Los arrendadores a menudo se enfrentan a una serie de situaciones complejas que van más allá de los motivos tradicionales para la finalización de un contrato de arrendamiento. Las razones para solicitar la reubicación de un inquilino pueden incluir la demolición de la propiedad, la conversión del inmueble en una propiedad de propiedad compartida, o la imposibilidad de seguir alquilando debido a violaciones legales. Sin embargo, no todos los escenarios de desalojo encajan en estos casos tan específicos, y algunas veces los propietarios deben enfrentarse a situaciones excepcionales que requieren decisiones rápidas y complejas.
Uno de los casos más comunes en situaciones de reubicación es cuando se planea una remodelación sustancial del inmueble. Este tipo de remodelación puede causar desplazamientos permanentes de los inquilinos. En tales casos, el propietario debe solicitar una licencia de reubicación, lo que implica un proceso administrativo de alrededor de seis meses. Además, se debe entregar a los inquilinos un paquete informativo y proporcionarles asistencia económica de reubicación si el alquiler es igual o inferior al 50% del ingreso medio del área. Este mismo proceso de reubicación aplica cuando se planea la demolición de una propiedad o su conversión a un uso no residencial.
Cuando un propietario decide convertir una propiedad alquilada en un condominio o una cooperativa, este proceso también está regulado por ordenanzas específicas de conversión de condominios y cooperativas. Este tipo de cambio requiere un procedimiento propio, distinto al de las remodelaciones o demoliciones tradicionales.
Existen otras circunstancias que obligan al propietario a intervenir, como el caso de los inquilinos que ocupan una unidad de vivienda ilegal. En este caso, la ley exige que el propietario deje de alquilar la unidad y, en muchos casos, se le obliga a pagar una asistencia de reubicación. La cantidad de esta ayuda varía, pero típicamente está en torno a los $2,000 o el equivalente de dos meses de alquiler, dependiendo del caso. Además, si el propietario emite una orden de evacuación por condiciones de emergencia en la vivienda, el inquilino podría tener derecho a la reubicación si las condiciones peligrosas son responsabilidad del arrendador.
Un caso particularmente complejo puede ocurrir cuando un inquilino es acusado de realizar actividades criminales en la propiedad. En este tipo de situaciones, el propietario debe proporcionar una notificación de tres días para que el inquilino abandone la propiedad, especificando la actividad criminal y los hechos que la sustentan. Estos casos, en los que las relaciones entre propietario e inquilino se deterioran por acciones ilícitas, pueden ser increíblemente complicados y emocionalmente desgastantes.
Sin embargo, incluso cuando el propietario toma todas las precauciones posibles al seleccionar a un inquilino, pueden surgir problemas inesperados. En un caso particular, un arrendador descubrió que un inquilino, aparentemente ideal según los criterios de selección (buena puntuación crediticia, empleo estable, historial limpio), había estado causando molestias al orinar repetidamente en los pasillos del edificio. Tras investigar, se descubrió que el inquilino sufría de una condición sexual inusual, lo que complicaba aún más la situación. Este tipo de problemas revela la importancia de realizar una investigación exhaustiva y considerar todas las posibles circunstancias antes de aceptar a un nuevo inquilino.
A veces, los problemas con los inquilinos van más allá de lo que la ley permite resolver de forma rápida y efectiva. Los casos en los que los inquilinos infringen las reglas de manera flagrante, como el abuso de drogas o el daño directo a la propiedad, pueden requerir respuestas más inmediatas. Sin embargo, la paciencia y el cumplimiento de los procedimientos legales establecidos siguen siendo fundamentales para evitar problemas mayores, como los que pueden resultar de tomar la ley en propias manos, como algunos propietarios optan en situaciones extremas.
Lo importante en todas estas situaciones es la necesidad de comprender bien las leyes de arrendamiento y reubicación en tu área, ya que las leyes locales pueden variar y afectan tanto a los inquilinos como a los propietarios. Además, aunque un inquilino pueda ser problemático, siempre es esencial tratar de manejar la situación de forma legal y ética para evitar complicaciones adicionales.
La gestión de arrendamientos es un proceso delicado que implica mucho más que la simple firma de un contrato. Los arrendadores deben estar preparados para lidiar con una variedad de problemas imprevistos, desde la violación de normas de convivencia hasta situaciones más graves que requieren la intervención del gobierno. Sin embargo, con una buena planificación, un conocimiento claro de los derechos y responsabilidades de ambas partes, y una gestión cuidadosa, los problemas con los inquilinos pueden resolverse de manera más efectiva y menos conflictiva.
¿Cómo lograrlo todo sin perder el rumbo?
Muchos observan mi vida y comentan: "Deberías relajarte un poco" o "¿Cómo logras manejar todo?". Otros me hacen bromas, diciendo que estoy tan ocupada como una rebanada de mantequilla extendida, pero la verdad es que no cambiaría mi estilo de vida por nada del mundo. Para mí, mantenerse ocupada es algo natural, una parte intrínseca de mi ser que viene de mi educación y de las enseñanzas de mi padre, quien creía en el mito ahora refutado de que los humanos solo usamos el 10% de nuestro cerebro. Él me inculcó la importancia de tomar acción todos los días. En su época, el libro más vendido de Dale Carnegie, Cómo ganar amigos e influir sobre las personas (1936), hacía referencia a este mito sobre el uso cerebral, y también reforzaba la idea de que una mente ociosa es el taller del diablo. Como consecuencia, fui criada para mantenerme activa, para estar comprometida con lo que sucediera. Mi padre siempre decía: "Si no haces nada, nada va a pasar".
Hoy sabemos, gracias a investigaciones recientes como las de Daniel Murrell, MD, publicada en medicalnewstoday.com en 2018, que la mayoría de nuestro cerebro está trabajando constantemente. Por tanto, creo firmemente que lograrlo todo es una cuestión de decisión, de elegir llevar una vida con propósito. Este propósito incluye mantener hábitos saludables como una dieta equilibrada, ejercicio regular, estimulación mental y un descanso adecuado. Sin estos pilares, sería imposible alcanzar el éxito sin sacrificar nuestra salud física y mental.
Tenerlo todo requiere sacrificio y un enfoque proactivo hacia la vida. No basta con esperar que las oportunidades lleguen solas; es necesario planificar y prepararse para los inevitables obstáculos. Así como debemos tener un plan de evacuación en caso de emergencias como incendios o terremotos, también debemos tener planes de contingencia para nuestra salud y bienestar financiero. Esta preparación implica, en muchos casos, priorizar las necesidades de los demás sobre las nuestras, organizar nuestras tareas por su importancia y estar dispuestos a trabajar cuando otros descansan. Hay noches sin sueño, jornadas que se alargan más de lo que uno quisiera, pero el objetivo es alcanzar ese nivel de éxito al que otros no llegan, y todo esto requiere dedicación total.
El proceso de lograrlo todo no solo es cuestión de trabajo; también implica el ejercicio del "amor duro", como cuando se educa a los hijos o cuando se establecen límites con amigos o enemigos. En este camino, no podemos olvidar dedicar tiempo para el autocuidado, para la salud de nuestra mente y cuerpo. Sin embargo, el componente más vital para tenerlo todo es la resiliencia, la determinación de superar los obstáculos que inevitablemente se interpondrán en nuestro camino. Todos los días, me despierto con un propósito, hago una lista de mis objetivos y trato de sobresalir en cada uno, sin importar cuán pequeño sea. La clave está en priorizar y abordar las tareas más difíciles al principio del día. Si bien mi trabajo como proveedora de viviendas me obliga a estar disponible para atender las preocupaciones de los residentes, también trato de gestionar mis responsabilidades de manera eficiente, resolviendo las emergencias en función de su urgencia.
Una práctica que me ha ayudado a mantener la dirección es una revisión mensual de mi vida. Mi cumpleaños es el 26 de agosto, por lo que he decidido considerar el 26 de cada mes como mi "Año Nuevo personal". En lugar de esperar a fin de año para hacer una reflexión, celebro mis logros cada mes, haciendo un balance de lo que he alcanzado y ajustando mis objetivos. Esta práctica me ha ayudado a evitar el fracaso de las resoluciones de Año Nuevo, algo que ocurre con frecuencia. De esta forma, mis metas no caen en el olvido y siguen siendo una parte activa de mi vida.
Además, en mi vida siempre he creído en que las oportunidades surgen en los momentos menos esperados. Por ejemplo, en 2006, mi madre y yo lanzamos un reloj innovador llamado Tutu Time, que podía engancharse discretamente en un bolso de noche o usarse como collar. A pesar de que nuestro debut televisivo no fue el más afortunado, la experiencia nos enseñó que la perseverancia y la pasión por nuestro producto eran esenciales. Con el tiempo, el reloj recibió atención mediática en importantes publicaciones, como InStyle y Ebony, y llegamos a aparecer en el programa The Big Idea with Donny Deutsch. A través de este proyecto, entendí la importancia de no rendirse ante los fracasos iniciales y seguir buscando nuevas oportunidades.
Esta perseverancia también me llevó a unirme en 2007 al equipo de béisbol Newark Bears como directora de marketing, donde trabajamos junto al entonces alcalde Cory Booker para revitalizar áreas de alto crimen y dar nueva vida a los antiguos equipos de la liga de béisbol negro. En ese mismo año, un encuentro fortuito con el emprendedor Gary Veloric me enseñó otra lección valiosa: nunca subestimar el potencial de una buena idea y entender que todo emprendimiento debe ser una aventura. Aunque algunos negocios, como los relojes, no fueron lo que esperábamos, otras puertas se abrieron. Veloric me llevó a conocer nuevas oportunidades, como una posible colaboración con QVC, que finalmente decidimos no aceptar debido a las condiciones que comprometían la calidad del producto. Esta experiencia reforzó la idea de que, en los negocios, la calidad nunca debe sacrificarse por el éxito inmediato.
La lección principal es clara: lograrlo todo no es cuestión de suerte, sino de tomar decisiones conscientes, actuar con determinación y aprender a reconocer las oportunidades cuando aparecen. El camino hacia el éxito está lleno de desafíos, pero es esa misma lucha la que lo hace valioso. No se trata solo de acumular logros, sino de crecer a través de cada paso, cada fracaso y cada victoria.

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