El mecanizado con láser es una técnica ampliamente utilizada por sus ventajas únicas frente a otros métodos convencionales. A continuación, se detallan sus características y limitaciones, que son esenciales para comprender cómo y cuándo debe aplicarse el láser en diversas industrias, especialmente en sectores de alta precisión como la aeronáutica.

En primer lugar, el láser es un proceso sin contacto. A diferencia de otros métodos de mecanizado, el láser no requiere herramientas físicas para cortar el material, lo que elimina el estrés mecánico sobre los bordes cortados y la necesidad de reemplazar o desarmar herramientas. Esto reduce significativamente el tiempo de procesamiento. Los haces de láser, al tener alta densidad de potencia, permiten un procesamiento a alta velocidad, y al no tener inercia, posibilitan paradas y arranques rápidos durante el proceso, lo que resulta en una mayor eficiencia. Además, el láser se caracteriza por una gran flexibilidad en el procesamiento, ya que se puede ajustar fácilmente la dirección, el tamaño y la intensidad del haz, adaptándose a las distintas necesidades de producción. Esto hace que el láser sea adecuado para la automatización, integrándose fácilmente con máquinas CNC y robots para procesar piezas complejas, sin verse afectado por interferencias electromagnéticas y funcionando en ambientes atmosféricos normales.

El láser es también capaz de realizar mecanizado a escala microscópica. Esto es posible gracias a su capacidad para enfocar los haces a niveles de longitud de onda, generando puntos de energía extremadamente pequeños, ideales para aplicaciones de precisión en la fabricación de componentes muy pequeños. Otra ventaja importante es la capacidad de trabajar a través de medios transparentes, lo que permite procesar piezas dentro de contenedores sellados, sin necesidad de exponerlas al ambiente exterior.

En términos de materiales, el láser es adecuado para una amplia gama de materiales, incluidos metales y no metales de alta dureza, fragilidad y altos puntos de fusión, lo que amplía su campo de aplicación en la industria moderna. Sin embargo, no todo es perfecto. Existen limitaciones inherentes a este proceso, como los efectos térmicos sobre los materiales, que pueden inducir deformaciones térmicas, una eficiencia baja en la remoción de material y una precisión superficial insuficiente en algunos casos. Por ello, en sectores como la manufactura aeroespacial, se prefiere el mecanizado asistido por láser en lugar de un procesamiento puramente con láser, para conseguir una producción eficiente y de alta calidad.

Interacciones del Material con el Láser

El efecto fototérmico es uno de los principios fundamentales en la interacción del láser con los materiales. Cuando un haz de luz incide sobre la superficie de un material, los fotones pueden resonar con las vibraciones de los electrones, átomos o moléculas dentro del material. Esta resonancia provoca la absorción de la energía, que luego se libera en forma de calor. Este proceso, cuando ocurre de manera extensa, provoca un aumento en la temperatura del material, lo que constituye el efecto fototérmico. En el caso de los láseres de pulsos largos, la energía se absorbe y se difunde en el material a través de la conducción térmica. Sin embargo, cuando el pulso del láser es extremadamente corto, como en el caso de pulsos de menos de 10 ps, la conducción térmica es mínima y solo se considera la excitación de los electrones sin que se produzca un efecto térmico significativo fuera del área irradiada.

Por otro lado, el efecto fotocatalítico juega un papel crucial en el procesamiento láser, especialmente en materiales reactivos o cuando se utilizan gases reactivos en el entorno de irradiación. A diferencia del simple calentamiento, el láser puede inducir reacciones químicas al absorber energía que provoca la ruptura y recomposición de los enlaces químicos dentro del material. Este proceso puede resultar en la creación de nuevos productos o la eliminación de ciertas sustancias del sustrato. Las reacciones fotocatalíticas se diferencian de las reacciones térmicas tradicionales al operar en un estado no equilibriado, lo que da lugar a productos y rutas de reacción diferentes.

En este contexto, la fotocatalisis es especialmente útil para materiales difíciles de cortar o en aplicaciones de ultra precisión, donde el calor generado durante el proceso puede dañar el material de manera significativa. Los láseres ultravioleta de corta longitud de onda son los más efectivos para provocar estos efectos, ya que su alta energía fotónica permite que las moléculas del material acumulen suficiente energía para romper enlaces químicos sin que se generen defectos térmicos excesivos.

Comportamiento de los Materiales Bajo Irradiación Láser

El comportamiento de los materiales bajo irradiación láser está determinado por una serie de factores, entre los que se encuentran las propiedades ópticas, térmicas y mecánicas del material, así como las características del láser, como la longitud de onda, el ancho del pulso y la potencia. Cuando los fotones del láser interactúan con los electrones en el material, estos son absorbidos, generando lo que se conoce como portadores calientes. Estos portadores transfieren su energía al reticulado del material a través de la emisión de fonones, generando un proceso de relajación que ocurre en intervalos de tiempo que pueden ir desde los 10^-12 segundos hasta los 10^-3 segundos. Dependiendo de la duración del pulso láser, el proceso puede ser considerado térmico o no térmico, lo que influye directamente en el tipo de interacciones que se producen.

Un aspecto clave a entender es que, aunque el láser es extremadamente preciso y capaz de manejar materiales a nivel microestructural, sus efectos térmicos pueden ser tanto ventajosos como perjudiciales, dependiendo de la aplicación y el control de los parámetros láser. Esto subraya la importancia de una comprensión profunda de cómo el láser interactúa con los materiales a nivel atómico y molecular, especialmente cuando se busca una alta precisión sin afectar las propiedades del material.

¿Cómo afecta la asistencia láser al proceso de torneado y qué mejoras puede aportar?

El torneado asistido por láser (LAT) es una tecnología emergente que está revolucionando la forma en que se trabajan los materiales difíciles de mecanizar. A través de la aplicación de un láser que pre-calienta y ablanda la superficie del material antes del corte, se puede lograr una mejora significativa en diversos aspectos del proceso de mecanizado, como la reducción de la fuerza de corte, la mejora de la calidad de la superficie y la extensión de la vida útil de la herramienta.

Uno de los principales efectos del láser en el proceso de torneado es la reducción de la fuerza de corte. La aplicación de láser sobre la pieza de trabajo incrementa localmente la temperatura, lo que disminuye la resistencia al corte del material. Esto se debe a que el aumento de la temperatura reduce la dureza, la fuerza y el estrés en la zona de corte, facilitando así el trabajo de la herramienta. En materiales plásticos, como las superaleaciones a base de níquel, este incremento de la temperatura tiene un impacto positivo, reduciendo la fuerza de corte. Sin embargo, en materiales difíciles de mecanizar, como las aleaciones para la industria aeroespacial, sin una correcta aplicación del láser, la dureza del material puede dificultar la penetración de la herramienta, lo que da lugar a una mayor fuerza de empuje que la axial o la de corte, tal y como se muestra en estudios previos.

La utilización de la tecnología de asistencia láser también afecta el comportamiento de las virutas. Durante el torneado convencional, las virutas de los materiales de aleación tienden a segmentarse a velocidades de corte bajas, lo que genera fuerzas cíclicas dinámicas que afectan negativamente la estabilidad del proceso y la vida útil de la herramienta. Bajo el calentamiento y ablandamiento previo del material con el láser, la continuidad de las virutas mejora, lo que reduce la aparición de vibraciones (chatter) y minimiza el desgaste de la herramienta. De hecho, investigaciones han demostrado que, en comparación con el torneado convencional, el torneado asistido por láser puede reducir la energía específica de corte hasta en un 35%, y mejorar el acabado superficial en un 22%.

En cuanto a la calidad del corte, el torneado asistido por láser ofrece ventajas significativas. Al reducir la segmentación de las virutas y facilitar la deformación plástica uniforme, se consigue una mejora en la calidad superficial del material. Este proceso no solo mejora la continuidad de las virutas, sino que también optimiza el comportamiento de las herramientas, reduciendo el desgaste y extendiendo su vida útil. Las aleaciones a base de níquel, por ejemplo, son conocidas por su tendencia a sufrir endurecimiento rápido durante el proceso de mecanizado convencional, lo que conduce a un desgaste acelerado de la herramienta y a un acabado superficial deficiente. Sin embargo, la aplicación del láser puede mitigar este problema, mejorando la calidad del acabado superficial.

Sin embargo, es importante tener en cuenta que, si la temperatura de corte supera ciertos límites, como los 540 °C en el caso de Inconel 718, pueden surgir problemas de calidad superficial debido a la formación de un borde construido (BUE, por sus siglas en inglés). Un aumento excesivo de la temperatura puede generar una interacción perjudicial entre la viruta y la herramienta, lo que puede provocar un acabado superficial deficiente. Además, el aumento de la velocidad de corte puede elevar la temperatura en la interfaz entre la viruta y la herramienta, lo que provoca un desgaste acelerado de la herramienta y un aumento en la rugosidad superficial. Por lo tanto, es crucial controlar cuidadosamente los parámetros del láser para evitar que se sobrepasen las temperaturas críticas.

En cuanto a la relación entre la temperatura y el comportamiento de las virutas, es fundamental que el material se mantenga dentro de un rango térmico adecuado para obtener los mejores resultados. A temperaturas elevadas, la resistencia al corte disminuye, lo que facilita el proceso de mecanizado y mejora la continuidad de las virutas. Además, la temperatura también influye en la microestructura de las virutas, que se vuelve más uniforme bajo la influencia del láser. La mejora en la microestructura de la viruta es clave para reducir el desgaste de la herramienta y mejorar la calidad del corte.

Por lo tanto, el proceso de torneado asistido por láser no solo ofrece una forma de reducir las fuerzas de corte y el desgaste de la herramienta, sino que también mejora la calidad del acabado superficial. Para maximizar estos beneficios, es esencial un control preciso de los parámetros del láser, como la potencia y la velocidad de corte, para evitar efectos negativos como el BUE y la sobrecalefacción del material.

¿Cómo afecta la vibración ultrasónica al esfuerzo de rayado en materiales compuestos SiCp/Al?

El estudio de la interacción entre las herramientas de corte y los materiales compuestos ha tomado gran relevancia en la investigación de procesos de manufactura avanzados. En particular, el rayado ultrasónico ha demostrado ser una técnica prometedora para reducir el esfuerzo de rayado durante la mecanización de materiales duros y complejos como los compuestos de partículas de carburo de silicio (SiCp) en una matriz de aluminio (Al).

Este experimento se basa en una plataforma de prueba equipada con herramientas de corte PCD (diamante policristalino), fabricadas por Zhejiang Wenling Weimeng Diamond Cutting Tools Co., Ltd., cuyos parámetros mecánicos, tales como dureza, módulo de elasticidad, y densidad, se han medido y documentado con precisión. La prueba se realizó utilizando una plataforma de tres ejes, que permite controlar de manera efectiva el movimiento del equipo. Además, se utilizaron sensores de fuerza y amplificadores de carga para registrar las variaciones del esfuerzo durante el proceso de rayado, asegurando que los datos obtenidos fueran fiables y precisos.

Uno de los aspectos más cruciales en este tipo de experimentos es el control de variables como la velocidad de rayado, la amplitud ultrasónica y la fracción de volumen del material compuesto. En el estudio, se emplearon velocidades de rayado de 100, 200 y 400 mm/min, mientras que las fracciones de volumen de SiC se variaron entre 15%, 30% y 45%. En cuanto a la vibración ultrasónica, se probaron tres amplitudes: 2, 4 y 6 μm. Los resultados mostraron que a mayor velocidad de rayado, el esfuerzo de rayado disminuía, un comportamiento atribuido a la reducción del coeficiente de fricción y al incremento de la temperatura, lo que provoca un ablandamiento del material. De forma destacada, cuando se utilizó la vibración ultrasónica, el esfuerzo de rayado disminuyó considerablemente en comparación con los métodos tradicionales. A 400 mm/min, la reducción del esfuerzo alcanzó hasta un 77.9% en comparación con el esfuerzo de rayado sin ultrasonido (OS).

Otro hallazgo relevante fue la influencia de la fracción de volumen de SiC en el esfuerzo de rayado. A medida que aumentaba la cantidad de partículas de SiC en la aleación, tanto el esfuerzo de rayado tradicional como el ultrasónico aumentaban, aunque de manera menos pronunciada en el caso del rayado ultrasónico. Específicamente, con una fracción de volumen de 45% de SiC, la reducción en el esfuerzo de rayado con ultrasonido fue notable, disminuyendo hasta un 76.7% en comparación con el rayado tradicional. Esta diferencia puede explicarse por la acción de la vibración ultrasónica sobre las partículas de SiC, que facilita su desprendimiento de la matriz de aluminio, provocando un daño por fatiga en las partículas SiC que las hace más susceptibles a la remoción durante el rayado.

La comparación entre el esfuerzo de rayado obtenido experimentalmente y las predicciones del modelo de simulación de fuerzas de rayado, realizado con software MATLAB, mostró una excelente concordancia, con errores dentro del 33% en la mayoría de los casos, y una disminución progresiva de estos errores a medida que la velocidad de rayado aumentaba. Estos resultados validan la precisión del modelo propuesto, que demuestra la influencia directa de la vibración ultrasónica en la reducción de la fricción y la mejora en la eficiencia del proceso de mecanizado.

En cuanto a las variaciones en la amplitud ultrasónica, se observó que un aumento de la amplitud generaba un incremento en el esfuerzo de rayado en las etapas iniciales del proceso. Sin embargo, después de alcanzar un valor máximo, el esfuerzo se estabilizaba. Este fenómeno se explicó mediante experimentos adicionales que mostraron que la energía de impacto de alta frecuencia generada por la vibración ultrasónica, al aumentar la amplitud, tiende a cubrir el esfuerzo real de rayado, especialmente cuando las amplitudes son superiores a 2 μm. Sin embargo, el estudio sugiere que para obtener una mejora significativa en la reducción del esfuerzo de rayado, es necesario optimizar la amplitud y la frecuencia de la vibración ultrasónica para cada material específico.

El impacto de la vibración ultrasónica no solo reduce el esfuerzo de rayado, sino que también mejora la vida útil de las herramientas y la calidad de las superficies mecanizadas, lo que convierte a esta técnica en una opción altamente eficiente para el mecanizado de materiales compuestos complejos.

En resumen, los resultados indican que la vibración ultrasónica es una técnica efectiva para reducir el esfuerzo de rayado y mejorar la eficiencia del proceso de corte en materiales compuestos como el SiCp/Al. Es importante que el lector considere que los efectos de la vibración ultrasónica dependen no solo de la amplitud y frecuencia aplicadas, sino también de la composición del material y la configuración del proceso de rayado, lo que subraya la importancia de una planificación cuidadosa de los parámetros experimentales para maximizar los beneficios de esta técnica.

¿Cómo mejorar la eficiencia en el mecanizado de materiales frágiles mediante asistencia con láser y ultrasonido?

La eliminación de material quebradizo de manera eficiente es un desafío constante en procesos de mecanizado debido a la complejidad de manejar materiales que tienden a agrietarse o romperse bajo fuerzas excesivas. Uno de los enfoques innovadores para mejorar este proceso es la combinación de calefacción por láser y vibraciones ultrasónicas. Este proceso tiene como objetivo reducir las fuerzas de corte, mejorar la estabilidad del mecanizado y aumentar la calidad del acabado superficial.

El calentamiento por láser se utiliza para ablandar el material quebradizo antes de su eliminación, lo que permite que se elimine con menor esfuerzo y menor daño. Sin embargo, las altas temperaturas generadas por el láser pueden tener un efecto negativo en la vida útil de las herramientas debido al desgaste térmico en la zona de corte. Para mitigar este problema, se introduce la vibración ultrasónica en la herramienta de corte. Las vibraciones ultrasónicas modifican la interacción entre la herramienta y la pieza de trabajo, reduciendo aún más las fuerzas de corte y aliviando los efectos negativos del calor en la herramienta. Esta combinación no solo mejora la eficiencia del proceso, sino que también prolonga la vida útil de las herramientas de corte.

Investigaciones realizadas por Kim et al. (2015) sobre el mecanizado asistido por láser y vibración ultrasónica en compositos micro-SiC/AA2124 han demostrado mejoras sustanciales en el rendimiento del mecanizado. En este estudio, el material fue primero calentado y ablandado con láser antes de ser eliminado mediante vibraciones ultrasónicas. Este proceso permitió reducir considerablemente la temperatura, los defectos y las fuerzas de corte, lo que resultó en un acabado superficial más fino y una mayor eficiencia en el mecanizado.

Otra investigación relevante de Peng et al. (2017) sobre el mecanizado de compuestos SiCp/Al utilizando vibración ultrasónica elíptica combinada con calentamiento láser también mostró resultados prometedores. El proceso híbrido permitió reducir las fuerzas de corte y mejorar la capacidad de eliminación de material plástico, al mismo tiempo que reducía el daño en la superficie y subsuperficie. Los resultados demostraron que este método mejoró la calidad de la superficie y redujo la rugosidad.

Además, el trabajo de Jiao et al. (2018) sobre la utilización de herramientas de diamante policristalino en el torneado de carburo de tungsteno también destacó las ventajas de la combinación de vibración ultrasónica y calentamiento láser. En su estudio, la aplicación de vibración ultrasónica a las herramientas de corte junto con el calentamiento inducido por láser en las piezas de trabajo resultó en una reducción significativa de las fuerzas de corte, con una mejora impresionante de la vida útil de la herramienta, alcanzando un incremento de hasta el 95.3%.

El proceso de corte asistido por láser y vibración ultrasónica no solo mejora el rendimiento en términos de fuerza de corte y calidad superficial, sino que también permite trabajar con materiales que, de otro modo, serían difíciles de mecanizar debido a su fragilidad. Las altas temperaturas, junto con las vibraciones ultrasónicas, facilitan la separación del material sin comprometer la integridad de la herramienta. La interacción entre el calor y las vibraciones ayuda a reducir los efectos térmicos negativos, lo que contribuye a una mayor estabilidad en el proceso y a un mayor control sobre las propiedades del material.

En experimentos más recientes, como los realizados con el Torneado Asistido por Vibración Elíptica Ultrasónica y Asistencia por Descarga Eléctrica (UEVT+EDA), se ha observado una reducción considerable en las fuerzas de corte y una mejora en la calidad de la superficie. Las marcas de vibración generadas en la superficie durante el proceso de corte asistido no solo proporcionan una indicación visual de la vibración, sino que también afectan la rugosidad superficial, que es un factor crítico en muchos procesos industriales.

En cuanto al desgaste de las herramientas, se ha observado que la formación de borde acumulado (BUE) se reduce significativamente en los procesos asistidos por vibración ultrasónica y láser. En condiciones normales de corte, el BUE puede formarse debido a la alta presión y temperatura en la zona de contacto de la herramienta, lo que genera adherencia de material a la herramienta y un desgaste acelerado. Sin embargo, la asistencia por ultrasonido ayuda a mitigar este fenómeno, lo que prolonga la vida útil de las herramientas de corte y mejora la estabilidad del proceso.

Es importante destacar que la correcta optimización de los parámetros del láser y de la vibración ultrasónica es esencial para lograr los mejores resultados. La potencia del láser debe ser ajustada de manera que se logre un ablandamiento adecuado del material sin causar un exceso de calor que afecte negativamente la herramienta. De igual manera, la frecuencia y la amplitud de las vibraciones ultrasónicas deben ser configuradas de acuerdo con las características específicas del material y el tipo de operación de mecanizado.

La combinación de tecnologías como el láser y la vibración ultrasónica promete transformar el mecanizado de materiales frágiles, ofreciendo un enfoque innovador y eficiente para la industria. La clave del éxito radica en una comprensión profunda de los materiales a procesar y en la correcta integración de estas tecnologías para optimizar tanto la calidad como la eficiencia del proceso de mecanizado.