisis exhaustivo y controlado. A través de barridos de parámetros y experimentos paralelos, se obtiene una visión clara de cómo cada componente influye en los resultados, lo que ayuda a determinar las configuraciones óptimas para la identificación de moléculas de alto rendimiento. Además, esta gestión facilita la comparación entre diferentes estrategias de aprendizaje activo, evaluando su eficiencia en la identificación de moléculas relevantes y su capacidad de adaptarse a nuevas iteraciones.

En el análisis de estrategias de aprendizaje activo, es fundamental evaluar la eficiencia de descubrimiento, la sensibilidad a los parámetros y las interacciones entre diferentes métodos de selección inicial y funciones de adquisición. Es evidente que ciertos enfoques combinados pueden ser más efectivos que otros, y las dinámicas de aprendizaje muestran cómo el rendimiento evoluciona a lo largo de las iteraciones. Por ejemplo, al comparar configuraciones que utilizan un número inicial de muestras diferente o presupuestos de iteración variados, se pueden observar diferencias significativas en la rapidez con que se encuentran las moléculas más prometedoras, lo que puede impactar directamente en la capacidad del modelo para refinar sus predicciones en las primeras etapas del proceso de aprendizaje.

Es importante que el lector comprenda que el aprendizaje activo no es un proceso estático; su éxito depende de la continua evaluación y ajuste de las variables involucradas. El uso de plataformas como TensorBoard, Weights & Biases o MLflow puede facilitar el seguimiento y la visualización de experimentos complejos, mientras que herramientas como Hydra pueden simplificar la configuración de experimentos y la gestión de parámetros. Además, el concepto de "curvas de aprendizaje" es clave para evaluar cómo las estrategias de aprendizaje activo impactan en la identificación de moléculas útiles a lo largo del tiempo. Las interacciones entre diferentes componentes, como la función de adquisición y el método de selección inicial, pueden determinar qué tan eficaz es un modelo en identificar compuestos de alto rendimiento, lo que resalta la necesidad de realizar análisis detallados para mejorar los resultados.