El cultivo de árboles frutales en Florida requiere una comprensión cuidadosa del clima, del tipo de suelo y de las necesidades específicas de cada especie. En este entorno subtropical y tropical, factores como la tolerancia al frío, el drenaje del suelo y la frecuencia del riego se vuelven esenciales para lograr un desarrollo vigoroso y una producción sostenida de frutos.
El níspero japonés (Loquat) se adapta bien a las condiciones del estado. Puede plantarse en cualquier época del año y prefiere pleno sol. Aunque tolera diversos tipos de suelo e incluso algo de salinidad, no prospera en suelos anegados. El riego debe ser diario durante las primeras semanas y luego reducirse progresivamente. No requiere poda, y la fertilización debe comenzar con un fertilizante general equilibrado (8-8-8-2) aplicado cuatro veces al año, incrementando la cantidad conforme el árbol crece. En suelos alcalinos, es recomendable añadir hierro quelatado dos veces al año para evitar deficiencias. Problemas como el fuego bacteriano pueden aparecer y deben controlarse con poda y fungicidas apropiados.
El limón es uno de los cítricos más sensibles al frío, por lo que su cultivo debe limitarse a zonas al sur de una línea imaginaria que conecta Daytona Beach con Crystal River. Prefiere pleno sol y suelos bien drenados. En caso de suelos poco drenantes, se debe plantar en montículos. Se riega a diario las dos primeras semanas, disminuyendo después según la climatología. El cuidado implica aplicaciones frecuentes de fertilizante cítrico, aumentando la dosis con el crecimiento del tronco. Es esencial aplicar sprays foliares con micronutrientes y mantener la zona bajo la copa libre de malezas. Aunque muchos problemas fitosanitarios afectan sólo la estética del fruto, no su calidad, su manejo es recomendable para evitar infestaciones graves. Las variedades recomendadas incluyen ‘Avon’, ‘Bearss’, ‘Eureka’ y ‘Ponderosa’, esta última destacada por el tamaño de su fruta.
Las limas, igualmente sensibles al frío, deben cultivarse en zonas libres de heladas. Las persas (Tahitian) toleran más el frío que las mexicanas (Key). Se cultivan de manera similar a los limones, en suelos bien drenados y con riego regular durante los periodos secos. La fertilización debe ser constante a lo largo del año y debe complementarse con micronutrientes. Se cosechan al cambiar de color, siendo el periodo principal de maduración entre junio y septiembre para las Tahitian, mientras que las Key pueden producir casi todo el año.
El lichi requiere suelos bien drenados y exposición plena al sol. La plantación debe hacerse con el cepellón ligeramente por encima del nivel del suelo, ya que es sensible a la profundidad excesiva. El riego diario durante las tres primeras semanas es esencial, seguido de una irrigación semanal. No tolera el encharcamiento. Necesita fertilización bimestral durante el primer año y luego tres veces al año. El uso de sprays foliares es útil en suelos calcáreos. La cosecha se realiza cuando los frutos adquieren un color rojo brillante en primavera o verano. Las frutas, que cuelgan en racimos, deben cortarse con todo el conjunto. Entre las variedades más exitosas se encuentran ‘Mauritius’ y ‘Brewster’.
El mango es un árbol robusto que necesita pleno sol, suelo bien drenado y espacio para su crecimiento (hasta 15 metros de altura). La plantación debe hacerse al inicio de la temporada de lluvias y en zonas sin riesgo de heladas. Se planta con el cepellón ligeramente elevado. El riego debe ser diario durante las dos primeras semanas y luego progresivamente más espaciado. A pesar de tolerar la sequía, para obtener frutas de buena calidad, se recomienda irrigar regularmente durante su desarrollo. Se fertiliza con productos que contengan magnesio y hierro, y se deben evitar plantas ornamentales costosas cerca, ya que el árbol puede causar daños con la caída de frutos y hojas. Las variedades ‘Carrie’, ‘Edward’, ‘Florigon’ y ‘Keitt’ son populares por su sabor y productividad.
El árbol de macadamia, originario de los bosques lluviosos australianos, necesita calor, humedad alta y suelos bien preparados. No tolera heladas severas, aunque los árboles adultos pueden resistir hasta -2°C. La plantación debe realizarse con el cepellón elevado y formando una cuenca para el riego inicial. Prefiere suelos húmedos pero bien drenados. No requiere cuidados especiales, aunque el riego periódico durante la floración mejora la calidad de la nuez. El fruto madura en otoño y cae naturalmente cuando está listo para ser recolectado. Las variedades específicas para Florida aún no están bien definidas.
Comprender las diferencias fisiológicas y agronómicas entre las especies es fundamental para un manejo adecuado. La mayoría de los árboles frutales tropicales y subtropicales requieren intervenciones específicas según el tipo de suelo, el pH, la disponibilidad de nutrientes y la estructura radicular. La elección de una variedad apropiada para la región puede ser decisiva entre un cultivo productivo y uno fallido. Las deficiencias de micronutrientes como hierro y magnesio son frecuentes en suelos calcáreos de Florida y deben tratarse de forma proactiva. La fertilización foliar y la corrección del pH del suelo son técnicas eficaces y a menudo subestimadas. Además, el diseño de la plantación debe prever la madurez del árbol: muchas especies tienen sistemas radiculares extensos o copas anchas que interfieren con edificaciones, otras plantas o estructuras subterráneas. La selección del sitio de plantación y el conocimiento de las condiciones microclimáticas son herramientas indispensables en la agricultura doméstica avanzada en climas tropicales.
¿Cómo elegir y cuidar plantas ornamentales y cubresuelos para el jardín en Florida?
Las plantas ornamentales y los cubresuelos ofrecen una amplia gama de beneficios, desde la mejora estética de un jardín hasta la creación de barreras naturales contra el viento y el sol. En Florida, un estado con un clima tan diverso, es fundamental elegir las especies adecuadas para cada región, ya que las condiciones varían considerablemente entre el norte, el centro y el sur del estado. La correcta selección de plantas y su adecuado mantenimiento asegurarán un crecimiento saludable y duradero, además de facilitar la creación de paisajes sostenibles y atractivos.
Cuando se trata de céspedes y cubresuelos, las gramíneas ornamentales son una excelente opción para aquellos jardineros interesados en crear espacios visualmente agradables y funcionales. Estas plantas se destacan por sus formas y colores, que varían según la especie y el ciclo estacional. Por ejemplo, la Muhly grass, que se puede encontrar comúnmente en áreas de 24 a 30 pulgadas de altura, presenta una floración rosa que ocurre entre septiembre y octubre, lo que la convierte en un acento ideal para jardines que buscan resaltar durante el cambio de estaciones. También existen opciones como la Pampas grass, que crece entre 72 y 96 pulgadas y proporciona una barrera visual espectacular con su floración blanca o rosa en los meses de agosto a octubre.
Es importante mencionar que las gramíneas ornamentales, aunque estéticamente hermosas, requieren un mantenimiento adecuado. Durante el primer mes de plantación, es crucial asegurarse de que las nuevas plantas reciban riego diario para asegurar que sus raíces se establezcan correctamente. Después, el riego puede reducirse a medida que las plantas se estabilizan, y es común que estas especies solo necesiten riego adicional durante las temporadas secas.
Aparte de las gramíneas, los cubresuelos desempeñan un papel importante en la estabilización del suelo y la prevención de la erosión, especialmente en áreas de sombra parcial o total. Especies como el Holly fern y la Ivy inglesa son ideales para áreas sombreadas, ya que prosperan bajo los árboles o en bordes de caminos. Sin embargo, también es importante recordar que algunas plantas de cobertura necesitan ser recortadas regularmente para evitar que invadan caminos o áreas de paso, lo que puede resultar en un mantenimiento continuo durante todo el año.
El momento adecuado para la siembra y el cuidado de estas plantas varía dependiendo de la zona. En el sur de Florida, el crecimiento de muchas plantas comienza temprano en la primavera, lo que permite iniciar las fertilizaciones a partir de esa época. En cambio, en el centro y el norte de Florida, es mejor esperar hasta febrero o marzo para comenzar las fertilizaciones. El abono debe aplicarse de manera moderada, especialmente si se busca estimular un crecimiento más vigoroso.
Los insectos y las plagas también juegan un papel en el cuidado de estas plantas. Aunque la actividad de la mayoría de los insectos comienza a ser notable con el inicio del crecimiento primaveral, algunos como las cochinillas pueden aparecer en cualquier época del año. Durante el invierno, se puede usar un spray de aceite para controlar estas plagas, siempre que las temperaturas sean superiores a los 40 grados. La vigilancia de las plantas es clave para mantenerlas libres de plagas, y el uso de pesticidas debe ser selectivo, evitando la aplicación indiscriminada que podría afectar a insectos beneficiosos.
Otro aspecto crucial en el cuidado de estas plantas es la preparación del suelo. Aunque la mayoría de las gramíneas y cubresuelos son resistentes y no requieren una preparación especial del terreno, agregar materia orgánica al suelo, especialmente en camas grandes, mejora la calidad del mismo, lo que permite que las plantas se desarrollen con mayor facilidad y reduzcan la necesidad de riego constante. Además, al plantar especies de cobertura, es importante asegurarse de que el suelo esté lo suficientemente aireado y enriquecido con nutrientes para facilitar el enraizamiento.
Los períodos secos en Florida pueden poner a prueba a las plantas, por lo que es necesario asegurarse de que las nuevas siembras tengan suficiente humedad, especialmente durante los primeros dos meses, cuando el sistema radicular aún está en desarrollo. Para los cubresuelos establecidos, el riego adicional solo es necesario durante sequías prolongadas. Por otro lado, si se ha pasado por alto una fertilización en primavera, es recomendable aplicarla ahora para asegurar un crecimiento saludable.
Para aquellos que buscan optimizar sus jardines, los cubresuelos son una excelente opción para llenar pequeños espacios entre edificios y pavimentos, creando un aspecto armonioso y, a la vez, funcional. Si bien las plagas como orugas y áfidos pueden ser comunes en el verano, su control puede realizarse de manera efectiva con soluciones orgánicas como rociados de jabón, siempre que se usen de manera cuidadosa para no perjudicar a insectos beneficiosos.
Por último, el mantenimiento de las plantas ornamentales y los cubresuelos no debe ser un proceso laborioso si se realiza con anticipación. La poda de las gramíneas ornamentales debe hacerse antes de que comience su crecimiento primaveral, y, si es necesario, se deben recortar las partes secas o muertas para mantener su forma y fomentar un crecimiento más saludable.

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