El diseño de transistores en circuitos analógicos no se limita solo a su especificación eléctrica; factores geométricos y de layout juegan un papel crucial. Un aspecto fundamental es la relación entre el área y el perímetro de los componentes, la cual influye directamente en la eficiencia y la uniformidad del proceso de fabricación. Este principio se aplica tanto en el diseño de capacitores como en transistores MOS.

Para minimizar los efectos del perímetro en las capacitancias y otras propiedades de los componentes, el círculo se presenta como la forma óptima, ya que tiene la menor relación área-perímetro entre todas las figuras geométricas. Esto lo convierte en la mejor opción para reducir los efectos adversos del perímetro. Además, debido a su simetría, el círculo permite un grabado uniforme en todo su contorno, lo cual no ocurre en figuras como el rectángulo, donde el grabado varía en función de los lados y las esquinas. Sin embargo, aunque el círculo sea ideal desde el punto de vista tecnológico, existen factores prácticos que hacen que su uso no siempre sea deseable. Como alternativa, se pueden utilizar formas como el octágono, que proporciona un buen compromiso entre la simplicidad del círculo y la funcionalidad del cuadrado.

Una técnica de diseño útil para capacitores es el método del camino Yiannoulos, que utiliza una estructura serpenteante capaz de mantener una relación constante entre el área y el perímetro. La ventaja de este método es que no está restringido a relaciones enteras, lo que permite una mayor flexibilidad en el diseño. A diferencia del principio de coincidencia de unidades, que obliga a trabajar con divisores enteros, el camino Yiannoulos permite una mayor libertad en el ajuste de las dimensiones del componente sin sacrificar la eficiencia.

En cuanto a los transistores MOS, es esencial comprender cómo las dimensiones y la disposición de sus elementos afectan el comportamiento del dispositivo. La relación entre la anchura (W) y la longitud (L) del transistor, conocida como la relación W/L, es el factor principal que determina la conducción del transistor. Además, las capacitancias de drenaje y fuente dependen de las áreas y los perímetros de estas regiones. Por lo tanto, la forma en que se disponen estos transistores en el layout tiene un impacto directo en su rendimiento.

Cuando se diseñan transistores MOS para aplicaciones analógicas, se deben aplicar técnicas de coincidencia de unidades y método del centro común para asegurar que los transistores sean lo más homogéneos posible. Esto se vuelve especialmente crítico en configuraciones como los pares diferenciales, donde se busca un alto grado de simetría para garantizar una respuesta precisa y equilibrada. El diseño debe considerar si los transistores deben tener una orientación simétrica o la misma orientación fotolitográfica, lo que se conoce como invariancia fotolitográfica (PLI). La invariancia fotolitográfica es importante porque garantiza que las capacitancias entre las puertas y las fuentes o drenajes sean lo más iguales posible, lo que se logra mediante la orientación correcta de los transistores.

Una vez que se han aplicado las técnicas de coincidencia y PLI, es necesario decidir cómo distribuir las unidades de un transistor en el layout. En un espejo de corriente con una relación 2:1, por ejemplo, se debe dividir cada transistor en unidades de un tamaño adecuado para mantener la simetría y mejorar la coincidencia. Aunque un enfoque simple sería simplemente duplicar o reducir las dimensiones de un transistor, el verdadero desafío consiste en distribuir esas unidades en un formato que respete las reglas de coincidencia y PLI, lo que a menudo implica dividir los transistores en múltiples unidades y compartir las fuentes o drenajes, como se ilustra en los ejemplos del layout.

Los diseños en cascada también requieren una atención especial a la coincidencia y a la disposición de los transistores. En un espejo de corriente en cascada, la orientación de los transistores debe garantizar que las capacitancias entre las puertas y las fuentes sean uniformes. Esto se logra mediante la simetría de los transistores en el diseño y la utilización de transistores de "sombra" o "dummy" para igualar los perímetros y crear un entorno homogéneo. Estos transistores dummy no tienen función eléctrica, pero sirven para equilibrar el diseño y cumplir con los principios de coincidencia.

La importancia de mantener un diseño equilibrado no solo afecta a las características eléctricas de los transistores, sino también a su rendimiento térmico y mecánico. En tecnologías de submicras de alta densidad, como las utilizadas en circuitos analógicos de alta precisión, el contacto de la fuente y el drenaje puede generar tensiones en el canal del transistor, lo que podría afectar su comportamiento. Minimizar estos efectos requiere un diseño cuidadoso que considere no solo la geometría, sino también la distribución térmica y las posibles tensiones causadas por los contactos cercanos.

En conclusión, el diseño de transistores MOS en circuitos analógicos exige un enfoque meticuloso que contemple tanto los aspectos eléctricos como los geométricos. Las técnicas de coincidencia, la invariancia fotolitográfica y el uso adecuado de transistores dummy son esenciales para lograr el mejor rendimiento posible en el diseño de estos dispositivos.

¿Cómo mejorar el margen de fase en amplificadores operacionales de dos etapas?

En los amplificadores operacionales (op-amps), la estabilidad y el margen de fase son aspectos fundamentales para garantizar un rendimiento óptimo. En muchas configuraciones, como las de dos etapas, se enfrenta un reto constante al intentar maximizar la ganancia mientras se mantiene un margen de fase adecuado. En este contexto, el conocimiento profundo de los parámetros y las interacciones de los componentes es esencial para diseñar amplificadores operacionales con un comportamiento fiable y eficiente.

Cuando se utiliza un amplificador operacional de dos etapas con carga de espejo de corriente, se puede observar cómo la ganancia de esta configuración está vinculada a la frecuencia de ganancia de banda (GB) y la ubicación de los polos dominantes. Si se considera un amplificador de este tipo con una ganancia de banda de 1 MHz y se desea mejorar su rendimiento, una de las estrategias más comunes es añadir un resistor de anulación para cancelar el segundo polo (p2). La ubicación de este polo, en relación con la ganancia de banda y los otros polos, tiene un impacto directo sobre el margen de fase del sistema.

En este tipo de configuración, la fase de un amplificador operacional se puede ver afectada por la adición de un segundo polo o por el uso de un espejo de corriente. Un punto clave es que si se desea mejorar el margen de fase a 45°, una de las posibles soluciones es ajustar la ubicación de los polos, asegurando que el segundo polo se coloque de forma que no interfiera con la ganancia de banda. Sin embargo, este ajuste debe realizarse con cuidado, ya que un cambio en la localización de los polos puede afectar no solo al margen de fase, sino también a la respuesta general del amplificador.

Una técnica habitual para mejorar el margen de fase y la ganancia consiste en mover el cero a una frecuencia más alta, lo que puede conseguirse aumentando la relación entre los componentes del amplificador. Sin embargo, esto implica un cuidado especial en cuanto al comportamiento dinámico del circuito. En configuraciones más complejas, como la compensación de Miller, los ceros en la respuesta de frecuencia juegan un papel crucial. El cero RHP (Right Half Plane), por ejemplo, puede tener un impacto más fuerte en amplificadores operacionales CMOS que en aquellos basados en transistores bipolares (BJT), lo que resalta las diferencias entre distintas tecnologías de amplificación.

Cuando se aumenta la carga de capacitancia de salida, como cuando se aumenta el valor de CL, la fase de los polos también se ve afectada. Es importante notar que un aumento significativo en la capacitancia de carga puede reducir la estabilidad del sistema, especialmente si no se han ajustado adecuadamente los parámetros de los polos. De manera similar, cuando el amplificador enfrenta una mayor carga, se deben ajustar los valores de los resistores y la compensación para garantizar que el margen de fase se mantenga en niveles aceptables.

Un aspecto adicional a considerar es la influencia del diseño del espejo de corriente en la configuración del amplificador. La utilización de espejos de corriente para mejorar la ganancia de un amplificador de dos etapas puede traer consigo una mejora en la respuesta de frecuencia, pero también presenta desafíos en términos de estabilidad, especialmente cuando se manejan altos valores de GB y se trabaja con transistores de efecto de campo (FET) en lugar de BJT. En estos casos, es fundamental evaluar cómo los parámetros de cada etapa impactan en la ganancia general y en la ubicación de los polos.

Finalmente, al diseñar un amplificador operacional CMOS, es necesario tener en cuenta no solo la ganancia de banda y la ubicación de los polos, sino también el comportamiento transitorio del sistema. Factores como la corriente de polarización, las longitudes de los transistores, y las capacitancias parasitarias juegan un papel crucial en la determinación del desempeño final del amplificador. El diseño de las etapas de entrada y salida debe ser tal que se maximicen las capacidades de ajuste sin comprometer la estabilidad del sistema, incluso cuando se manejen cargas capacitivas elevadas.