En el estudio de la simulación numérica de campos térmicos, es crucial considerar de manera precisa los factores de transferencia de calor, la interacción del láser con la pieza de trabajo y otros elementos que influyen en el proceso. El proceso de transferencia de calor involucra la energía térmica proveniente del láser, con especial énfasis en la fuente de calor concentrada sobre la superficie de la pieza. El modelo de fuente de calor es una representación matemática de la distribución temporal y espacial de la energía térmica sobre la superficie de la pieza de trabajo. Durante las simulaciones numéricas que involucran la irradiación láser, se pueden incorporar la radiación térmica y la transferencia de calor por convección como condiciones interactivas dentro de posiciones específicas del modelo. De este modo, el modelo abstracto de la fuente de calor se formula como una ecuación matemática y se incorpora como una carga térmica en los modelos de elementos finitos.

En aplicaciones prácticas, la entrada térmica se representa comúnmente mediante la temperatura, la tasa de generación de calor o la densidad de flujo térmico. Si se omiten factores inestables, como la tasa inicial de absorción del láser por el material, el comportamiento de la entrada térmica del láser puede tratarse de manera equivalente como un proceso estático. Este modelo de fuente térmica se denomina modelo de fuente térmica estática. Debido a su naturaleza fundamental y significativa, numerosos estudios de simulación numérica relacionados con el calentamiento por láser han empleado diversos modelos de fuente térmica, incluyendo fuentes de calor planas gaussianas, fuentes de calor hemisféricas y fuentes de calor elipsoidales dobles, que son adecuados para simular diferentes escenarios de aplicación.

En el caso de un modelo de fuente térmica plana gaussiana, los resultados de la investigación indican que, cuando la profundidad de fusión es poco profunda, la densidad del flujo térmico sobre la superficie calentada exhibe una distribución gaussiana característica. Esta distribución se puede describir de manera precisa mediante una función de distribución gaussiana. En la ecuación, q(r)q(r) representa la densidad de flujo térmico en una distancia radial rr desde el eje central de la fuente de calor; qmq_m es la densidad máxima de flujo térmico en el centro de la fuente; CC es el coeficiente de concentración que controla el flujo térmico; y rr es la distancia radial medida desde el eje central de la fuente de calor. De acuerdo con el principio de conservación de energía, la energía efectiva Φ\Phi transferida a la pieza de trabajo se puede representar matemáticamente mediante la integración de la función que denota la densidad de flujo térmico.

En modelos más complejos, la fuente térmica puede describirse mediante fuentes volumétricas. En procesos de soldadura con profundidades de fusión más grandes, el flujo térmico inducido por la fuente de calor de soldadura es más pronunciado en la dirección del espesor de la pieza de trabajo. En tales casos, el modelo de fuente de calor volumétrica es más adecuado. Un ejemplo común es el modelo de fuente de calor volumétrica hemisférica, que se representa como una esfera de radio cc. Este modelo es útil cuando se requiere un mayor nivel de precisión en la descripción del flujo térmico a medida que el láser se mueve sobre la superficie de trabajo.

Otro modelo volumétrico utilizado es el modelo de fuente de calor elipsoidal. Este modelo exhibe una forma espacial elipsoidal, y su función de distribución de calor puede representarse matemáticamente mediante tres semiejes aa, bb y cc, que corresponden a las direcciones de un cuerpo elipsoidal. Los resultados de simulaciones numéricas de la función de distribución de temperatura del cuerpo elipsoidal se compararon con resultados experimentales, observándose una discrepancia en la tasa de cambio de temperatura entre la mitad anterior y la posterior del elipsoide. Esta diferencia se resolvió mediante la propuesta de un modelo de fuente de calor volumétrica doble elipsoidal.

Este modelo doble elipsoidal está compuesto por dos cuartos de elipsoides combinados, con coeficientes de distribución de energía f1f_1 y f2f_2 que satisfacen la relación f1+f2=2f_1 + f_2 = 2. Los perfiles de distribución de calor en las mitades del elipsoide se describen mediante ecuaciones específicas que permiten un análisis detallado de la variabilidad térmica a través del cuerpo de la pieza de trabajo.

En el caso de procesos de mecanizado asistido por láser, el láser generalmente se posiciona sobre la superficie de la pieza de trabajo, lo que permite llevar a cabo el análisis de simulación utilizando un modelo de fuente de calor gaussiana plana. Este tipo de modelo es adecuado para escenarios donde la irradiación térmica no penetra profundamente en la pieza, y se enfoca en la distribución superficial del calor.

El modelado de la transferencia de calor transitoria, es decir, el patrón de distribución temporal y espacial de la temperatura en diversos puntos dentro de la pieza de trabajo, es un aspecto esencial en estos estudios. Los campos de temperatura pueden clasificarse en dos tipos: campos de temperatura en estado estacionario, donde las temperaturas no varían con el tiempo, y campos de temperatura no estacionarios, donde la distribución cambia a lo largo del tiempo. El campo de temperatura durante la irradiación láser es típicamente no estacionario, ya que las temperaturas en diferentes ubicaciones de la pieza cambian dinámicamente tanto durante la irradiación como en los procesos subsecuentes de enfriamiento.

La ley de Fourier, que describe la conducción del calor, establece la relación entre la temperatura (TT) en un punto, el tiempo (tt), el coeficiente de conductividad térmica (KK), la capacidad calorífica específica (cc), la densidad (ρ\rho) y la densidad de flujo térmico (qq). Además, durante el proceso de calentamiento por láser, los flujos de gas sobre la superficie de la pieza de trabajo inducen transferencia de calor por convección, lo que se modela mediante una ecuación para determinar la densidad de flujo térmico convectivo. A su vez, la transferencia de calor radiativo, que ocurre cuando un objeto alcanza el equilibrio térmico con su entorno, también juega un papel importante. La ley de Stefan-Boltzmann describe cómo la densidad de flujo térmico radiativo (qrq_r) está relacionada con la temperatura de la superficie del objeto.

Es fundamental entender que, aunque los modelos de fuente de calor pueden simplificarse en procesos donde se desestiman algunos factores, como la absorción inicial del láser por el material, la precisión en la representación de la geometría y las condiciones de frontera en las simulaciones es vital para obtener resultados realistas y aplicables. Además, en la práctica, es común combinar varios modelos de fuente de calor según el tipo de proceso y las características de la pieza de trabajo, como su espesor, propiedades térmicas y la geometría de la irradiación.

¿Cómo influye el enfriamiento criogénico en el desgaste de herramientas y la calidad de la superficie en el mecanizado de metales?

El estudio de la rugosidad superficial ha demostrado ser uno de los aspectos más significativos al evaluar el rendimiento de las herramientas en el mecanizado de metales. Uno de los factores determinantes en este proceso es el enfriamiento criogénico, que, al emplear nitrógeno líquido (LN2) u otros agentes criogénicos, contribuye notablemente a la reducción del desgaste de las herramientas, lo que también influye positivamente en la calidad de la superficie obtenida.

En investigaciones recientes, como la de Paul et al. [95], se analizó el efecto del enfriamiento criogénico mediante un chorro de nitrógeno líquido durante el torneado de AISI 1060. Los resultados mostraron que el uso de LN2 como refrigerante no solo prolongó la vida útil de las herramientas, sino que también mejoró significativamente el acabado superficial en comparación con el mecanizado en seco o con la aplicación de aceites solubles. De manera similar, Wang et al. [96] estudiaron el enfriamiento criogénico y la mezcla de MQL (lubricación mínima con refrigerante) con CO2 en el fresado de Ta-2.5W, descubriendo que el enfriamiento criogénico modificaba el modo de desgaste de las herramientas, cambiando de desgaste adhesivo a desgaste por muescas, lo que resulta en una vida útil más prolongada.

Otro aspecto crucial observado por Das et al. [97] fue la estrategia híbrida que combinaba LN2 con un refrigerante basado en aceite vegetal (MQL). Este enfoque, utilizado en el torneado de alta velocidad de latón sin plomo, no solo extendió la vida útil de la herramienta, sino que también mejoró la calidad del mecanizado. Por otro lado, Laghari et al. [98] confirmaron que el uso de MQL y CO2 en el fresado de SiCp/Al (un compuesto de aluminio reforzado con partículas de carburo de silicio) permitió reducir significativamente el desgaste de la herramienta y mejorar la eficiencia del proceso de corte.

La mejora en la durabilidad de las herramientas gracias al enfriamiento criogénico no solo se limita a las operaciones de torneado y fresado. En el caso del taladrado de apilamientos de CFRP-Ti–6Al–4V, Rodríguez et al. [102] encontraron que el uso de CO2 criogénico ayudó a mantener la integridad de la superficie del CFRP, redujo la temperatura de la punta de la herramienta y disminuyó el desgaste de la herramienta. Esta reducción en la temperatura de corte, confirmada por Kumar et al. [104], permitió disminuir la temperatura de mecanizado en un 33-50% durante el taladrado de titanio, lo que resulta en un proceso más estable y con menos posibilidades de fallos prematuros de las herramientas.

Por otro lado, la incorporación de técnicas de corte asistido por electricidad (EAMC) ha generado interés en la mejora de las propiedades de corte, especialmente en materiales de alta dureza. El corte mecánico asistido por descarga eléctrica (EDAMC) y el corte eléctrico asistido por campo eléctrico (EFAMC) permiten el uso de temperaturas extremadamente altas para modificar las propiedades del material y facilitar su eliminación. Estas técnicas han demostrado ser efectivas en el mecanizado de materiales duros, como el titanio, y ofrecen una precisión elevada. Según investigaciones, el uso de campos eléctricos ayuda a controlar el flujo de fluidos electrorreológicos, mejorando así la precisión del mecanizado, especialmente en aplicaciones de alta tecnología como la fabricación de componentes aeroespaciales y en la industria de instrumentos de precisión.

El uso de energías asistidas por electricidad, como en la electroquímica y la descarga de alta energía, facilita la remoción de material sin necesidad de fuerzas de corte macroscópicas, lo que minimiza el desgaste de las herramientas. Este fenómeno ha sido ampliamente investigado en la electroquímica de mecanizado por Fu et al. [107], quienes modelaron y simularon el comportamiento de la corriente en los procesos de mecanizado electroquímico, obteniendo así parámetros más precisos para el diseño de herramientas. Estas tecnologías no solo permiten un mayor control sobre las características del material procesado, sino que también mejoran la eficiencia de los procesos de mecanizado, especialmente al tratar materiales difíciles de cortar.

Es importante destacar que, además de la elección del tipo de enfriamiento y las técnicas de corte avanzadas, la selección de los parámetros de corte adecuados también juega un papel crucial en la optimización del proceso de mecanizado. La temperatura en la zona de corte, la lubricación, la velocidad de corte y la estrategia de enfriamiento deben ser cuidadosamente combinados para maximizar la vida útil de las herramientas y minimizar los defectos en la superficie procesada. Así, un enfoque integral que contemple tanto las propiedades del material como las condiciones de trabajo puede llevar a un mecanizado más eficiente y rentable.