Soy una mujer negra, esposa, madre, empresaria, arrendadora y propietaria de propiedades. El negocio que administro como socia gerente ya está generando un legado: soy la segunda generación que disfruta de los frutos de la visión y el trabajo de la generación anterior, y me enorgullece profundamente el hecho de que mi labor a lo largo de mi vida también haya creado un legado para mis hijos y las futuras generaciones. No dependo de nadie para nada, salvo de los arrendatarios que confían en nosotros para proporcionarles una vivienda segura, estable y asequible. Soy financieramente independiente; tomo mis propias decisiones, incluso si, en ocasiones, eso frustra a mi esposo, quien de manera irónica me llama "preguntadora compulsiva" porque le pido su opinión y luego hago lo que me parece. Mi negocio es único: no se me ocurre otra profesión en la que desconocidos depositen dinero en tu cuenta bancaria cada mes.

Me inspira ayudar a otras personas negras a ver las posibilidades y a dar los pasos necesarios para invertir en bienes raíces, convertirse en proveedores de vivienda y comenzar a cambiar las estadísticas que nos dicen que los negros están en una situación financiera peor que los blancos en los Estados Unidos. Si no estás trabajando para construir tu propio futuro, lo más probable es que estés apoyando y construyendo el sueño de otra persona. Puede que tengas el deseo, la capacidad, la oportunidad e incluso los medios para cambiar la narrativa de tu vida, pero algo te está frenando. ¿Estás esperando que otra persona tome las riendas y lidere? ¿La lucha con la automotivación te está deteniendo? ¿Estás demasiado agotado por la rutina diaria y no encuentras tiempo en tu agenda para invertir? ¿El miedo al fracaso o la preocupación por lo que pensarán los demás te está frenando? O tal vez te has convencido de la historia que dice que debes quedarte en tu carril porque hay menos tráfico. Te han dicho que no salgas de los márgenes de la vida, que no llames demasiado la atención con tus ambiciosos sueños.

Quizás seguiste los pasos de tus padres en su profesión o tomaste su consejo sólido y te convertiste en uno de los profesionales tradicionalmente respetados, como médico o abogado. A pesar de tener un gran título y un trabajo respetado, tal vez aún sientes que tu salario no refleja las horas de trabajo que inviertes ni el estilo de vida que ves disfrutar a otros que parecen tener algún ingrediente secreto. ¿Te sientes envidioso viendo cómo otros sobresalen mientras tú sigues trabajando para alguien más? El tiempo corre. Todos los días nos vemos obligados a considerar las consecuencias de nuestras acciones o inacciones. Trabajo, descanso, trabajo, repite. En Estados Unidos, solo el 45% de los trabajadores dicen estar satisfechos o muy satisfechos con su trabajo (Weinstein, n.d.). Solo el 20% siente una gran pasión por lo que hace, mientras que un 33% cree que ha llegado a un callejón sin salida en su carrera, y un 21% está ansioso por cambiar de carrera. Los trabajadores mayores son los más satisfechos y comprometidos con su trabajo, mientras que los trabajadores más jóvenes son los que más sufren y tienen menos lealtad hacia sus empleadores. Los empleados de pequeñas empresas están mucho más comprometidos con su trabajo que aquellos en corporaciones. La seguridad laboral, la cobertura sanitaria y el desarrollo profesional son más valorados que la compensación adicional.

Mirando estas estadísticas, si solo el 45% está satisfecho con su empleo, eso deja a una mayoría que se ha convertido en una especie de abejas trabajadoras que viven para el fin de semana. Es el miedo a lo que llamo "Smonday", cuando el domingo no se puede disfrutar completamente debido a la preparación para el lunes. El despertador a las 6:00 a.m., seguido de la rutina del café de la mañana y el viaje al trabajo, se convierte en algo tan automático que ni siquiera notas al guardia de tránsito que guía a los niños a cruzar la calle. Todos conocemos a estas personas. La tristeza se refleja en sus ojos cansados. Se nota en su mal servicio al cliente, su mal humor y la falta de entusiasmo por lo que hacen sin pensar. A menudo luchan con su peso porque, al final del día, están demasiado agotados para siquiera considerar hacer ejercicio. Les falta el gusto por la vida y no logran encontrar un camino fuera de las trincheras de las deudas y el ciclo vicioso de solo "sobrevivir".

Hemos escuchado muchas veces que si amas lo que haces, realmente no trabajarás ni un solo día en tu vida. Tómate un momento para visualizar cómo sería tu vida si pudieras crear la vida que deseas. Estoy segura de que, para la mayoría, esa visión incluiría ingresos disponibles, más tiempo libre, menos estrés y la capacidad de generar ingresos pasivos. Tal vez te consentirías un poco más al viajar, asegurándote de que cuando subas al avión, tu asiento fuera el 2A en lugar del asiento en medio de la fila 28. ¿No te hace sonreír la posibilidad de generar ingresos que mejoren tu estilo de vida incluso cuando no estás en un reloj de tiempo? ¿Qué tan increíble sería la vida si pudieras ganar dinero mientras duermes o, mejor aún, mientras te diviertes? Uno de los mayores placeres es tener la autonomía de ser tu propio jefe, sin que cada uno de tus movimientos esté dictado por alguien más, la dicha de no tener que preocuparte por cómo pagarás las cuentas y la seguridad de saber que, independientemente de una emergencia de salud, un trauma familiar o la educación superior de tus hijos, todo está cubierto. Este logro también viene con la flexibilidad y la libertad de tomar vacaciones cuando el clima en tu ciudad natal se vuelve insoportable. Tendrías tiempo suficiente para disfrutar de tus actividades favoritas: fitness, golf, tenis, clubes de vino o viajes. Tal vez el sueño incluya una segunda casa en una estación de esquí o en una comunidad soleada de golf. Y, por supuesto, tu coche de lujo te llevaría a los mejores restaurantes de la ciudad. Con tu salario anterior, habrías optado por el plato más barato en el menú, o habría sido cuestión de endeudarse para ocasiones especiales. Esa comida que disfrutaste habría sido digerida hace mucho, solo que ahora, mientras la pagas con intereses, experimentas reflujo ácido y te preguntas si valió la pena.

Es posible que sientas que el sistema está en tu contra, pero si alguna parte de esa visión te resulta atractiva, ¿qué te detiene?

¿Cómo la familia y el negocio se entrelazan en la construcción de un legado?

Recuerdo perfectamente la primera vez que visité los Robert Taylor Homes en Chicago, un complejo habitacional emblemático de la pobreza urbana en Estados Unidos. Tenía solo ocho años, pero la experiencia quedó grabada en mi memoria. El olor nauseabundo de los ascensores llenos de orina, las plagas, las ratas, y la violencia de las pandillas no podían ser ignorados. En aquel entonces, mi padre nos enseñó lo fundamental: siempre debemos entender el privilegio que tenemos y la importancia de luchar por la igualdad. Ese día, en el corazón de la pobreza más extrema, comprendí las raíces de nuestra misión: brindar vivienda para los negros, exponer la injusticia y pelear por la equidad. Mi padre no nos dio una vida protegida, sino que nos mostró la cruda realidad de América. Esa fue, sin duda, una de las lecciones más valiosas que recibí en mi vida.

La familia es uno de los pilares sobre los que se construye el futuro de una empresa, y también un campo de desafíos. Como hija, madre, esposa, amiga y, además, empresaria, mi vida ha estado marcada por un sinfín de roles. Cada uno de ellos tiene sus propias exigencias y desafíos. En mi caso, siendo la más joven de mis hermanas, he tenido la oportunidad de aprender de los éxitos y las dificultades de mi familia. He sido testigo de las luchas contra la adicción, la pérdida, las crisis financieras y los problemas de salud. He comprendido que el verdadero éxito radica en la capacidad para adaptarse y superar los obstáculos que la vida nos presenta. Sin embargo, este éxito no se alcanza sin sacrificios, ni sin momentos de profunda reflexión sobre lo que realmente importa.

El matrimonio es solo una de las facetas de esta compleja red de relaciones. En mi caso, mi esposo y yo hemos optado por una vida que no se ajusta al modelo tradicional. Vivimos en estados diferentes debido a nuestros compromisos profesionales y familiares. A pesar de la distancia, hacemos un esfuerzo consciente para vernos cada dos semanas, y aunque este tipo de arreglo requiere sacrificio y paciencia, nuestra relación se mantiene fuerte y vibrante. Hoy, como parte de la llamada “generación sándwich”, cuido de mi madre mientras mis hijos comienzan a construir sus propias vidas. Es un honor para mí devolverle todo lo que ella me dio, y más aún, disfrutar de su compañía, porque ella es, además de mi madre, mi mejor amiga.

En cuanto a la empresa familiar, la situación se complica aún más. Si bien la familia debería ser el refugio en el que todos nos apoyamos, el negocio familiar añade una capa de complejidad. Asumir el rol de directora financiera de la familia no es una tarea fácil, especialmente cuando hay una fuerte presión para asegurar un legado próspero. Cada mañana, me reúno con mi equipo, que ahora incluye a mis hijos adultos y nuestro encargado de mantenimiento, para planificar el día y asegurarnos de que todo funcione. Juntos compartimos la misma visión y trabajamos como una unidad cohesiva. Las pasiones y objetivos de cada uno se alinean mientras luchamos por alcanzar la meta común.

Sin embargo, cuando hay desacuerdos dentro de la familia, los resultados pueden ser devastadores. Mi propia experiencia al ver el divorcio de mis padres después de 30 años de matrimonio fue un claro ejemplo de cómo el negocio familiar puede ser afectado por las tensiones personales. Los valores de negocio y los valores familiares, aunque a menudo se solapan, rara vez se alinean de manera perfecta. Si bien mi padre fue el fundador de la empresa y adoptó un enfoque “pragmático” basado en su intuición y su experiencia, llegó un punto en que sus métodos resultaron obsoletos. La resistencia al cambio y la dificultad para adaptarse a nuevas tecnologías pusieron en peligro el futuro de la empresa.

La cuestión de la sucesión es otro desafío crítico en los negocios familiares. Para que un negocio familiar sobreviva, es imprescindible que las generaciones sucesivas tomen el control de la empresa. Sin embargo, muchas familias no planifican este proceso con anticipación, esperando hasta que un miembro clave fallezca o quede incapacitado para tomar decisiones. Además, la pregunta sobre si se debe tratar a los hijos por igual o transferir el control al miembro más capaz de la siguiente generación es una de las más difíciles de responder. En mi caso, un abogado especializado en herencias dejó claro cómo se dividiría la herencia, lo que nos permitió evitar conflictos y asegurar una transición suave.

El negocio familiar no está exento de conflictos. Al contrario, está lleno de tensiones inherentes a la mezcla de la vida personal y laboral. Sin embargo, es posible encontrar el equilibrio si cada miembro sabe cuál es su rol y cuál es la visión común que deben seguir. El éxito no solo depende del crecimiento económico, sino también de la capacidad para preservar los lazos familiares, que son lo que realmente da significado al legado que se construye.

¿Cómo el legado familiar puede transformar generaciones futuras?

El legado familiar es más que una herencia material; es un cúmulo de valores, enseñanzas y principios que atraviesan las generaciones y tienen el poder de transformar vidas. En este contexto, los Frank han sabido aprovechar las lecciones aprendidas en un camino lleno de sacrificios y victorias, demostrando cómo la perseverancia, el trabajo arduo y el amor incondicional pueden sentar las bases para un futuro próspero.

Brett y Taryn, los hijos de Dana Frank, no solo son ejemplos de éxito académico y atlético, sino también de fortaleza emocional y resiliencia. Desde una edad temprana, ambos enfrentaron la tragedia de perder a su padre, Steve, pero esta dolorosa experiencia no los derrumbó. Por el contrario, la adversidad los impulsó a aferrarse con más fuerza a los valores de su familia, honrando la memoria de su padre mediante el compromiso con el bien común y con el amor hacia su madre. La dedicación de los hermanos Frank a la unidad familiar y su incansable esfuerzo por hacer el bien a los demás es, para Dana, una de las mayores lecciones de su vida. Ellos no solo heredaron una tradición empresarial de más de 70 años, sino también una mentalidad de trabajo constante y un profundo amor por su historia familiar.

Este relato resalta la importancia de enseñar a las generaciones futuras no solo cómo sobrevivir en un mundo que a menudo se muestra cruel e impredecible, sino también cómo prosperar en él sin perder la esencia de lo que realmente importa. Dana Frank, como madre y empresaria, ha entendido que la verdadera medida del éxito no se encuentra únicamente en los logros materiales, sino en la capacidad de uno para transformar el dolor en fortaleza y, al mismo tiempo, para transmitir ese conocimiento a los demás. Es crucial reconocer que, aunque los momentos difíciles son inevitables, la forma en que respondemos a ellos define el curso de nuestra vida y el legado que dejamos.

Además, el apoyo mutuo y el amor entre los miembros de la familia son fundamentales para enfrentar los desafíos. Brett, por ejemplo, fue quien impulsó a su madre a escribir este libro, convencido de la importancia de compartir su historia y su visión con el mundo. Esta acción, nacida de una profunda admiración y amor filial, demuestra cómo un acto de apoyo puede cambiar el rumbo de un proyecto y llevarlo a nuevas alturas. La colaboración entre familiares no solo fortalece los lazos afectivos, sino que también crea una plataforma sólida para el éxito empresarial y personal.

Es también esencial entender que el éxito no se logra de manera individual. La ayuda de mentores y aliados es crucial para el crecimiento de cualquier persona, y Dana Frank es un claro ejemplo de cómo las relaciones y el apoyo externo pueden impulsar una visión personal hacia la realización. El agradecimiento a aquellos que la han acompañado en su viaje, como su esposo Eric, su editor Boni Wagner-Stofford, y su estratega de marca Charlie Fusco, resalta la importancia de rodearse de personas que crean en nuestra causa y nos ayuden a perfeccionarla.

Por otro lado, las enseñanzas que Dana ha recibido de su propia familia también la han impulsado a emprender acciones significativas, como la creación del Día Nacional de las Familias Negros en los Negocios, una fecha dedicada a honrar y promover los esfuerzos empresariales de las familias afroamericanas. Esto no solo refleja su compromiso con el legado familiar, sino también con la creación de un futuro más inclusivo y equitativo para las próximas generaciones.

Es importante comprender que la familia no solo transmite conocimientos prácticos, sino que también es el lugar donde se cultivan los valores y principios que nos guían en la vida. La capacidad de afrontar la adversidad, de mantener la esperanza y de trabajar por un futuro mejor para todos son lecciones fundamentales que deben ser transmitidas a cada generación, con el objetivo de crear un ciclo virtuoso que se perpetúe a lo largo del tiempo.

¿Cómo hacer una inversión inmobiliaria si no tienes ahorros suficientes para el pago inicial?

Uno de los pasos más desafiantes al comenzar en el negocio inmobiliario es determinar cuánto dinero puedes invertir en un pago inicial y cómo obtener la precalificación para un préstamo. Si tienes un empleo estable y has logrado ahorrar algo de dinero, el primer paso es contactar a un representante de préstamos o a cualquier sucursal bancaria local para determinar el monto de la hipoteca que puedes pagar. En caso de que ya poseas propiedad y su valor haya aumentado, puedes considerar la opción de refinanciar y retirar efectivo para cubrir el pago inicial de tu próxima inversión. Sin embargo, en ocasiones, hay que ser creativo.

Si no cuentas con el dinero suficiente para el pago inicial, una alternativa es considerar un arrendamiento con opción de compra. Este tipo de acuerdo te permite negociar con el propietario y aumentar el alquiler mensual, destinando una parte de dicho alquiler para el pago inicial. Puedes acordar un arrendamiento con opción de compra de uno a tres años, y al final de este plazo habrás acumulado algo de capital que puedes destinar a la compra de la vivienda. Empresas como Divvyhomes.com han creado programas pensados para aquellos que no cuentan con el privilegio de una herencia generacional. El programa Divvy fue fundado con el objetivo de hacer accesible la propiedad de una vivienda para personas que no tienen acceso a los medios tradicionales de financiamiento. La historia de Adena, su fundadora, refleja una realidad común: sus padres no pudieron obtener la aprobación para una hipoteca tradicional y solo llegaron a ser propietarios cuando se les ofreció financiamiento flexible por parte de un vendedor. Esta única casa proporcionó a su familia una estabilidad económica que, a su vez, les permitió financiar la educación universitaria y avanzar en sus carreras.

Existen otras opciones que también puedes explorar. Por ejemplo, Home Partners of America, Landis.com, Dreamamerica.com y Verbhouse.com, entre otras, son plataformas que facilitan el acceso a la propiedad para aquellos con ingresos bajos o moderados, o personas que tienen un historial crediticio complicado. Estos programas ofrecen alternativas como el arrendamiento con opción de compra, donde el inquilino tiene la posibilidad de adquirir la vivienda en un plazo determinado.

Otra estrategia viable consiste en encontrar un socio para compartir los costos del pago inicial y las renovaciones. Si tienes habilidades para remodelar propiedades y conoces a alguien con el capital necesario, puedes ofrecer tu trabajo a cambio de su inversión. Al mantener la propiedad por un tiempo, mientras su valor aumenta, puedes venderla y repetir el proceso. Este enfoque no debe confundirse con los programas de bienes raíces que exageran lo fácil que es adquirir propiedades sin pagar nada por adelantado. Lo que propongo es buscar oportunidades reales, ya que siempre hay alguien dispuesto a hacer negocios, incluso si sus necesidades no son evidentes de inmediato.

Dedica tus fines de semana a visitar casas abiertas, explora tu vecindario y habla con todo tipo de personas: agentes inmobiliarios, banqueros, el panadero o el barbero. Es importante dar a conocer tu interés por invertir en bienes raíces. La oportunidad está siempre disponible, solo hay que saber cómo buscarla. Incluso si consideras la inversión inmobiliaria como un proyecto secundario, estarás por delante de la mayoría de los demás.

Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es la ubicación de la propiedad. Debes estar muy atento a la situación económica de la ciudad o área en la que planeas invertir. Por ejemplo, en Detroit, Michigan, la pobreza alcanza casi el 38% y la tasa de desempleo es una de las más altas de los Estados Unidos. Un entorno económico como este puede dificultar las ganancias por alquiler o revalorización de la propiedad. Es fundamental investigar y evaluar las condiciones económicas de la ciudad o región antes de tomar una decisión.

Al igual que ocurre con cualquier tipo de inversión, en los bienes raíces hay variables fuera de tu control, pero a diferencia de un trabajo tradicional donde tu salario y bonificaciones están predefinidos, en bienes raíces los resultados dependen de ti. La clave está en tomar decisiones informadas, estar dispuesto a negociar y, sobre todo, ser creativo.