V. A. ZHUKOVSKI

CANTOR EN EL CAMPAMENTO DE LOS GUERREROS RUSOS
Alabado sea, nuestro Vikhór-atamán,
Jefe de los invulnerables, ¡Platov!
Tu encantada soga
Es tormenta para los enemigos.
Como un águila retumbas por las nubes,
Como lobo recorres el campo,
Vuelas con temor tras las líneas enemigas,
Les silbas calamidad en los oídos;
Ellos solo hacia el bosque —el bosque vivió,
Los árboles lanzan flechas;
Ellos solo hacia el puente —el puente desaparece;
Solo hacia las aldeas —las aldeas flamean.

K. F. RYLIÉEV

PARTISANOS
En el bosque espeso, en un claro
Se sienta la partida de jinetes.
Toda la comarca en bruma gris;
Alrededor ruge el viento otoñal,
Hacia la luna tenue a veces
Se abalanzan densas nubes;
Se hinchó el río negro,
Y relámpagos brillan a lo lejos.
Capas colgadas como tienda
En las picas, clavadas en la tierra;
Campamentos en la penumbra nocturna,
Alrededor hogueras encendidas;
Entre ellos, a montones, los bravos:
Jahtirianos, bugaces y doneses.
Festín de jinetes audaces,
Tras un atrevido ataque realizado;
Las preocupaciones de la guerra son arduas,
Pero ruidoso y alegre su alojamiento nocturno;
Con charla viva acortan
Mutuamente la hora nocturna;
Reviven los asuntos de los caudillos
Conmemorándolos en recuerdo
Y despiertan al bosque sombrío y espeso
Con cantos alegres.

¡AY, Y POR QUÉ SE ALARMÓ EL EJÉRCITO?
¿Así pues por qué, o por qué
Nuestra pequeñuela tropa,
Pues ella, ¿se alarmó?
La tropa se alarmó,
Nuestra cosaca tropa,
Se alarmó en la noche oscura.
Como camina por la tropa
Nuestro atamanito,
¡Eh, camina, y él despierta:
«Ay, levantaos, despertad,
Mis cosacuitos,
¡Eh, levantad, despertad:
Bonaparte —mira, he aquí nuestro villano,
Mira, anda paseando,—
Ha herido y saqueado,
Ha saqueado, francés bárbaro,
¡Ha destruido toda la Moscú de piedra!»
¿No es la multitud como en el campo,
No, no es multitud, ella, en el campo limpio,
¿Y qué se ha ennegrecido en el campo?
Se ha ennegrecido este terruño,
Se ha arado este terruño,
Este terruño ruso,
No con cascos de caballos;
Pues está sembrado este terruño,
Este campo ruso,
No con semillas germinantes;
Pues está sembrado este terruño,
Este campo ruso,
¡Eh, con cabezas cosacas!
Este terruño está cercado,
Este campo ruso,
No con arados de roble;
Este terruño está cubierto,
Campo ruso,
Con el vistoso traje cosaco.
Y aquí nuestro atamanito
Recorre la tropa,
Recorre, él mismo la inspecciona;
Y él mismo, nuestro atamanito,
A sus cosacuitos
Con su palabra consuela:
«Como vosotros, mis cosacuitos,
Mis pobladores,
¡Eh, mis hijos, jovencitos!
Si Dios hubiera enviado,
¡Mis pobladores!, eh, nos enviara a atrapar al ladrón,—
Pues entonces, entonces,
Mis jovencitos,
¡Os bajaría sobre el tranquilo padre Don!»

PLATOV—COSACO
De sus corazones puros
Trenzaremos una corona para Platov.
Sobre su cabecita la pondremos,
Cantaremos las canciones nosotros mismos,
Cantaremos las canciones nosotros mismos,
De cómo vivimos en el ejército.
En la tropa hemos estado,
Recibimos víveres,
Recibimos víveres,
No conocíamos ninguna penuria.
Tenemos muchas balas —metralla,
No tenemos dónde guardarlas.
Nuestros comenzaron a disparar,
Solo humo se eleva en columnas,—¿Qué es ese sol rojo?,
No se ve en el humo,
En el ardor de los soldados.
No claro vuela el halcón —
El cosaco Platov cabalga,
Él por la loma, por la colina,
Él, sobre su caballo negro.
Pasó, galopó,
Dijo tres palabras:
«Vosotros, guerreros-cosacos,
Chicos desenfrenados!
Bebed sin medida
Vino verde,
Tomad sin cuentas
Del tesoro del soberano!»
Como no levanta polvo el campo
El francés con su ejército avanza,
A los generales amenaza: — Ya yo os pisotearé a todos,
Subiré a la Moscú de piedra,
Romperé el muro de piedra,
Romperé el muro de piedra,
Cambiaré todas las guardias,—Las guardias son fuertes,
Los relevos son escasos,