El proceso de codificación HEVC (High Efficiency Video Coding) es un sistema complejo que utiliza una estructura jerárquica para organizar y procesar la información de vídeo. En particular, los segmentos de slice juegan un papel clave en la división de los datos de vídeo en unidades más manejables, lo que facilita la compresión y la transmisión eficiente.
En HEVC, una imagen codificada no se envía como una sola entidad. En lugar de esto, se divide en una serie de "segmentos de slice". Cada segmento de slice consta de una cabecera de slice y los datos correspondientes a las unidades de codificación llamadas CTUs (Coding Tree Units). Esta subdivisión tiene múltiples beneficios, especialmente cuando se trata de reducir el tamaño de los encabezados y hacer más eficiente la transmisión de datos en redes con limitaciones de ancho de banda.
Los segmentos de slice pueden dividirse en segmentos independientes y dependientes. Un segmento de slice independiente comienza con una cabecera completa que contiene todos los parámetros necesarios para decodificar el slice. En cambio, los segmentos dependientes heredan ciertos parámetros de la cabecera del slice independiente anterior, lo que los hace más compactos y adecuados para su envío en paquetes de red. Este enfoque también facilita el uso de múltiples hilos en la decodificación, ya que cada segmento puede ser procesado independientemente en paralelo, siempre y cuando no haya dependencias entre ellos.
Los parámetros de cada segmento de slice son cruciales para asegurar que la decodificación se realice correctamente. El valor "PicOrderCntVal", por ejemplo, se utiliza para identificar la secuencia en la que se deben procesar los segmentos dentro de una imagen. Además, la predicción interslice está restringida, lo que significa que no se puede utilizar la información de un slice para predecir los datos de otro, garantizando así la independencia entre los segmentos. Esta característica es fundamental para evitar errores en la decodificación, especialmente en casos donde los datos de un slice segmentado se corrompen o se pierden.
En términos de eficiencia, el uso de segmentos de slice puede ser una herramienta poderosa para la fragmentación de vídeo en redes de comunicación. Al enviar cada segmento en paquetes independientes, se puede reducir significativamente la sobrecarga de los encabezados, lo que permite que el ancho de banda se utilice de manera más eficiente. Sin embargo, esto no está exento de riesgos. Si ocurre un error en uno de los segmentos, el decodificador deberá esperar hasta recibir el siguiente segmento independiente para recuperar los parámetros perdidos y continuar con la decodificación del vídeo. Esta dependencia entre segmentos subraya la importancia de una correcta gestión de errores en el proceso de transmisión de datos codificados.
El uso de segmentos también se ve reflejado en la estructura de imágenes codificadas. En el modelo HEVC, cada imagen se compone de varios segmentos de slice, que permiten no solo una mayor eficiencia en términos de codificación, sino también una mayor flexibilidad en el procesamiento de las imágenes. Esta estructura modular permite que cada parte del vídeo sea tratada independientemente, lo que mejora la capacidad de adaptación a diversas plataformas y dispositivos de decodificación.
Además de estos aspectos técnicos, es crucial comprender cómo la codificación HEVC se ajusta a las necesidades de las aplicaciones modernas, como el streaming de video a través de Internet. La capacidad de manejar datos de vídeo de alta calidad con una compresión eficiente ha hecho de HEVC un estándar preferido en la transmisión de vídeo, permitiendo a los servicios de streaming ofrecer contenido en resoluciones más altas sin un aumento proporcional en el consumo de ancho de banda.
El concepto de segmentación no solo mejora la eficiencia en términos de ancho de banda, sino que también permite optimizar el proceso de decodificación en entornos con recursos limitados. Al dividir el flujo de vídeo en segmentos más pequeños, los sistemas de decodificación pueden procesar la información de manera más efectiva, especialmente en dispositivos móviles o en redes con alta latencia.
Es fundamental entender también cómo estos segmentos interactúan con otros mecanismos dentro de la codificación HEVC, como la predicción intra e interslice, la cual puede afectarse por la estructura de los segmentos. La predicción intra, por ejemplo, depende de la información contenida dentro de un slice para reconstruir la imagen de manera eficiente, mientras que la predicción interslice debe manejar las dependencias entre los diferentes segmentos para mantener la coherencia visual.
En resumen, la segmentación en HEVC es una característica que ofrece múltiples ventajas en términos de compresión, eficiencia de transmisión y flexibilidad de decodificación. Esta técnica permite una mejor gestión de los recursos y una mayor capacidad de adaptación en entornos diversos, lo que la convierte en un pilar clave para la tecnología de codificación de vídeo moderna.
¿Cómo funciona la predicción en la compresión de video?
En el ámbito de la compresión de video, el objetivo principal es reducir la cantidad de información que debe enviarse o almacenarse sin perder la calidad visual de la imagen o el video. Esto se logra mediante una técnica conocida como predicción, que es fundamental en la compresión moderna, ya que aprovecha las similitudes entre los píxeles de un fotograma para disminuir la cantidad de datos que deben transmitirse.
La predicción se puede realizar a nivel de píxel o de bloques de píxeles, y su efectividad depende de cuán precisa sea la estimación que se hace de los valores de los píxeles basándose en la información circundante. Un enfoque habitual es el de dividir cada fotograma en bloques de píxeles, que luego se procesan de manera independiente.
Cuando un codificador de video procesa un fotograma, toma un bloque de píxeles y genera una predicción para ese bloque. Para hacerlo, el codificador utiliza la información de los bloques vecinos y calcula una estimación de los valores de los píxeles de ese bloque. La diferencia entre los valores reales de los píxeles y los valores predichos se denomina residual. Cuanto más precisa sea la predicción, menor será el residual y, por lo tanto, menos datos necesitará el codificador para almacenar la diferencia.
Una vez que se genera el residual, el codificador lo comprime, eliminando redundancias y minimizando la cantidad de datos necesarios para representarlo. Esta diferencia codificada se transmite al decodificador junto con las instrucciones necesarias para recrear la predicción. Al recibir esta información, el decodificador utiliza las instrucciones para generar el bloque de predicción y lo suma al residual comprimido, obteniendo así el bloque de píxeles original.
En un ejemplo específico, consideremos un bloque de píxeles de 16 × 16 de una secuencia de video. El codificador crea un bloque de predicción, que generalmente se parece mucho al bloque original pero con algunas diferencias. Estas diferencias son las que forman el residual. Al restar el bloque de predicción del bloque original, se obtiene un conjunto de valores pequeños (positivos o negativos) que describen las diferencias entre ambos bloques.
La compresión de video se beneficia enormemente de este proceso, ya que la mayoría de las diferencias entre los bloques predichos y los originales son pequeñas. Por lo tanto, se pueden representar con una cantidad mucho menor de información. Además, los bloques que contienen movimientos o cambios abruptos, como los bordes de un objeto en movimiento, tienden a generar diferencias más grandes, lo que implica que estas áreas requieren más información para ser representadas de manera precisa.
El proceso de predicción no solo se limita a bloques de píxeles estáticos, sino que también se puede adaptar para manejar movimientos dentro del video. Cuando un objeto se desplaza, por ejemplo, el codificador puede ajustar su predicción en función del movimiento aparente, utilizando información de fotogramas anteriores o posteriores para estimar la posición del objeto y reducir aún más la cantidad de datos necesarios para representar el cambio.
Es importante entender que, aunque la predicción puede reducir considerablemente la cantidad de datos, no es infalible. Hay situaciones en las que la predicción no es tan exacta, especialmente cuando los cambios entre los fotogramas son complejos o rápidos, como en escenas con movimientos rápidos o cambios drásticos de iluminación. En estos casos, el residual tiende a ser más grande, lo que puede hacer que la compresión sea menos eficiente.
Finalmente, la elección del tipo de predicción a utilizar depende del estándar de compresión en uso, como H.264/AVC o H.265/HEVC. Estos estándares han sido diseñados para ofrecer una alta eficiencia de compresión, adaptándose a diferentes tipos de contenido y optimizando el proceso de predicción de acuerdo con las características de la escena.
Para que el proceso de predicción sea aún más eficiente, los codificadores utilizan algoritmos avanzados que no solo predicen los píxeles o bloques de manera lineal, sino que también pueden aplicar transformaciones y técnicas adicionales para mejorar la precisión de la predicción y reducir aún más el residual.
¿Cómo transformar los contratos tradicionales en contratos relacionales efectivos?
¿Puede la belleza ser un instrumento de destrucción?
¿Cómo la inteligencia de fuente abierta y el reconocimiento web pueden transformar la recopilación de información?

Deutsch
Francais
Nederlands
Svenska
Norsk
Dansk
Suomi
Espanol
Italiano
Portugues
Magyar
Polski
Cestina
Русский