Desarrollado por Poroshina O.N.,
educadora de la escuela primaria – jardín de infancia “M. Montessori”,
Distrito municipal de Ustyansky

• Recuerden que todo lo que le sucede a su hijo a esta edad es normal. Cualquier intento violento de suprimir tales manifestaciones puede acarrear muchos problemas en el futuro. Vivir cualquier crisis siempre es un beneficio para la formación psicológica de su hijo.

• Traten de evaluar solo las acciones de su hijo, sin juzgar su personalidad. Puede que no les guste su comportamiento, pero el niño debe sentir que no puede perder el amor y la confianza global de sus padres. Es precisamente esta seguridad la que debe acompañar el castigo. Si su hijo grita, patea o golpea, causando desorden, intenten no responder con agresión a la agresión. El mundo del niño no debe destruirse por la ira. Este es un descubrimiento muy importante para él: el mundo no depende de mis emociones, hay algo constante en este mundo, por ejemplo, el amor materno. Un niño que haya hecho este descubrimiento necesitará mucho menos gritar o hacer berrinches en el futuro para que su punto de vista sea aceptado.

• A esta edad, el niño está explorando los límites de su espacio psicológico, y los límites o prohibiciones que encuentra son de suma importancia. Por supuesto, las prohibiciones deben estar justificadas y, en su mayoría, deben estar relacionadas con la seguridad y la salud del niño. Es importante que todos los adultos que rodean al niño mantengan una postura coherente respecto a estas prohibiciones, y que ningún berrinche pueda hacerlas desaparecer.

• Recuerden que, como toda revolución, este período no dura para siempre, y su desenlace depende no solo de su hijo, sino también de la madurez de su propia postura.