Los comparadores de lazo abierto se caracterizan por ser dispositivos con entradas diferenciales, donde la salida cambia de estado abruptamente en respuesta a las variaciones de la tensión de entrada. Sin embargo, uno de los problemas que surgen en estos dispositivos es la susceptibilidad a las fluctuaciones de la señal de entrada, lo que puede generar errores de conmutación indeseados. Este fenómeno puede ser mitigado mediante el uso de la histéresis, una técnica que mejora la estabilidad y precisión de la conmutación de los comparadores.
La histéresis se introduce en el comparador utilizando retroalimentación positiva, la cual ajusta el umbral de conmutación del comparador en función del estado anterior de la salida. Este comportamiento se observa en circuitos bistables que pueden adoptar dos estados estables: uno en el que la salida es VOH (voltaje de salida alto) y otro en el que la salida es VOL (voltaje de salida bajo). Para entender cómo se ajustan los puntos de conmutación, es necesario considerar dos situaciones de entrada.
En primer lugar, cuando la tensión de entrada es mucho menor que la tensión en la entrada positiva del comparador, la salida estará en el nivel VOL. A medida que aumenta, el punto de conmutación superior, , se alcanza cuando la tensión de y VOL en la entrada positiva del comparador se igualan a cero. Este proceso se expresa en la siguiente ecuación:
Donde y son los voltajes de salida alto y bajo, respectivamente. Como resultado, el punto de conmutación superior será positivo, dado que generalmente es negativo. Por otro lado, cuando es mucho mayor que la tensión en la entrada positiva, la salida estará en el nivel VOH. El punto de conmutación inferior, , se alcanza cuando la tensión en la entrada positiva es igual a cero, y se puede calcular como:
Es importante notar que la diferencia entre estos dos puntos de conmutación, conocida como el ancho de histéresis, está dada por la diferencia . Este ancho de histéresis asegura que el comparador no conmute erróneamente debido a pequeñas fluctuaciones de la señal de entrada. En términos generales, la histéresis mejora el rendimiento de los comparadores al ampliar el rango de tensiones en el que la salida permanece estable, evitando cambios indeseados causados por ruidos o variaciones menores en la señal de entrada.
Para mejorar aún más la precisión y controlar mejor los puntos de conmutación, se puede aplicar retroalimentación positiva externa. Esto implica insertar una batería de referencia, , que desplaza horizontalmente los puntos de conmutación. Este desplazamiento puede ajustarse de forma que los puntos de conmutación se encuentren centrados en torno a un valor deseado, lo que proporciona un control más preciso sobre el comportamiento del comparador.
Al introducir , las ecuaciones para los puntos de conmutación se ajustan de la siguiente manera:
y
Este ajuste permite que la histéresis se centre en torno al valor de , asegurando que la salida del comparador se mantenga estable en un rango específico de la señal de entrada.
Además de la retroalimentación positiva externa, algunos comparadores pueden implementar histéresis mediante retroalimentación interna. Esto se logra mediante una combinación de retroalimentación negativa y positiva, donde la retroalimentación negativa controla el comportamiento de la entrada diferencial, mientras que la retroalimentación positiva influye directamente sobre el punto de conmutación. En este caso, la relación entre los factores de retroalimentación positiva y negativa determina si se presenta o no histéresis. Si el factor de retroalimentación positiva es mayor que el negativo, se introduce histéresis en el comparador, lo que genera un comportamiento más robusto frente a ruidos y perturbaciones externas.
Al analizar la configuración de retroalimentación interna, se debe considerar la capacidad del comparador para cambiar de estado dependiendo de las tensiones de entrada en cada uno de los transistores. La cantidad de corriente que fluye a través de los transistores M1 y M2 determina el estado de la salida, mientras que la corriente de retroalimentación positiva influye en el punto en el que el comparador cambia de estado, es decir, en el umbral de conmutación.
En resumen, la histéresis, ya sea implementada mediante retroalimentación externa o interna, es crucial para mejorar la estabilidad y precisión de los comparadores de lazo abierto. Al añadir histéresis, los comparadores pueden manejar mejor las fluctuaciones de la señal de entrada, evitando conmutaciones erróneas y mejorando la fiabilidad de los sistemas que dependen de ellos.
¿Cómo funcionan los conversores digital-analógico y analógico-digital en los sistemas de procesamiento de señales?
En la teoría de procesamiento de señales, una de las funciones más críticas es la conversión entre señales analógicas y digitales. Como se discutió en secciones anteriores, las señales analógicas y digitales tienen propiedades distintas, y es necesario poder convertir entre ambas para operar de manera eficiente en sistemas modernos de procesamiento de datos. Esto es precisamente lo que hacen los conversores digital-analógico (DAC) y analógico-digital (ADC), elementos esenciales en cualquier sistema de procesamiento de señales. A través de estos conversores, se logra traducir la información contenida en señales analógicas en una representación digital procesable y viceversa.
El DAC toma una señal digital, típicamente un conjunto de bits, y la convierte en una señal analógica. Esta conversión se logra escalando una referencia de voltaje según los valores representados por los bits digitales. Es importante resaltar que la salida de un DAC puede ser tanto de voltaje como de corriente, aunque la mayoría de los DACs tienen una salida de voltaje. La referencia de voltaje se utiliza para ajustar la señal de salida proporcionalmente a la información contenida en el número de bits del sistema digital.
Un DAC básico se describe como un sistema que tiene una entrada de palabras digitales de N bits. La señal digital se combina con una referencia de voltaje, y el resultado es una señal de salida que refleja un valor proporcional de acuerdo con el número de bits y la escala del voltaje de referencia. Este tipo de conversión se puede expresar matemáticamente de la siguiente manera:
Donde es un factor de escala, y es el valor representado por la palabra digital en términos binarios. Dependiendo de la longitud de la palabra digital, puede tomar valores entre 0 y , con siendo el número total de bits.
En aplicaciones avanzadas, cuando el sistema digital se sincroniza con un reloj, es necesario utilizar registros o “latches” para mantener la palabra digital durante el proceso de conversión. Esto asegura que la conversión se realice de manera precisa en el momento adecuado, sin interferencias por cambios indeseados en la señal de entrada.
Por otro lado, los ADCs permiten realizar la conversión inversa: transforman señales analógicas en señales digitales. En un ADC, la señal analógica se muestrea y luego se convierte a un valor digital utilizando diferentes técnicas, como la conversión por aproximación sucesiva o la cuantificación. Al igual que en los DACs, los ADCs deben tener en cuenta el tiempo de muestreo y la calidad de la señal, lo que lleva a la implementación de circuitos de “sample-and-hold” que mantienen la señal durante el proceso de conversión.
La velocidad de conversión de un ADC es una propiedad crítica. Los ADCs se clasifican generalmente según su velocidad de conversión, que varía desde dispositivos de baja velocidad hasta los de alta velocidad. Es esencial que el ADC mantenga la fidelidad de la señal digitalizada, lo que depende tanto de la frecuencia de muestreo como de la resolución del ADC.
El concepto de aliasing es crucial cuando se trabaja con ADCs. El aliasing ocurre cuando la frecuencia de muestreo es insuficiente para capturar adecuadamente las variaciones de la señal analógica. Para evitar este problema, es necesario que la frecuencia de muestreo sea al menos el doble de la frecuencia más alta presente en la señal analógica, lo cual se conoce como el criterio de Nyquist.
Además de la precisión estática, los DACs y ADCs también tienen características dinámicas que afectan su desempeño. Por ejemplo, la distorsión armónica, el error de cuantificación y la linealidad son parámetros importantes que se deben considerar al evaluar la calidad de un conversor. Los DACs, especialmente, requieren una cuidadosa atención en su diseño para asegurar que la escala y la resolución sean consistentes y proporcionales a las expectativas del sistema.
La implementación de estos conversores en tecnología CMOS es una ventaja clave debido a la eficiencia en términos de consumo de energía y la facilidad para integrarlos en sistemas más grandes y complejos. Esta compatibilidad con CMOS ha permitido avances significativos en la miniaturización de dispositivos y en la mejora de la eficiencia energética de sistemas electrónicos que dependen de la conversión de señales analógicas y digitales.
Es fundamental comprender que, aunque la conversión entre señales analógicas y digitales es un proceso esencial en sistemas de procesamiento de señales, los detalles técnicos de cómo se realiza este proceso, tanto en términos de diseño como de implementación, tienen un impacto significativo en el rendimiento global del sistema. La calidad de los conversores influye directamente en la fidelidad de la señal procesada, lo que es vital para aplicaciones que van desde la audio digital hasta la instrumentación precisa y la comunicación de datos.
¿Cómo se implementan los amplificadores de corriente y salida en tecnología CMOS?
Los amplificadores de corriente son componentes esenciales en muchas aplicaciones electrónicas, especialmente en circuitos de bajo voltaje y en aquellos que requieren conmutación de corriente. El diseño de amplificadores de corriente en tecnología CMOS (semiconductor complementario de óxido metálico) se enfrenta a desafíos específicos, principalmente en lo que respecta a la impedancia de entrada y la ganancia de corriente en modo diferencial.
La relación fundamental que gobierna el funcionamiento de un amplificador de corriente de entrada diferencial en esta tecnología se puede expresar como:
Donde es la ganancia de corriente en modo diferencial, y es la ganancia de corriente en modo común. El componente resulta de las imperfecciones en la correspondencia entre las dos entradas del amplificador. Esto significa que el rendimiento ideal de un amplificador diferencial se ve afectado por factores como las variaciones en la simetría entre las entradas, que a su vez influyen en la respuesta general del sistema.
El amplificador de corriente diferencial, como se muestra en la figura correspondiente, utiliza transistores bipolares y requiere fuentes de corriente de corriente continua (DC) en la entrada. Estas fuentes deben ser significativamente mayores que el valor máximo posible de las corrientes de entrada ( y ) para garantizar un funcionamiento estable. De esta manera, el ajuste de la relación de los transistores, tales como M3 y M4, es crucial para obtener la ganancia de corriente adecuada.
En algunos casos, si es necesario obtener una mayor ganancia de corriente o mejorar la resistencia de salida, la configuración del amplificador puede modificarse. Una posible mejora sería reemplazar las configuraciones de transistores en la etapa de salida para obtener una menor resistencia de entrada, algo crucial para el rendimiento de ciertos sistemas.
Es importante resaltar que, a diferencia de otros amplificadores de entrada diferencial, los amplificadores de corriente también deben considerar la necesidad de mantener un potencial de entrada DC definido. En ciertas aplicaciones, este potencial puede ajustarse mediante una entrada externa, lo que permite una mayor flexibilidad en el diseño del sistema.
La implementación de amplificadores de corriente en tecnología CMOS tiene sus desafíos, principalmente en términos de la baja resistencia de entrada que se puede lograr sin retroalimentación. En circuitos pequeños, como los que utilizan MOSFETs, la resistencia de entrada más baja alcanzable es de , donde es la transconductancia del transistor. Sin embargo, existen diversas configuraciones que permiten mejorar la eficiencia y la ganancia en estos amplificadores, siendo una de las más destacadas el uso del espejo de corriente cascode regulado.
En cuanto a los amplificadores de salida, la principal preocupación radica en la capacidad de manejar cargas de salida de diferentes tipos, como resistencias pequeñas (50-1000 Ω) o capacitancias grandes (5-1000 pF). Esto requiere que los amplificadores de salida tengan una resistencia de salida pequeña cuando se trata de resistores bajos, o una gran capacidad de corriente cuando se enfrenta a capacitancias grandes. Además, los amplificadores de salida deben poder entregar suficiente señal (ya sea en forma de voltaje, corriente o potencia) sin distorsión y de manera eficiente.
Para abordar estos desafíos, se utilizan diferentes configuraciones de amplificadores de salida, como los amplificadores de clase A, seguidos de otras técnicas como los seguidor de fuente, los amplificadores push-pull y el uso de transistores bipolares de unión (BJT) en el sustrato. La elección de la configuración depende de los requisitos específicos de la aplicación, como la eficiencia, la distorsión del señal y la protección ante condiciones anormales (cortocircuito, sobrecalentamiento, etc.).
En particular, los amplificadores de clase A, que emplean una corriente de polarización elevada en la etapa de salida, son una forma sencilla de reducir la resistencia de salida y aumentar la capacidad de conducción de corriente. Sin embargo, este tipo de amplificador puede tener limitaciones en términos de eficiencia energética debido al uso constante de corriente. El análisis de los amplificadores de clase A muestra que su resistencia de salida depende de varios factores, como la transconductancia de los transistores y la resistencia de carga. Además, el límite en la corriente de salida se define por la carga y la capacidad de los transistores para manejar esa corriente.
Otro aspecto clave en el diseño de amplificadores de salida es la capacidad de manejar grandes capacitancias. Esto está directamente relacionado con la especificación de la tasa de cambio de la señal (slew rate), que limita cuán rápidamente el amplificador puede responder a cambios en la entrada cuando se enfrenta a cargas capacitivas. El cálculo del límite de corriente de salida para alcanzar una tasa de cambio específica se basa en la fórmula estándar, que relaciona la corriente, la capacitancia y la variación de voltaje.
Es fundamental entender que en el diseño de un amplificador de salida, la interacción entre la resistencia de carga y la capacitancia de salida tiene un impacto directo en el rendimiento del sistema. La respuesta a pequeña señal del amplificador de clase A, como se mostró en los modelos pequeños, debe ser ajustada para incluir los efectos de estas cargas, lo que puede alterar la ganancia de voltaje y la resistencia de salida.
Es relevante también que los amplificadores de corriente y salida juegan un papel crucial en la construcción de sistemas de amplificación de señal eficientes. No solo se trata de amplificar la señal en términos de magnitudes, sino de garantizar que los sistemas sean robustos frente a variaciones de carga, voltaje y otros factores operativos.
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