La integración de la robótica en el diseño y fabricación de estructuras ha avanzado significativamente, permitiendo nuevas formas de optimización y automatización que antes no eran posibles. Desde 2015, HAL Robotics ha estado colaborando con la École des Ponts ParisTech en la investigación y desarrollo de sistemas estructurales innovadores, utilizando materiales como madera, compuestos y concreto impreso en 3D. Estos esfuerzos han dado lugar a la creación de prototipos a gran escala que demuestran los principios del Diseño para Fabricación y Montaje (DfMA) y los conceptos de optimización estructural.

Uno de los ejemplos más destacados de esta colaboración es la construcción de un pabellón que presenta una estructura de madera recíproca reforzada con paneles planos de contrachapado. Esta estructura fue manufacturada en el transcurso de un taller de una semana, y sirvió como demostración de cómo las trayectorias de los robots simuladas pueden ser utilizadas tanto para la optimización del diseño estructural como para la disposición de las celdas de producción. En este proyecto, la geometría de las vigas y paneles se calculó a través de una serie de pasos de búsqueda de formas, permitiendo a los robots realizar el corte, perforado y fresado de manera automática. Esta metodología no solo garantizó que la producción fuera viable, sino que también permitió a los diseñadores explorar diferentes opciones dentro del espacio de diseño, iniciando la producción de manera inmediata una vez seleccionada una variante.

La automatización en la fabricación no se limita solo a los materiales tradicionales. En la última iteración de la robótica aplicada a la construcción, HAL Robotics ha desarrollado un robot móvil autónomo capaz de navegar por un sitio de construcción y realizar tareas específicas indicadas en un modelo BIM (Building Information Modeling). Este robot, conocido como COSCR, es capaz de realizar tareas como perforar y fijar anclajes en losas de concreto en ubicaciones precisas según lo especificado en el modelo BIM. La solución fue diseñada para maximizar la maniobrabilidad en espacios reducidos, equipada con un mástil telescópico y un brazo robótico que permite alcanzar alturas de hasta 4,2 metros.

Además de los avances en la automatización de la fabricación, los procesos de inspección y control de calidad también se han beneficiado enormemente de la robótica. HAL Robotics ha aplicado su tecnología en la inspección automatizada de bogies de tren utilizando brazos robóticos montados en vehículos guiados automáticamente (AGV) equipados con cámaras 2D y 3D. Este proceso incluye la conversión de modelos CAD y metadatos en pasos de procesamiento automatizados que permiten medir la calidad del ensamblaje, como las tolerancias dimensionales o la presencia de piezas. Sin embargo, dada la complejidad geométrica de los ensamblajes, se desarrollaron estrategias avanzadas de planificación de trayectorias que integran el análisis del espacio cinemático con los objetivos del proceso, garantizando la precisión de las mediciones a pesar de las posibles imprecisiones en la localización del AGV.

Otra área innovadora es el uso de la robótica para la detección de defectos en productos manufacturados. En lugar de depender de un modelo CAD preestablecido, el sistema desarrollado por HAL Robotics puede vincular sensores con servicios distribuidos de almacenamiento y procesamiento de datos, generando trabajos para los robots basados en la interpretación de mediciones en tiempo real. Esto permite una gran flexibilidad en el uso de diferentes sensores y técnicas de análisis, lo que reduce los costos de implementación y aumenta la precisión en la fabricación de piezas. Un ejemplo de esto es el escaneo láser de piezas impresas en 3D para detectar desviaciones dimensionales, que luego son corregidas mediante procesos de mecanizado hasta alcanzar las tolerancias deseadas.

La automatización de la detección y corrección de defectos no solo mejora la calidad de los productos, sino que también minimiza los desechos al garantizar que las piezas defectuosas sean reparadas antes de que lleguen al usuario final. Este tipo de sistemas se está aplicando, por ejemplo, a la fabricación de puertas de armarios de cocina, donde las piezas son escaneadas y analizadas en tiempo real para asegurar que cumplan con los requisitos de diseño y calidad antes de ser enviadas a la siguiente etapa del proceso de producción.

La clave para estos avances radica en la capacidad de los robots de adaptarse a entornos de trabajo variables y de interactuar de manera flexible con sistemas distribuidos de procesamiento de datos y sensores. Esta capacidad de adaptación no solo optimiza la fabricación y el ensamblaje, sino que también permite una gestión más eficiente de los recursos y tiempos de producción. La arquitectura distribuida de estos sistemas permite que los robots trabajen en conjunto con otros dispositivos, recopilando información de diversas fuentes y respondiendo a la variabilidad de los procesos de fabricación de manera ágil y eficaz.

Es fundamental comprender que la integración de estos sistemas robóticos no se limita solo a la mejora de la eficiencia y la precisión. También implica una reconfiguración profunda de los procesos de diseño y fabricación. El uso de simulaciones, el control preciso de las trayectorias de los robots y la automatización del proceso de inspección son elementos que transforman la forma en que los arquitectos, ingenieros y fabricantes colaboran y toman decisiones. La robótica no solo optimiza las operaciones, sino que redefine lo que es posible en el diseño y la construcción de estructuras complejas, proporcionando una plataforma flexible para explorar nuevas formas de producción.

¿Cómo están cambiando los modelos de difusión y los generadores de texto a imagen nuestra percepción de la inteligencia artificial?

Los modelos de lenguaje basados en transformers, como el conocido GPT-3, representan un avance significativo en el campo de la inteligencia artificial, gracias a su capacidad para generar texto humano de manera fluida y coherente. Estos modelos, que se entrenan inicialmente con grandes volúmenes de datos textuales, pueden ser afinados para tareas específicas como responder preguntas, completar textos o resumir información. El GPT-3, lanzado en junio de 2020, marcó un hito en este proceso al aumentar el número de parámetros procesables, pasando de 1.5 mil millones en su predecesor, el GPT-2, a unos impresionantes 175 mil millones de parámetros. Esta mejora fue el factor que permitió la popularización de herramientas como "ChatGPT", una plataforma que utiliza esta tecnología y que permite a los usuarios interactuar con modelos de lenguaje extremadamente avanzados.

Una de las características más aclamadas de estos sistemas es su capacidad para generar o completar fragmentos de código en diversos lenguajes de programación. En 2022, OpenAI presentó una variante llamada InstructGPT, conocida también como GPT-3.5, que mejoró notablemente la confiabilidad y precisión en la generación de código. A pesar de su poder, algunos expertos han señalado que el GPT-3 es aún una versión temprana de lo que puede ofrecer la inteligencia artificial, como afirmó Sam Altman, cofundador de OpenAI. Aunque la herramienta es impresionante, también comete errores frecuentes, lo que subraya que aún queda un largo camino por recorrer en la evolución de la inteligencia artificial.

Al mismo tiempo, las herramientas de generación de imágenes, como DALL-E y Stable Diffusion, están demostrando el alcance de los modelos de difusión. Estos modelos, que combinan redes neuronales con enfoques bayesianos, permiten crear imágenes a partir de descripciones textuales precisas. DALL-E, cuyo nombre es una mezcla entre Salvador Dalí y el robot Wall-E, utiliza un proceso de dos fases: primero genera una representación abstracta de la imagen (llamada CLIP-image) y luego se enfoca en los detalles para producir una imagen realista. En el caso de Stable Diffusion, la herramienta desarrollada por StabilityAI, el proceso es similar, pero con un enfoque innovador basado en el concepto de "Latent Diffusion Model" (LDM), que traslada el proceso de difusión al espacio latente, trabajando con información esencial de la imagen en lugar de con los detalles perceptuales a nivel de píxel.

Ambos modelos, DALL-E y Stable Diffusion, utilizan grandes conjuntos de datos para su entrenamiento, pero mientras que OpenAI ha mantenido en secreto su base de datos, con más de 400 millones de imágenes, StabilityAI ha hecho pública su propia base de datos, que contiene más de 5.85 mil millones de imágenes. Gracias a esta transparencia, Stable Diffusion ha ganado una gran popularidad, permitiendo que cualquier usuario pueda generar imágenes a partir de texto con gran precisión y definición.

El desarrollo de estos modelos abre un abanico de posibilidades para la creación de contenido visual y textual, desde la generación de imágenes para proyectos artísticos hasta la ayuda en la creación de contenido para campañas publicitarias o incluso en el diseño de prototipos visuales en áreas como la arquitectura y la moda. Sin embargo, también plantea cuestiones éticas importantes. La accesibilidad de estas herramientas plantea riesgos de mal uso, como la creación de información falsa o la explotación de la tecnología con fines no éticos. Por ejemplo, el uso de modelos como GPT-3 para redactar textos de estudiantes ha generado preocupación sobre el impacto en los métodos tradicionales de aprendizaje y en la autenticidad del trabajo académico. Además, el uso indiscriminado de imágenes generadas por IA podría contribuir a la desinformación visual o la apropiación indebida de contenido.

La rapidez con la que estos avances están sucediendo requiere una reflexión profunda sobre cómo deben ser regulados. Si bien el potencial de las tecnologías como GPT-3 y los modelos de difusión es enorme, también lo son sus implicaciones para la privacidad, la propiedad intelectual y el uso ético de la inteligencia artificial. Las herramientas que permiten la generación de contenido, tanto textual como visual, tienen un alcance que aún estamos aprendiendo a comprender en su totalidad. La creatividad humana sigue siendo esencial en este proceso, pero los límites entre lo que crea una máquina y lo que crea un ser humano se están desdibujando rápidamente.

En este contexto, entender el funcionamiento técnico de estos modelos y sus implicaciones éticas es crucial. Aunque las tecnologías están avanzando de forma impresionante, la educación y el desarrollo de políticas claras sobre su uso adecuado son esenciales para evitar consecuencias negativas. En este sentido, no solo es necesario comprender las capacidades actuales de estas herramientas, sino también estar preparados para los desafíos que su integración en la vida cotidiana traerá.