La estimulación bilateral, un componente esencial del EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimiento Ocular), es una técnica poderosa que no solo busca reducir el malestar emocional, sino que también se puede utilizar para fortalecer y potenciar emociones y recuerdos positivos. Al involucrar los hemisferios derecho e izquierdo del cerebro, esta técnica genera un ritmo natural que puede ser comparado con la alternancia de la estimulación bilateral. La primera sensación que experimentamos en el vientre materno es precisamente esa cadencia rítmica del latido del corazón de la madre, un sonido tranquilizante que nos conecta con el ritmo del mundo exterior.
La investigación ha demostrado que la estimulación bilateral puede reducir el estrés y la ansiedad, además de mejorar la concentración, al mismo tiempo que minimiza la tendencia del cuerpo a entrar en la respuesta de lucha, huida o parálisis. A través de esta práctica, el cuerpo y la mente aprenden a relajarse y regularse. Lo fascinante de esta técnica es que no hay una forma correcta o incorrecta de llevarla a cabo; puedes experimentar con diferentes formas de estimulación bilateral hasta encontrar la que más te acomode, lo importante es que lo hagas con un objetivo claro: mejorar el bienestar mental y físico.
La práctica de la estimulación bilateral no solo busca reducir los efectos del estrés, sino también incrementar la sensación de calma y bienestar. Para lograrlo, se recomienda elegir una forma de estimulación bilateral que se pueda practicar de manera sencilla y efectiva. Podrías comenzar con algo tan simple como golpear tus pies de un lado a otro, o usar movimientos alternos con las manos. La clave es encontrar una práctica que te proporcione comodidad y tranquilidad, estimulando a su vez los hemisferios cerebrales derecho e izquierdo. Esta técnica, en conjunto con una respiración profunda, puede mejorar significativamente tu estado de relajación.
Para asegurarte de que estás obteniendo el máximo beneficio de la estimulación bilateral, sigue estos tres pasos simples:
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Escoge una forma de estimulación bilateral. Experimenta con diferentes técnicas hasta encontrar la que te resulte más cómoda. No tengas miedo de probar varias formas durante unos segundos hasta descubrir cuál prefieres.
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Añade respiración profunda. Realiza la estimulación bilateral seleccionada mientras inhalas profundamente por la nariz y exhalas lentamente por la boca durante aproximadamente 30 a 45 segundos. Detén la estimulación al finalizar este tiempo, aunque puedes modificar la duración según lo que sientas más reconfortante.
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Haz un chequeo interno. Observa cómo se siente tu cuerpo. ¿Está más relajado? ¿Te sientes más tranquilo? Revisa también cómo está tu mente, ¿se siente más clara?
El proceso de encontrar la forma de estimulación bilateral que mejor funcione para ti puede tomar tiempo. Durante este proceso, es posible que, al comenzar a prestar más atención a tu cuerpo y mente, experimentes momentos de incomodidad o angustia. Esto es completamente normal y no indica que la técnica no esté funcionando. Al contrario, es parte del proceso de despertar la conciencia de lo que ocurre en nuestro interior. Con la práctica, el uso de la estimulación bilateral generalmente proporciona un efecto calmante significativo. Si en algún momento experimentas reacciones negativas, sensación de inseguridad o recuerdos dolorosos persistentes, es fundamental detenerse y buscar la guía de un profesional entrenado en EMDR.
Uno de los aspectos más fascinantes de la estimulación bilateral es su capacidad para potenciar las emociones y recuerdos positivos. Además de calmar, esta técnica puede ayudarte a reconectar con pensamientos, sentimientos e imágenes agradables que hayas olvidado, fortaleciendo los recuerdos positivos. De esta manera, no solo trabajas en el procesamiento de recuerdos difíciles, sino que también puedes cultivar nuevas experiencias enriquecedoras. Al integrar la estimulación bilateral mientras te concentras en pensamientos y recuerdos placenteros, puedes hacer que esos momentos sean más vívidos y significativos.
Es importante destacar que cuando trabajes con pensamientos positivos, debes aplicar una estimulación bilateral lenta y rítmica. Un ritmo pausado y reconfortante es ideal para fortalecer las sensaciones agradables. Acelerar el ritmo de la estimulación es útil cuando se busca mover rápidamente a través de experiencias difíciles, pero en el caso de los pensamientos positivos, es mejor mantener la calma y la lentitud.
La estimulación bilateral, por otro lado, también desempeña un papel fundamental en el proceso de superar emociones y recuerdos dolorosos. Si bien puede ser difícil enfrentar pensamientos y sentimientos negativos, es esencial entender que la estimulación bilateral está diseñada para evitar que te quedes "atascado" en esos momentos dolorosos. Muchas personas, por miedo o ansiedad, tienden a evitar estos pensamientos difíciles, lo cual es completamente comprensible. Sin embargo, para avanzar, es necesario abordar y procesar esas experiencias, a menudo con el apoyo de un profesional de EMDR. La estimulación bilateral es una herramienta eficaz para movernos a través de estos momentos difíciles, ayudando a regular nuestras emociones y pensamientos mientras avanzamos en el proceso terapéutico.
Además, es esencial que el proceso de trabajo con recuerdos dolorosos sea acompañado de un profesional capacitado, ya que las reacciones emocionales intensas y la dificultad para regular nuestros sentimientos son comunes en este tipo de trabajo. Aunque la estimulación bilateral puede ser de gran ayuda, el apoyo adicional de un terapeuta experimentado es crucial cuando se trata de manejar y procesar eventos traumáticos del pasado.
¿Cómo desarrollar un equipo de restauración en el proceso de EMDR?
Los ejercicios de EMDR no son un proceso único que se ajusta a todos. Cada persona responde a ellos de manera diferente. Parte de la belleza de EMDR y de este proceso es aprender más sobre lo que funciona para ti y lo que no. Puede que disfrutes del ejercicio del Equipo de Restauración, o puede que no. Cualquiera de las dos opciones es válida. Véalo como una oportunidad para crecer y desarrollar una comprensión más profunda de ti mismo. Mejorar tu capacidad de visualizar es una parte fundamental de este proceso. Para aquellos que luchan con la visualización o mantener el enfoque en el equipo de restauración que crean, hay algunas ideas adicionales que pueden ser de gran ayuda.
Es común tener dificultades para sostener las visualizaciones o para seguir el hilo de los pensamientos durante este ejercicio. Sin embargo, la buena noticia es que existen formas creativas de trabajar con estas dificultades. Una sugerencia es explorar tus fotos en el teléfono móvil en busca de imágenes de cualquier cosa o persona que evoque emociones positivas. Piensa en personas que siempre has querido conocer o en aquellas que has seguido durante años en su trabajo o carrera. Incluso puedes usar un motor de búsqueda en tu teléfono o computadora para buscar imágenes de "personas influyentes". Si te cuesta mantener las visualizaciones o las imágenes en tu mente, puede ser útil crear un collage con algunos de estos personajes, objetos o personas que te vengan a la mente.
La profesora e investigadora Brené Brown, autora de varios bestsellers, realiza una versión de este ejercicio que denomina su equipo de asesores. Puedes intentar algo similar, añadiendo fotos, citas u otros elementos visuales que te ayuden a representar los apoyos que has seleccionado para este ejercicio. Utilizar imágenes físicas o collages puede ser muy útil para ayudarte a recordar practicar este ejercicio. Esto no solo te servirá como apoyo visual, sino que también reforzará tu motivación para continuar con el trabajo de EMDR.
Otro enfoque útil en este ejercicio del Equipo de Restauración es identificar tus propias características que se relacionan con cada categoría mencionada en las secciones anteriores del capítulo. Por ejemplo, puedes pensar en cómo eres fuerte, sabio, comprensivo, etc. Este ejercicio no solo sirve para identificar apoyos externos, sino que también es valioso para desarrollar y fortalecer tu propia confianza, así como para identificar y fomentar tus características y cualidades positivas. Trabajar con tus propios rasgos como fortalezas te permite integrar y potenciar lo que ya resides dentro de ti, dándole más importancia a los aspectos que quizás no habías reconocido con anterioridad.
El proceso creativo puede potenciar el impacto del ejercicio del Equipo de Restauración. Muchas personas encuentran útil hacer un collage, usar imágenes o escribir sobre el mensaje general de apoyo que dejaron en ellos las figuras de apoyo o los objetos que han elegido. Este ejercicio puede convertirse en una práctica diaria para sentirte apoyado, no solo dentro de las sesiones de EMDR, sino también en tu vida cotidiana. El Equipo de Restauración es una de las habilidades más poderosas que puedes invocar cuando te enfrentas a bloqueos o emociones abrumadoras durante el proceso de EMDR. Es común que surjan barreras emocionales o sentimientos de desesperanza cuando te acercas a tu trauma. La presencia de tu equipo de apoyo puede aliviar parte de ese sufrimiento y proporcionarte la fortaleza necesaria para continuar con el proceso.
Por tanto, es importante integrar el Equipo de Restauración en las sesiones de EMDR para tener un recurso constante que te brinde consuelo y ayuda en momentos de vulnerabilidad. Este ejercicio, además de ser una herramienta poderosa dentro de EMDR, es una práctica que puede acompañarte a lo largo de todo el proceso de sanación. Ayuda no solo a lidiar con las emociones difíciles, sino también a cultivar un sentido de seguridad y apoyo continuo, esencial cuando se enfrentan los recuerdos dolorosos.
Por último, es fundamental recordar que este tipo de trabajo requiere tiempo y paciencia. El proceso de encontrar y conectar con tu equipo de restauración no es algo que suceda de inmediato. Se trata de un proceso de autodescubrimiento y crecimiento en el que es posible que surjan dudas o dificultades. Sin embargo, lo importante es no rendirse y seguir experimentando con distintas formas de construir y fortalecer este equipo. La combinación de apoyo externo e interno es una de las claves para un proceso exitoso de EMDR, ya que permite equilibrar la vulnerabilidad emocional con un sentido de fortaleza personal.
¿Cómo puedes reconciliarte con las distintas partes de tu ser?
Reconocer los diversos aspectos del yo implica un proceso profundo de autoconocimiento y aceptación, donde cada parte de nuestra personalidad, ya sea positiva o negativa, juega un papel fundamental en nuestra identidad. El ser humano está compuesto por múltiples capas internas, algunas conscientes, otras inconscientes, que se entrelazan y forman un sistema complejo. Al comenzar a reconocer estas partes internas, es posible acceder a un entendimiento más profundo de los conflictos internos y de cómo estos afectan nuestras emociones y comportamientos.
Cuando sentimos un conflicto interno, como un choque entre lo que deseamos y lo que creemos que debemos hacer, es común que las distintas partes de nuestro ser entren en conflicto. Esto ocurre cuando lo que deseamos en lo más profundo no concuerda con las normas o expectativas impuestas por otras partes de nuestro yo, como el "yo protector", que busca evitar el dolor o el sufrimiento. Estas disonancias pueden generar ansiedad, inseguridad, e incluso malestar físico. Por lo tanto, uno de los primeros pasos es aprender a escuchar esas voces internas, reconocerlas sin juicio y, finalmente, integrarlas de una manera armoniosa.
El proceso de "hacer las paces" con nuestras partes internas comienza con una práctica de validación. Cada una de esas partes tiene un motivo para existir: los protectores, aunque a veces excesivamente rígidos, buscan nuestro bienestar. Los aspectos heridos, por su parte, surgen en respuesta a experiencias traumáticas o dolorosas. Al comenzar a desmantelar las creencias limitantes o miedos que estas partes nos imponen, podemos empezar a verlas no como enemigos, sino como aliados que nos ayudan a entender y a crecer.
Uno de los caminos más efectivos para este trabajo interno es el reconocimiento de las fortalezas personales. Estas fortalezas, muchas veces ocultas bajo las capas de autocrítica y miedo, nos sirven como recursos internos que pueden ser activados cuando enfrentamos desafíos. Al tomar conciencia de estas cualidades positivas y de los recursos internos que ya poseemos, podemos contrarrestar las voces de autodesprecio o impotencia que a menudo nos frenan.
El acto de aceptar y abrazar nuestras partes internas más desafiantes no es un proceso fácil, pero es esencial para una transformación genuina. Al validar estas partes, podemos abrir espacio para un crecimiento emocional más sano y una mejor relación con nosotros mismos. Esto requiere paciencia, pero los beneficios son incalculables, ya que nos permite vivir una vida más auténtica y menos dominada por los patrones destructivos del pasado.
Crear un lugar de aceptación dentro de uno mismo es clave en este proceso. Un "lugar de aceptación" es un espacio emocional donde todas nuestras partes pueden coexistir sin temor al juicio o rechazo. Es este refugio interno el que nos permite explorar todas nuestras emociones y vivencias, sin sentirnos abrumados por ellas. Es también un lugar donde podemos reconfigurar nuestra relación con las experiencias traumáticas, transformándolas en lecciones de resiliencia.
Además, la comprensión de nuestra propia "travesía del héroe" personal es una herramienta poderosa. Cada uno de nosotros está en un viaje único de autodescubrimiento, en el cual las luchas internas, aunque dolorosas, son también oportunidades para encontrar nuestra verdadera esencia. Al integrar este viaje como parte de nuestra narrativa personal, podemos hacer que nuestras luchas no nos definan como víctimas, sino como guerreros que han aprendido y crecido a través de las dificultades.
Es fundamental también que, al trabajar con las partes más desafiantes de nuestro ser, abordemos el juicio interno de manera compasiva. El juicio severo y constante hacia uno mismo puede ser una barrera para el cambio real, ya que perpetúa sentimientos de culpa o vergüenza. La compasión, en cambio, nos permite tratar esas partes de nosotros con amabilidad, lo que reduce el sufrimiento y facilita el proceso de sanación.
En este proceso de reconciliación interna, es esencial que no se pierda de vista la importancia de integrar las lecciones aprendidas en la vida diaria. No es suficiente con entender teóricamente nuestras partes internas; la verdadera transformación ocurre cuando aplicamos este conocimiento de manera práctica, cambiando nuestras reacciones automáticas y patrones de comportamiento, y eligiendo conscientemente cómo respondemos a los desafíos que nos presenta la vida.
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