En el estado excitado, el electrón se localiza cerca del lado opuesto del anillo, lo que da lugar a un momento dipolar de la misma magnitud que el del estado base, pero con signo opuesto. La distribución de densidad de electrones en los estados base y primer excitado, cuando el flujo magnético Φ = 0 y Φ = Φ₀/2, y cuando la degeneración se elimina por un campo eléctrico débil, se muestra en la Figura 5. A medida que el flujo magnético cambia, la densidad en el estado base oscila con un período de Φ₀, pasando de una distribución no polarizada a una distribución fuertemente polarizada, lo que resulta en las correspondientes oscilaciones del momento dipolar. Sin embargo, las oscilaciones del momento dipolar total del anillo cuántico deben ser parcialmente compensadas si el primer estado excitado, que lleva un momento dipolar opuesto al momento dipolar del estado base para un flujo igual a un número impar de Φ₀/2, también está ocupado debido a la temperatura finita. El efecto de la temperatura T puede tomarse en cuenta mediante un promedio térmico sobre todos los estados, ∑ Pn exp (−εn/kB T), como se muestra en la ecuación (57). Los resultados de los cálculos numéricos, utilizando esta ecuación para varios valores de temperatura, se muestran en la Figura 6. Las oscilaciones del momento dipolar, que son bien pronunciadas cuando kB T ≪ eE R, se suprimen cuando la temperatura aumenta.

En este trabajo se considera únicamente el límite de un campo eléctrico débil. Campos más fuertes, cuando eE R > 2 /2MeR², localizan el electrón del estado base cerca de un lado del anillo, incluso en ausencia de un campo magnético, y el cambio de flujo magnético ya no puede influir en la distribución de la densidad del electrón. Para todos los valores de Φ, la función de onda en el estado base consiste en una mezcla de funciones con diferentes momentos angulares, asegurando que este estado esté siempre fuertemente polarizado. La supresión de las oscilaciones del momento dipolar con el aumento del campo eléctrico se puede observar en la Figura 7, donde las curvas superiores, correspondientes a campos eléctricos más altos y momentos dipolares más grandes, muestran oscilaciones menos pronunciadas. Se sabe que las oscilaciones de energía para varios de los estados más bajos se suprimen completamente en campos eléctricos fuertes [121].

Es interesante considerar las condiciones necesarias para observar experimentalmente las oscilaciones magneto-dipolares en los anillos cuánticos. Un radio típico para los anillos cuánticos alcanzables experimentalmente es R ≈ 20 nm. Esto da una escala de energía característica de la separación entre niveles, ε₁(0) ≈ 2 meV (lo que corresponde a 0.5 THz) para un electrón con masa efectiva Me = 0.05 me. Para un anillo con R = 20 nm, la magnitud de un campo magnético que produzca un flujo Φ = Φ₀ es B ≈ 3 T. Por lo tanto, una disminución adicional del radio del anillo requeriría campos magnéticos que son difíciles de lograr. Un campo eléctrico típico necesario para que las oscilaciones del momento dipolar sean pronunciadas es E ≈ 0.1ε₁(0)/eR ≈ 10⁴ V/m, que se puede crear fácilmente. Sin embargo, la condición más difícil de cumplir es la del régimen de temperatura, T < eE R/kB. Para el campo eléctrico y el radio del anillo discutidos, esta condición se convierte en T < 2 K. En principio, tales temperaturas pueden alcanzarse en experimentos de laboratorio, y las oscilaciones magneto-dipolares pueden ser detectadas, por ejemplo, mediante mediciones de capacitancia. Sin embargo, para aplicaciones prácticas en dispositivos, como la magnetometría basada en anillos cuánticos, son deseables temperaturas más altas.

El siguiente paso es estudiar el proceso que es menos sensible a la ocupación de estados excitados inducida por la temperatura.

En esta sección, se estudia la influencia del campo eléctrico en el plano sobre las propiedades de polarización de las transiciones radiativas entre niveles en los anillos cuánticos de Aharonov-Bohm. Se restringe la consideración a radiación linealmente polarizada y transiciones ópticas dipolares. El índice de transición Tiₓ entre los estados inicial i y final f del electrón está gobernado por el elemento de matriz Piₓ = ⟨f|eP̂|i⟩, donde P̂ es el operador del momento dipolar y e es la proyección del vector de polarización de la radiación sobre el plano del anillo cuántico. Para el modelo de un anillo cuántico infinitamente estrecho, la expresión es:

Pix(θ)=eRΨfΨicos(θϕ)dϕ,Piₓ (θ) = eR \int Ψf* Ψi cos (θ - ϕ) dϕ,

donde θ es el ángulo entre el vector e y el campo eléctrico E en el plano. Sustituyendo las funciones de onda del electrón Ψi y Ψf en esta ecuación, se obtiene:

TixPix2(θ)=P+P+22PixPixcos2θ,Tiₓ ∼ Piₓ² (θ) = P− + P+² − 2 Piₓ Piₓ cos 2θ,

donde los términos P− y P+ representan las contribuciones de las diferentes funciones de onda. Para estados en los que no hay degeneración, las transiciones no presentan polarización lineal, y la dependencia angular desaparece.

El cambio más dramático ocurre cuando el flujo Φ es igual a un número entero de Φ₀/2. En ese caso, las tasas de transición inducidas por la radiación polarizada paralelamente al campo eléctrico (θ = 0) son nulas, mientras que las transiciones inducidas por luz polarizada perpendicularmente al campo eléctrico alcanzan su valor máximo, resultando en una anisotropía óptica significativa. Las transiciones entre el estado base y el primer estado excitado son linealmente polarizadas, pero con θ = 0, lo que significa que la polarización de estas transiciones es perpendicular a la polarización de las transiciones entre el estado base y el segundo estado excitado. Esto crea un efecto óptico fuerte, especialmente cuando los estados excitados están muy cerca energéticamente.

Este comportamiento óptico puede ser útil para aplicaciones en tecnologías cuánticas, como dispositivos de detección basados en la anisotropía óptica de los anillos cuánticos, o en el estudio de transiciones de terahercios.

¿Cómo afectan los anillos cuánticos a las transiciones de terahercios en campos electromagnéticos?

Los anillos cuánticos, estructuras a escala nanométrica formadas por materiales semiconductores, tienen propiedades electrónicas únicas que emergen cuando son sometidos a campos electromagnéticos. Este comportamiento se explora ampliamente en diversos estudios debido a su potencial en dispositivos cuánticos avanzados, como láseres de terahercios, que aprovechan las transiciones excitónicas y polaritónicas.

En particular, las interacciones de los anillos cuánticos con campos eléctricos y magnéticos han sido objeto de atención debido a su capacidad para influir en los niveles energéticos de los electrones. Los efectos cuánticos, como el fenómeno de Aharonov-Bohm, manifiestan una dependiente geometría en los anillos, produciendo un entrelazamiento entre el momento dipolar eléctrico y el momento magnético del sistema. Cuando estos anillos se colocan en un campo eléctrico transversal, se observan oscilaciones en el momento dipolar, que se traducen en fluctuaciones en las transiciones de energía.

La influencia de los campos magnéticos y eléctricos sobre los anillos cuánticos se puede modelar usando teorías cuánticas específicas, como las presentadas en trabajos de Alexeev y Portnoi. En estos modelos, se abordan transiciones ópticas no lineales que permiten la emisión de radiación en el rango de los terahercios. Esta radiación se puede generar mediante el acoplamiento entre excitones y fotones en cavidades semiconductoras microcavidadas. Las microcavidades, que permiten una fuerte interacción luz-materia, son cruciales para el desarrollo de láseres de terahercios eficientes.

El láser de terahercios, en particular, es una de las aplicaciones más interesantes derivadas de estos estudios, ya que el rango de frecuencias terahercios está siendo cada vez más relevante en diversas áreas, desde la espectroscopía hasta la transmisión de información. En este contexto, los estudios sobre la emisión estimulada de radiación terahercios por láseres polaritónicos ofrecen un marco para la creación de dispositivos ópticos avanzados. A través de un acoplamiento fuerte entre los estados cuánticos de excitón y fotón, los dispositivos que operan en este rango podrían tener aplicaciones en sensores, comunicaciones y diagnósticos médicos.

Sin embargo, hay aspectos clave que deben entenderse sobre estos sistemas. Primero, la transición entre los diferentes estados excitónicos es altamente sensible a la variación de los parámetros del campo aplicado. Las variaciones en la intensidad y dirección de un campo magnético o eléctrico pueden alterar significativamente la estructura electrónica del anillo cuántico, lo que afecta a las transiciones energéticas y, en consecuencia, a las propiedades de emisión de radiación. Además, la interacción de los electrones con las cavidades cuánticas, como se ve en los estudios de Kavokin y colaboradores, tiene un impacto directo sobre la eficiencia de la emisión de radiación.

Más allá de las aplicaciones inmediatas, los estudios de estos fenómenos cuánticos ofrecen también una visión fundamental de los procesos cuánticos colectivos. A medida que avanzan las investigaciones sobre los condensados de polaritones, se exploran también los efectos no lineales que surgen al aumentar la densidad de partículas, lo que abre las puertas a nuevas formas de manipulación cuántica de la luz. Este comportamiento es crucial no solo en el ámbito de la optoelectrónica, sino también en la computación cuántica, donde las interacciones entre qubits cuánticos basados en polaritones podrían transformar la capacidad de procesamiento de información.

Es importante también reconocer que el estudio de los anillos cuánticos y las transiciones terahercios se encuentra en una fase de desarrollo continuo, donde las simulaciones numéricas y los experimentos en laboratorio juegan un papel crucial. La mejora en la precisión de los modelos teóricos, como los que implican la teoría del "campo cuántico de polaritones", permitirá un mejor control de estos sistemas y su integración en dispositivos reales.

Además, los avances en la fabricación de estructuras cuánticas, como los anillos cuánticos basados en semiconductores III-V, están ampliando las posibilidades de utilizar estos sistemas a temperaturas y condiciones experimentales más accesibles, lo que facilita la creación de dispositivos de terahercios más eficientes y versátiles. Sin embargo, la eficiencia de estos dispositivos sigue siendo un desafío clave, especialmente cuando se trata de la generación de radiación coherente a frecuencias terahercios.

¿Cómo afecta la tensión mecánica y el confinamiento a las frecuencias fonónicas en nanocables Ge-Si y Si-Ge?

La descripción detallada de los modos fonónicos confinados en nanocables (NWs) con estructura núcleo-caparazón Ge-Si y Si-Ge revela una complejidad intrínseca, determinada por las relaciones de tensión mecánica (strain), el confinamiento geométrico y la orientación cristalográfica del crecimiento. En el marco de un modelo fonónico semiclasico, se considera la relajación parcial de la tensión en función del radio del núcleo y el grosor de la capa, y se introduce un parámetro de relajación axial ρ₀ que modifica el desajuste de red efectivo. Este parámetro, con valores entre 0 y 1, permite evitar sobreestimaciones en el cálculo del efecto de la tensión, siendo ρ₀ = 0 el caso completamente tensionado y ρ₀ = 0.5 una aproximación más realista para diámetros de núcleo mayores a 11 nm.

Las ecuaciones seculares desarrolladas a partir del análisis del tensor de deformación en coordenadas cilíndricas muestran que la dependencia de los desplazamientos fonónicos con respecto al parámetro de desajuste estructural está codificada a través de los coeficientes de acoplamiento p, q y t, que varían según el tipo de material (Ge o Si) y la dirección de crecimiento ([011] o [111]). Para direcciones específicas, como [011], se observa una ruptura de degeneración de los modos ópticos, y el acoplamiento entre modos longitudinales y transversales depende críticamente del número angular n y del vector de onda axial k_z.

El desplazamiento en frecuencia inducido por la tensión, Δω², es diferente para cada modo fonónico (longitudinal L, transversal T₁ y T₂) y depende tanto del tensor de deformación como del acoplamiento entre los materiales núcleo y capa. La naturaleza anisotrópica del sistema se manifiesta en la forma en que la tensión modifica diferencialmente los modos según su orientación en el espacio y su simetría. En particular, para crecimiento en la dirección [111], las expresiones para Δω² incluyen términos mixtos que evidencian el acoplamiento no trivial entre ε_rr y ε_zz, con factores dependientes de t que controlan la contribución diferencial de la tensión axial frente a la radial.

Los datos experimentales obtenidos mediante espectroscopía Raman confirman que el confinamiento de los modos fonónicos es significativo para radios del núcleo por debajo de unos pocos nanómetros, mientras que para radios mayores, la tensión es parcialmente relajada, y su contribución neta se reduce. Sin embargo, para radios pequeños, la influencia de la tensión sobre los modos confinados puede superar incluso el efecto del confinamiento mismo.

Las relaciones de dispersión fonónica para los modos núcleo se obtienen resolviendo la ecuación (B.12), en la cual el segundo término representa el efecto del confinamiento inversamente proporcional al cuadrado del radio del núcleo, y el tercer término incorpora el efecto de la tensión. Este último depende del cociente γ = b/a, donde b y a son los radios del caparazón y del núcleo, respectivamente. Para núcleos Ge en una envoltura Si, el desajuste positivo de red genera una tensión de compresión, lo que produce un aumento (blueshift) en las frecuencias fonónicas.

¿Cómo afecta la geometría diferencial en las propiedades cuánticas de nanostructuras curvadas y tensadas?

En las últimas décadas, los efectos de la forma de las nanostructuras han generado un creciente interés debido a los avances en las tecnologías de fabricación. La posibilidad de manipular la forma y el tamaño de estas estructuras a escala nanométrica ha permitido descubrir nuevos fenómenos físicos y mejorar el rendimiento de dispositivos electrónicos y ópticos. Sin embargo, para explorar este vasto campo de posibilidades, es necesario contar con herramientas analíticas y computacionales eficaces para estudiar el comportamiento cuántico de las partículas en estas estructuras complejas.

Uno de los enfoques más relevantes para comprender las propiedades cuánticas de las nanostructuras es el uso de la geometría diferencial. Esta disciplina proporciona las herramientas matemáticas necesarias para examinar el estado cuántico de una partícula en una estructura que presenta curvatura o tensiones, es decir, en una estructura que se aleja de la forma plana. A través de este enfoque, es posible estudiar cómo la geometría de la estructura influye en los estados cuánticos y sus energías asociadas.

El caso de estudio más sencillo y conocido es el de los anillos, que se utilizan con frecuencia como modelos de estructuras nanométricas. Cuando se analiza la geometría de estos anillos, se observa que los efectos de la curvatura son más pronunciados en el estado fundamental de la partícula. La curvatura provoca un cambio cualitativo y cuantitativo en las propiedades físicas de la estructura. En particular, las características de simetría del plano en el estado fundamental se ven alteradas por los efectos de la curvatura. Sin embargo, es importante notar que, para anillos con radios de curvatura superiores a 50 nm, las contribuciones de la curvatura pueden considerarse despreciables, lo que implica que la estructura puede aproximarse a una forma plana sin grandes pérdidas en la precisión de los cálculos cuánticos.

El análisis de estructuras más complejas, como las estructuras de Möbius, también ha revelado interesantes efectos geométricos en las propiedades cuánticas. Estas estructuras, que poseen una topología no orientable, presentan características únicas que afectan los estados cuánticos. En el caso de las estructuras de Möbius, los efectos geométricos sobre los estados cuánticos y sus energías están relacionados no solo con la curvatura, sino también con el ancho, la longitud, el grosor y las tensiones presentes en la estructura. Es posible que las propiedades de los estados cuánticos dependan fuertemente de estos factores, y su comprensión es crucial para el diseño de dispositivos que aprovechen estas propiedades no convencionales.

Un aspecto fundamental que se introduce en ediciones posteriores de este estudio es el desarrollo de las ecuaciones de movimiento de los fonones para capas delgadas, aplicadas específicamente al caso de grafeno bidimensional. Este enfoque permite una mayor comprensión de los efectos cuánticos en materiales bidimensionales, que están emergiendo como candidatos clave en la tecnología de dispositivos de próxima generación. Además, en versiones más avanzadas del estudio, se analizan las propiedades de los anillos cuánticos abiertos y cerrados en geometrías normales, mostrando cómo las energías de los estados cuánticos dependen de un ángulo de holonomía, el cual está determinado por la integral de la torsión a lo largo de la línea central del anillo.

Para aquellos interesados en los detalles matemáticos y físicos, resulta esencial comprender que la curvatura y la tensión no son solo perturbaciones pequeñas en la estructura, sino que juegan un papel determinante en la modificación de las propiedades cuánticas, especialmente cuando se considera la naturaleza de los estados fundamentales. Las técnicas de geometría diferencial permiten modelar con precisión cómo estos factores alteran las energías y las simetrías de los sistemas, lo cual tiene implicaciones importantes para el diseño de nuevos dispositivos y materiales.

Es importante destacar que, a pesar de que los efectos de la geometría en sistemas cuánticos pueden parecer sutiles en algunas situaciones, son precisamente estos pequeños detalles los que pueden hacer una gran diferencia en el comportamiento macroscópico de los dispositivos. Por ejemplo, las propiedades electrónicas de materiales como el grafeno o los nanotubos de carbono, que son sensibles a la curvatura y la tensión, pueden verse fuertemente modificadas por la forma en que estos se fabrican y manipulan. La comprensión de cómo la geometría afecta a los estados cuánticos es, por lo tanto, una herramienta indispensable para aquellos que buscan innovar en la creación de materiales con propiedades físicas personalizadas.