La gobernanza de la inteligencia artificial dentro de los ecosistemas de gestión de servicios de TI (ITSM) no es una mera cuestión de control técnico o de cumplimiento normativo. Es, ante todo, una arquitectura de responsabilidad que determina cómo las organizaciones moldean su relación con la automatización, la toma de decisiones algorítmica y la confianza digital. En plataformas como ServiceNow, donde la IA no sólo ejecuta procesos sino que influye en decisiones operativas y estratégicas, la gobernanza se convierte en el núcleo invisible de la sostenibilidad tecnológica.
El primer principio de una gobernanza efectiva en ITSM es la claridad de propósito. Los gestores de TI deben definir con precisión el alcance, las metas y los límites del uso de la IA. Sin una estructura de decisión bien delimitada, la inteligencia artificial se transforma en una caja negra que erosiona la transparencia organizacional. El objetivo no es sólo garantizar que los modelos funcionen, sino que lo hagan en coherencia con los valores, la ética y la visión del negocio.
Una verificación rápida de gobernanza para los responsables de TI debería incluir tres preguntas fundamentales: ¿se comprenden las fuentes de datos que alimentan los modelos?, ¿se ha documentado el proceso de toma de decisiones automatizadas?, ¿existe un mecanismo de rendición de cuentas cuando el algoritmo falla? La gestión sin estas tres dimensiones carece de columna vertebral.
En el corazón de ServiceNow, los componentes esenciales de la gobernanza de IA incluyen la gestión del ciclo de vida de los modelos, el control de sesgos, la validación de resultados y la auditoría continua. La gobernanza ética, en este contexto, no es una adición complementaria sino una práctica estructural. Cada modelo, cada automatización, cada predicción debe poder justificarse ante una revisión humana.
El despliegue ético de la IA implica aceptar que el impacto de una decisión automatizada va más allá de la eficiencia. Se extiende a la confianza del usuario, a la equidad en los resultados y al sentido de agencia de quienes interactúan con el sistema. La ética aplicada en ServiceNow requiere construir salvaguardas, no sólo declarar principios. Las listas de verificación éticas deben estar vivas, actualizadas y contextualizadas según los entornos de negocio y las realidades sociales.
Comprender por qué necesitamos gobernanza es entender que los algoritmos no fallan por malicia, sino por omisión de contexto. Los modelos de IA no poseen intencionalidad moral; son reflejos de las estructuras que los crean. Por ello, gobernar la IA es gobernar la interpretación que una organización hace de sí misma. En este sentido, la gobernanza se convierte en un espejo de madurez institucional.
Integrar una IA responsable en la gobernanza de ServiceNow exige combinar disciplina técnica con sensibilidad humana. Los líderes tecnológicos deben transformar el marco de cumplimiento en un marco de aprendizaje continuo. No basta con establecer políticas; es necesario cultivarlas. Las herramientas y complementos de gobernanza dentro del ecosistema de ServiceNow
¿Cómo pueden las organizaciones prepararse para la integración inteligente de la IA en la gestión de servicios de TI?
Michael siempre había creído que construir el sistema ITSM adecuado no consistía únicamente en elegir la mejor plataforma, sino en apostar por el ecosistema correcto. La fuerza de una herramienta tecnológica se mide, en última instancia, por la red de inteligencia que la rodea, por las alianzas que refuerzan su evolución. En este sentido, el papel de ServiceNow ha sido decisivo. Su posicionamiento a la vanguardia de la inteligencia artificial no es fruto del azar, sino de una estrategia deliberada basada en colaboraciones con gigantes tecnológicos como Google Cloud, Nvidia e IBM. Estas asociaciones no representan simples acuerdos técnicos; son movimientos que buscan fusionar la experiencia profunda en IA con la prestación real de servicios, construyendo un entorno capaz de aprender, adaptarse y escalar.
Estas alianzas han transformado la plataforma. La integración de modelos avanzados de aprendizaje automático ha mejorado su inteligencia predictiva, permitiendo una gestión del servicio más ágil, más intuitiva y menos reactiva. La adopción de la IA generativa ha abierto la posibilidad de automatizar la creación de documentación técnica, artículos de conocimiento o incluso la generación de código para flujos ITSM, reduciendo la intervención manual y garantizando que la información esté siempre actualizada. Paralelamente, los avances en procesamiento del lenguaje natural han hecho que los agentes virtuales comprendan matices contextuales y conduzcan conversaciones más fluidas, elevando la interacción entre humanos y sistemas automatizados a un nivel inédito.
Para Michael, la noticia de estas colaboraciones no fue un espectáculo de marketing, sino una señal clara de aceleración. La plataforma en la que su organización había invertido no solo seguía el ritmo del cambio: lo lideraba. Pero él sabía que ninguna tecnología, por avanzada que sea, tiene valor sin la inteligencia organizacional que la acompaña. Comprendía que su papel como gestor de TI consistía en algo más que optimizar procesos o resolver incidencias; debía preparar a su equipo para convivir con la IA, comprenderla, guiarla y extraer de ella valor estratégico.
Así, comenzó por la formación. Antes de desplegar nuevas capacidades, generó conciencia dentro del equipo. Les preguntó qué entendían por IA agentiva, si podían explicar cómo un modelo de lenguaje toma decisiones, o en qué casos sería apropiado delegar tareas a un agente autónomo. Organizó sesiones internas de aprendizaje, invitó a expertos de la comunidad ServiceNow y promovió simulaciones en las que humanos y máquinas resolvían problemas en paralelo. Lo esencial no era la precisión del resultado, sino la adquisición de un nuevo vocabulario y la confianza para colaborar con la inteligencia artificial como con un colega más.
Luego vino la revisión de procesos. Descubrió que muchos de los flujos de trabajo —aprobaciones, escalaciones, acuerdos de nivel de servicio— estaban diseñados para un mundo exclusivamente humano. Eran estructuras necesarias, pero también limitantes. Reformularlas exigía pensar en modularidad, trazabilidad y autonomía controlada. Michael trabajó con los arquitectos de procesos para identificar áreas donde la IA pudiera decidir dentro de márgenes seguros, construyendo así una arquitectura capaz de soportar automatización sin perder control.
El siguiente paso fue estratégico: no dejarse seducir por demostraciones espectaculares ni victorias rápidas. Cada iniciativa debía tener un propósito medible y alineado con los objetivos empresariales. Integrar la IA no como un proyecto aislado, sino como un programa continuo, vinculado a indicadores concretos —coste por ticket, satisfacción del agente, cumplimiento de SLA, experiencia del cliente— permitió que la dirección percibiera el impacto real de cada inversión. De esta manera, la transformación dejó de ser un experimento técnico para convertirse en una evolución empresarial.
Pero quizás lo más decisivo fue la creación de una cultura de
¿Cómo transforma la inteligencia artificial la gestión de servicios de TI hacia una experiencia centrada en el usuario?
La integración de la inteligencia artificial en la gestión de servicios de TI redefine el concepto mismo de eficiencia. La velocidad de respuesta ya no depende de la disponibilidad de un agente humano, sino de la capacidad del sistema para ofrecer soluciones inmediatas. El Agente Virtual de ServiceNow, por ejemplo, permite que los usuarios formulen solicitudes, reciban respuestas y resuelvan incidencias de manera instantánea. Este cambio no solo acelera los tiempos de resolución, sino que también libera al personal técnico para abordar problemas más complejos, generando así un ecosistema de atención más ágil y autosuficiente.
La personalización se convierte en el núcleo de esta nueva interacción. La inteligencia predictiva es capaz de anticipar las necesidades del usuario a partir de su comportamiento histórico. Si un empleado solicita repetidamente el mismo tipo de soporte o recurso, el sistema aprende de esa rutina y se adelanta a su requerimiento, ofreciendo soluciones antes de que sean solicitadas. Esta memoria digital —sustentada en cada interacción— permite conversaciones más fluidas, naturales y humanas. La tecnología se disuelve en la experiencia, y el usuario ya no percibe la frialdad de un sistema automatizado, sino la calidez de una respuesta que lo comprende.
Pero la auténtica revolución ocurre cuando el soporte deja de ser reactivo y se convierte en proactivo. La inteligencia predictiva no solo responde, sino que prevé. Detecta patrones de fallos, identifica comportamientos anómalos y anticipa interrupciones antes de que se manifiesten. Cuando un servidor muestra señales de inestabilidad recurrente, el sistema interviene antes de que la falla ocurra, ejecutando acciones preventivas. Este cambio de paradigma reduce drásticamente los tiempos de inactividad y eleva la confianza del usuario, que ya no sufre las consecuencias del error, sino que disfruta de la estabilidad silenciosa del sistema que se cuida a sí mismo.
El empoderamiento del usuario constituye otro pilar esencial. La adopción de modelos de autoservicio, impulsados por bases de conocimiento gestionadas por IA, democratiza el acceso a la solución de problemas. Portales como los que utiliza ServiceNow permiten a los usuarios interactuar con la plataforma de manera conversacional, gracias al procesamiento del lenguaje natural. Esta interacción natural, libre de tecnicismos, transforma la relación con la tecnología: el usuario deja de ser dependiente y se convierte en protagonista de su propia experiencia digital.
Sin embargo, toda esta arquitectura inteligente carecería de sentido sin un diseño centrado en el usuario. El principio de User-Centered Design (UCD) asegura que cada decisión de diseño nazca de una comprensión profunda de las necesidades, comportamientos y expectativas del usuario final. Diseñar con el usuario —y no solo para él— implica integrar sus perspectivas desde el inicio: analizar sus recorridos, escuchar su lenguaje y comprender sus frustraciones. Talleres de experiencia, auditorías de incidencias frecuentes y pruebas de usabilidad son herramientas esenciales para construir soluciones empáticas y efectivas.
La interacción debe ser intuitiva hasta el punto de ocultar la complejidad tecnológica. Un sistema verdaderamente bien diseñado permite que el usuario se comunique en su propio idioma, sin necesidad de entender cómo funciona la inteligencia detrás. La humanización de las respuestas, el tono conversacional y la coherencia emocional del agente virtual son factores que determinan la aceptación y la confianza del usuario. Si la IA responde como una máquina, genera distancia; si responde como un interlocutor, genera vínculo.
El ciclo de mejora continua es la esencia del UCD. Cada interacción se convierte en retroalimentación, cada dato en aprendizaje. Las organizaciones que integran mecanismos de revisión constante logran que su IA evolucione con el usuario, adaptándose a sus cambios y refinando su precisión. Amazon, por ejemplo, ejecuta miles de pruebas de experiencia cada mes para ajustar su asistente virtual. Esta iteración constante debe ser una práctica común en los equipos de ITSM: escuchar, ajustar, mejorar.
Diseñar experiencias con IA también implica responsabilidad. La transparencia en las decisiones automatizadas fortalece la confianza. El usuario debe entender cómo y por qué una IA sugiere una acción o toma una decisión. La explicabilidad no es un detalle técnico, sino un componente ético del diseño. Sin ella, la sofisticación tecnológica puede transformarse en opacidad.
Finalmente, la experiencia del usuario debe ser coherente y fluida, sin importar el canal o dispositivo. La interacción con un chatbot, una aplicación móvil o un portal web debe ofrecer el mismo nivel de claridad, personalización y eficiencia. En un entorno donde los dispositivos móviles dominan la productividad, optimizar la experiencia móvil no es una opción, sino una obligación. Las interfaces deben ser simples, ligeras y adaptadas a la inmediatez del uso cotidiano.
Es importante comprender que la verdadera transformación no reside únicamente en la tecnología, sino en la manera en que esta se alinea con la naturaleza humana. La IA en la gestión de servicios de TI no debe aspirar a reemplazar la empatía, sino a amplificarla. Su valor radica en su capacidad de escuchar, aprender y anticipar, creando sistemas que no solo funcionan mejor, sino que comprenden mejor. La evolución tecnológica más profunda es aquella que nos devuelve, paradójicamente, a una experiencia más humana.
¿Cómo el Diseño y la Inteligencia Artificial Transforman la Experiencia del Usuario en ITSM?
El diseño de experiencias excepcionales para los usuarios en el contexto de la gestión de servicios de TI (ITSM) ha experimentado una profunda transformación gracias a la integración de la inteligencia artificial (IA). En este contexto, la clave no solo es resolver problemas, sino también mejorar de manera continua la manera en que los usuarios interactúan con los servicios. El diseño centrado en el usuario, el aprovechamiento de tecnologías emergentes y la personalización proactiva de la experiencia son ahora las piedras angulares de una entrega de servicio de TI de alto nivel.
Uno de los pilares esenciales de esta evolución es la creación de interfaces móviles adaptativas. Los dispositivos móviles no solo permiten el acceso a artículos de conocimiento y la interacción con agentes virtuales, sino que también permiten a los usuarios gestionar incidencias de manera eficiente, incluso cuando están en movimiento. Es crucial que las plataformas de ITSM se diseñen para que estas experiencias sean fluidas y naturales en dispositivos móviles, sin sacrificar funcionalidad por comodidad. Así, la experiencia del usuario es más accesible, y los servicios de soporte se vuelven más ágiles, estando siempre al alcance de un toque o un comando de voz.
La integración de la voz es otro avance relevante. Los asistentes virtuales y la interacción por voz están revolucionando cómo los usuarios interactúan con los sistemas. Mediante el uso de la Procesamiento de Lenguaje Natural (NLP), los usuarios pueden comunicarse directamente con los agentes virtuales, lo que facilita la resolución de problemas sin necesidad de usar las manos o estar
Revista de Control Administrativo y Público de la Oficina No. _____ __________nivel
Consejos para los graduados: Cómo prepararse para los exámenes finales
Autoevaluación de la actividad del MKEU Escuela Secundaria N.º 2 de la ciudad de Makaryeva, 2017
Konstantin Sedyj: La vida y obra del escritor y poeta de Siberia

Deutsch
Francais
Nederlands
Svenska
Norsk
Dansk
Suomi
Espanol
Italiano
Portugues
Magyar
Polski
Cestina
Русский