EV,i(SOCEV,i) = \left\{
\begin{array}{ll}
P_{rated}, & \text{si } x_{EV,i} \le a_{EV,i} \\
c_{EV,i} SOCEV,i + d_{EV,i}, & \text{si } x_{EV,i} > a_{EV,i}
\end{array}
\right.EV,i(SOCEV,i)={Prated,cEV,iSOCEV,i+dEV,i,si xEV,i≤aEV,isi xEV,i>aEV,i
Donde los parámetros aEV,i, cEV,i, y dEV,i se ajustan para que la potencia máxima inyectable esté en línea con las características de la batería.
Este enfoque permite representar el proceso de carga de manera eficiente, ya que cada vehículo comienza su proceso de carga desde un valor bajo de su estado de carga (SOCinit) y termina en un valor alto de SOC (SOCfin). A partir de esto, se puede calcular el tiempo necesario para cargar la batería en función de la diferencia entre el estado de carga inicial y final, y de la potencia nominal de carga.
Para la optimización del proceso de carga, se considera un modelo que tiene en cuenta las condiciones iniciales y finales de carga, así como la potencia de carga inicial, que se toma como una variable de decisión. La duración del servicio de carga para cada vehículo puede ser evaluada utilizando la integral de la función que describe el perfil de carga, lo que permite obtener una estimación precisa del tiempo requerido para cargar la batería de cada vehículo.
El proceso de optimización de la carga se realiza considerando restricciones importantes, como la potencia máxima nominal de cada vehículo, lo que garantiza que la potencia inicial de carga no supere la potencia nominal de la batería. Además, se deben tener en cuenta las características de la red eléctrica, como la disponibilidad de energía renovable y las tarifas de compra/venta de energía de la red, para ajustar la carga de manera eficiente sin sobrecargar la infraestructura.
Para garantizar un uso óptimo de la infraestructura y minimizar los costos asociados a la carga, es crucial entender cómo interactúan todos estos factores. En un sistema donde varios vehículos están siendo cargados simultáneamente, se debe gestionar cuidadosamente la asignación de la potencia de carga, teniendo en cuenta no solo las necesidades individuales de cada vehículo, sino también la capacidad global de la red y las fuentes de energía renovables disponibles.
¿Cómo influye la demanda de energía en la optimización de la carga de autobuses eléctricos en redes inteligentes?
El proceso de optimización en sistemas de carga de autobuses eléctricos (EBs) dentro de redes inteligentes es fundamental para garantizar que se minimicen los costos y que se maximicen los beneficios operativos. Un aspecto crucial en este tipo de sistemas es la variabilidad de la demanda de energía de cada autobús, que depende de múltiples factores. Esta variabilidad influye directamente en la programación y en la toma de decisiones de carga, lo que a su vez afecta tanto al costo total del proceso como a la eficiencia general del sistema.
La demanda energética de los autobuses eléctricos está sujeta a diversas incertidumbres, como la tipología de cada autobús, el estilo de conducción del conductor, las condiciones climáticas, el uso de dispositivos auxiliares (como el aire acondicionado), el número de pasajeros a bordo, las condiciones del tráfico y la cantidad de paradas y arranques que se realizan durante el servicio. Todos estos elementos inciden en el consumo de energía y, por lo tanto, en los requerimientos de carga de los autobuses.
En la optimización del proceso de carga, uno de los parámetros más inciertos es precisamente la demanda de energía. Para entender cómo esta variabilidad impacta el sistema, se realiza un análisis de sensibilidad. Este análisis permite observar cómo cambian los resultados del problema de optimización cuando algunos de estos parámetros inciertos varían. En particular, se ha considerado el aumento de 20 kWh en la demanda de energía de cada autobús y se ha observado cómo este cambio afecta tanto al costo total de recarga como al estado de carga de la batería del sistema.
Los resultados obtenidos en este análisis muestran que, con un aumento en la demanda de energía, el costo de recarga total asciende a 94,30 euros, y el sistema comienza el ciclo de carga con un nivel de carga de batería de almacenamiento de 0,55. Esto implica que, con un mayor consumo energético, el sistema tiene que adquirir más energía de la red, lo que incrementa el costo. Sin embargo, también se observa que el uso de almacenamiento tiene un impacto positivo en la programación de la carga, especialmente en los primeros intervalos, donde la carga de los autobuses se realiza de manera más eficiente utilizando la energía almacenada.
Un análisis adicional fue realizado al agregar más autobuses al sistema, específicamente dos autobuses más en las líneas 516 y 517. Los resultados muestran que, al incluir estos nuevos vehículos, la utilización de almacenamiento se ve limitada debido a las restricciones de tiempo y la potencia máxima disponible de la red. A medida que el número de autobuses aumenta, también lo hacen los costos de recarga y la complejidad de la programación.
En general, cuando se agregan más autobuses al sistema, es necesario considerar cómo se distribuirán los procesos de carga entre los distintos vehículos y cómo se gestionará la energía almacenada y la adquirida de la red. Sin embargo, al alcanzar el límite de capacidad del sistema, con más de siete autobuses, el proceso de carga no puede satisfacer todas las demandas, lo que sugiere la necesidad de aumentar la potencia disponible desde la red o de mejorar la eficiencia del uso del almacenamiento.
Una cuestión clave que se debe entender en este contexto es que el sistema de carga debe ser flexible y capaz de adaptarse a la incertidumbre inherente a la demanda de energía de los autobuses. Además de los parámetros técnicos, como el número de autobuses y las capacidades de almacenamiento y red, se deben tener en cuenta factores operativos que afectan la predicción de la demanda energética, como las condiciones del tráfico o la variabilidad del comportamiento de los conductores.
El análisis de sensibilidad, por tanto, no solo permite evaluar el impacto de la variabilidad de la demanda, sino que también ofrece una visión integral de la robustez del sistema frente a cambios en los parámetros clave. Esta capacidad de adaptación es crucial para garantizar la viabilidad económica y operativa de los sistemas de carga de autobuses eléctricos en redes inteligentes, sobre todo en situaciones donde la demanda puede fluctuar significativamente a lo largo del día o en función de las condiciones externas.
¿Cómo Optimizar la Carga de Vehículos Eléctricos en Redes Inteligentes?
El análisis de la distribución de estaciones de carga (CSs) en redes inteligentes, que toma como entrada los resultados de los estudios de planificación de vehículos eléctricos (EVs) y redes inteligentes, es crucial para garantizar una integración eficiente y sostenible de los sistemas de carga. Este proceso debe abordar múltiples aspectos técnicos, entre los cuales destacan la ubicación óptima y el tamaño adecuado de las estaciones de carga, siempre teniendo en cuenta las limitaciones eléctricas inherentes a las redes inteligentes y sus sistemas de gestión de energía (EMS, por sus siglas en inglés).
Para lograr estos objetivos, se emplean modelos de optimización complejos que, basados en la simulación y modelado de las características técnicas de los EVs y sus estaciones de carga, permiten maximizar la eficiencia de la distribución energética. Además, la implementación de redes inteligentes y la integración de vehículos eléctricos con estos sistemas (mediante estrategias como la carga inteligente y la tecnología Vehicle-to-Grid, V2G) abre nuevas oportunidades en términos de flexibilidad y gestión de la demanda de electricidad.
El modelo óptimo para la carga de vehículos eléctricos no solo debe considerar las características de la infraestructura de carga, sino también los desafíos inherentes al comportamiento aperiodico de la demanda energética. Esto es particularmente relevante en escenarios donde las estaciones de carga tienen un número limitado de puertos disponibles, lo cual obliga a ajustar las estrategias de carga en función de la demanda dinámica.
En este sentido, los modelos de optimización basados en la simulación de eventos discretos y el modelado del flujo de energía a través de los elementos de almacenamiento de las estaciones de carga, son herramientas esenciales. Estos modelos permiten predecir y gestionar de manera eficiente el flujo de energía entre las estaciones de carga, los vehículos eléctricos y la red eléctrica, optimizando los tiempos de carga y reduciendo los costos operativos asociados.
El cálculo de la longitud óptima de los intervalos de carga y el establecimiento de los flujos de potencia adecuados entre las estaciones de carga y los vehículos eléctricos también son aspectos clave. Las variables de entrada de estos sistemas incluyen factores como la demanda energética estimada, la capacidad de almacenamiento de las baterías de los vehículos, y la potencia disponible en cada punto de la red.
Es crucial destacar que la correcta optimización de estos procesos no solo facilita el desarrollo de infraestructuras más sostenibles, sino que también mejora la integración de los EVs dentro de las redes inteligentes, permitiendo que los vehículos puedan servir como fuentes de energía de respaldo para la red (en el caso del V2G) o gestionar de manera más eficiente el consumo de electricidad durante los picos de demanda.
Además, para un funcionamiento óptimo del sistema, es necesario integrar las políticas y estrategias de gestión de la demanda con los sistemas de información y comunicación avanzados que permiten monitorear en tiempo real las condiciones de la red y los estados de carga de los vehículos. Esta integración habilita la aplicación de algoritmos de optimización que ajustan dinámicamente los procesos de carga según las condiciones cambiantes de la red.
El futuro del desarrollo de las redes de carga de vehículos eléctricos dependerá en gran medida de la capacidad para implementar y mejorar estos modelos de optimización y gestión. La colaboración entre investigadores, empresas tecnológicas y administradores de redes eléctricas será fundamental para garantizar que las infraestructuras de carga evolucionen de acuerdo con las necesidades y tendencias emergentes en el sector de la movilidad eléctrica.
Es importante recordar que la optimización de la carga en redes inteligentes debe considerar no solo los aspectos técnicos, sino también las implicaciones sociales y económicas que este cambio traerá consigo. La accesibilidad a las estaciones de carga, la interacción entre las políticas gubernamentales y el sector privado, así como la sensibilización pública sobre el uso de energías renovables y sostenibles, son factores determinantes para el éxito a largo plazo de este modelo.
Optimización en la ubicación y dimensionamiento de estaciones de carga para vehículos eléctricos: Un enfoque integral
La planificación de estaciones de carga para vehículos eléctricos (EV) dentro de una red de distribución eléctrica plantea desafíos complejos, no solo desde el punto de vista de la infraestructura energética, sino también desde la perspectiva del uso eficiente de las tecnologías renovables. Este capítulo se centra en un modelo de optimización que integra la ubicación y el dimensionamiento de plantas generadoras de energía renovable (como plantas fotovoltaicas, turbinas eólicas de pequeña escala y plantas de cogeneración) con estaciones de carga para vehículos eléctricos, buscando una solución que optimice la distribución de recursos en una red eléctrica.
El lugar y el tamaño de estas instalaciones son cruciales en el contexto de la sostenibilidad y la reducción de emisiones. Es necesario garantizar una calidad aceptable del servicio, tanto en términos de calidad de la energía como en la demanda de carga de los vehículos, a lo largo de toda la vida útil de las unidades de generación y las estaciones de carga. Este enfoque es particularmente útil para los operadores de redes de distribución (DSO, por sus siglas en inglés) y las autoridades municipales que buscan incorporar nuevas instalaciones dentro de distritos sostenibles. La optimización del dimensionamiento y la ubicación de las estaciones de carga, como de los generadores renovables, no solo impacta la eficiencia de la red, sino que también puede influir en la viabilidad económica de proyectos de infraestructura energética.
En la literatura, existen diversas aproximaciones que abordan la optimización de estos sistemas. Algunos estudios han empleado algoritmos genéticos para la optimización técnica y económica del tamaño de las plantas renovables, como es el caso del estudio de [2], mientras que otros, como el estudio de [3], han utilizado modelos estadísticos basados en la teoría de copulas para determinar el tamaño óptimo de las estaciones de carga sin considerar aspectos económicos. Sin embargo, la planificación de estaciones de carga, al integrar variables del tráfico y la infraestructura energética, representa un desafío aún mayor. Un ejemplo es el trabajo de [12], donde se implementó un algoritmo de optimización de colonia de hormigas para minimizar los costos totales de las estaciones de carga rápida y las pérdidas en las líneas de transmisión, tomando en cuenta las restricciones del tráfico y la seguridad del sistema eléctrico.
El objetivo principal de este modelo de planificación es encontrar la combinación óptima de tecnologías disponibles, como las plantas fotovoltaicas, las turbinas eólicas de pequeña escala y los microturbinas de cogeneración, con las estaciones de carga de vehículos eléctricos. Esta optimización se realiza con el fin de satisfacer la demanda eléctrica y las necesidades de carga de los vehículos, minimizando el valor neto presente de la instalación y los costos operativos de estas infraestructuras. El resultado óptimo se obtiene mediante la modificación de una red de distribución tipo IEEE 13 buses, permitiendo un análisis detallado de la interacción entre las cargas eléctricas y las estaciones de carga en diferentes zonas geográficas.
El enfoque considera tanto las variaciones horarias como las estacionales de la producción fotovoltaica, la demanda eléctrica y los precios de la energía. Además, para cada mes, se determina un día promedio típico a partir de datos reales, lo que permite simular la operación de los sistemas de manera más realista. Sin embargo, es importante destacar que las cargas de los vehículos eléctricos no se consideran como puntos específicos dentro de la red de distribución, sino que se agrupan en zonas geográficas que abarcan múltiples nodos de la red eléctrica, lo que agrega un nivel adicional de complejidad a la modelización.
Otro aspecto fundamental a considerar en este tipo de planificación es la incertidumbre relacionada con la carga y la variabilidad de la oferta energética renovable. Las plantas fotovoltaicas y las turbinas eólicas, al depender de factores climáticos, presentan una naturaleza intermitente que debe ser gestionada adecuadamente. Por lo tanto, la inclusión de sistemas de almacenamiento de energía (ESS, por sus siglas en inglés) es esencial para garantizar la estabilidad de la red y una oferta de carga continua para los vehículos eléctricos. De hecho, algunos modelos propuestos en la literatura, como el de [9], integran estos sistemas de almacenamiento junto con las plantas renovables y las estaciones de carga, con el objetivo de reducir la incertidumbre en la demanda y mejorar la estabilidad de la red.
Los resultados obtenidos a través de la optimización no solo deben centrarse en la eficiencia operativa, sino también en la viabilidad económica y la implementación de políticas que fomenten la integración de tecnologías limpias y sostenibles en áreas urbanas. Es necesario que los tomadores de decisiones, ya sean públicos o privados, consideren las implicaciones a largo plazo de estas infraestructuras, no solo en términos de costos, sino también en la mejora de la calidad de vida y en la transición hacia ciudades más sostenibles.
Al abordar este problema de planificación, es crucial tener en cuenta que no existe una única solución que sirva para todas las ciudades o redes de distribución. Cada área tiene características propias, como el perfil de demanda, la capacidad de infraestructura existente y las condiciones ambientales, lo que exige un enfoque personalizado en el diseño y la implementación de estos sistemas. Además, los modelos de optimización deben ser flexibles y adaptarse a las nuevas realidades tecnológicas y sociales, como la proliferación de vehículos eléctricos y la evolución de las fuentes de energía renovable.
¿Cómo Optimizar la Ubicación y el Tamaño de las Estaciones de Carga para Vehículos Eléctricos en Redes de Distribución de Energía?
La planificación y optimización de redes de distribución eléctrica que incluyen estaciones de carga (CS) para vehículos eléctricos se ha convertido en un reto esencial, especialmente cuando se integran fuentes de energía renovables y tecnologías de cogeneración. El modelo de optimización descrito en este capítulo aborda cómo ubicar y dimensionar correctamente tanto las plantas generadoras como las estaciones de carga para maximizar la eficiencia operativa y económica de una red eléctrica, bajo restricciones de calidad y fiabilidad de suministro.
En primer lugar, la red eléctrica se modela utilizando las ecuaciones de flujo de potencia (Eqs. 9.22 y 9.23) que describen el estado estacionario sinusoidal del sistema, considerando la representación de las magnitudes y fases de voltaje en coordenadas cartesianas. Las variables principales son las potencias activa (pi,j,m,t) y reactiva (qi,j,m,t) entre nodos i y j, los voltajes (vi,m,t) y fases (δi,m,t) de los nodos, y las matrices de conductancia (Gi,j) y susceptancia (Bi,j) que describen las interacciones eléctricas entre ellos.
Adicionalmente, se establecen límites para las magnitudes de voltaje, fases y flujos de potencia, que deben mantenerse dentro de ciertos valores para cumplir con los estándares de calidad de la energía. Estas restricciones aseguran que la operación de la red se mantenga dentro de parámetros seguros y eficientes:
-
El voltaje debe mantenerse dentro de un rango definido, es decir, vmin≤vi,m,t≤vmax.
-
Las fases de voltaje también están acotadas: δmin≤δi,m,t≤δmax.
-
Los flujos de potencia activa deben estar dentro de los límites pmin≤pi,j,m,t≤pmax.
El objetivo principal del modelo es minimizar el valor presente neto de los costos anuales de operación más el costo de instalación de las plantas generadoras, que se expresa mediante la siguiente función objetivo:
y∑(Cy⋅(1+χ)y+K)
Donde K es el costo de instalación de las plantas y Cy es el costo anual asociado a la operación de la planta en el año y, con χ representando la tasa de descuento. El costo de instalación, K, se determina como una combinación lineal de las unidades instaladas de diversas tecnologías (paneles solares fotovoltaicos, plantas de cogeneración y turbinas eólicas), con los costos unitarios correspondientes kPV, kCHP, kWT, y kCS para cada tipo de planta.
Para determinar los costos anuales, se considera la suma de los costos directos de operación de cada planta, los costos de energía comprada desde la red externa y los costos relacionados con las pérdidas y ganancias de energía. Estos costos se expresan en términos de las tarifas de compra y venta de electricidad cel y bel, respectivamente:
CGRID=cel⋅EIN−bel⋅EOUT
Los resultados de la optimización dependen de múltiples variables que incluyen la disponibilidad de fuentes renovables, las características de los equipos instalados y las restricciones de calidad de servicio de la red. Por ejemplo, la disponibilidad de energía eólica y fotovoltaica, junto con el perfil de demanda de energía para cada zona de la red, influye en la toma de decisiones sobre la colocación de estaciones de carga (CS). Además, la instalación de plantas generadoras puede ser más rentable cuando la electricidad producida se consume localmente, evitando la compra de energía externa que, en muchas ocasiones, es más cara que la venta de energía a la red.
En el estudio de caso realizado sobre una red modificada IEEE 13 buses, se simula la optimización de la instalación de estaciones de carga de vehículos eléctricos, plantas fotovoltaicas, unidades de cogeneración y turbinas eólicas en diferentes zonas de la red. El resultado muestra que, en general, la distribución de generación es rentable cuando la electricidad se auto-consume, ya que el precio de compra de electricidad de la red es significativamente más alto que el precio de venta, especialmente durante las horas fuera de pico.
Además, el estudio subraya la importancia de las restricciones de voltaje al seleccionar la ubicación de las estaciones de carga. Estas estaciones no se instalan en nodos donde el descenso de voltaje sería significativo, como es el caso de las líneas de alimentación al final de la red. Por ejemplo, en la Zona 4 del estudio de caso, no se instala ninguna estación de carga en el nodo 675 debido a la caída de voltaje asociada a su ubicación. Sin embargo, se opta por instalar una gran cantidad de paneles solares en la misma zona para mitigar este efecto.
El estudio también resalta que la ubicación de las estaciones de carga está estrechamente ligada a la estrategia de minimización de costos y maximización de la eficiencia de la red. Las estaciones de carga deben ser colocadas estratégicamente para equilibrar las cargas y evitar los problemas derivados de caídas de voltaje que podrían afectar la operación de toda la red.
La optimización tiene un valor económico de 325,347 € con un tiempo de ejecución de 90 segundos, lo que demuestra la eficiencia y viabilidad de la estrategia propuesta para la planificación de redes de distribución con estaciones de carga de vehículos eléctricos.
Es crucial entender que la colocación de estaciones de carga no solo depende de los costos directos de instalación y operación, sino también de las interacciones complejas entre las fuentes de energía renovables, la infraestructura de la red y las demandas futuras de energía. La planificación exitosa de una red de distribución debe considerar todos estos factores interrelacionados para garantizar que las estaciones de carga no solo sean eficientes, sino también sostenibles en el largo plazo.