La renovación de una casa de playa no solo trata de modernizar espacios, sino también de preservar la esencia familiar, el confort y la funcionalidad, que son la base de cualquier hogar acogedor. En el caso de la casa en Rehoboth Beach, propiedad de la familia Baum, se buscó un equilibrio entre el diseño tradicional y la comodidad contemporánea, con un toque de elegancia simple que resonara con la memoria y el espíritu de la madre de Amy, quien originalmente construyó la casa.

La clave de la renovación fue maximizar la accesibilidad y la convivencia, en un ambiente que pudiera acoger a hasta diez miembros de la familia sin perder su carácter personal. Pascale de Fouchier, la arquitecta de la reforma, apostó por un diseño que combinara elementos tradicionales con la calidez y la funcionalidad que el espacio necesitaba. Los muebles de tonos neutros y tejidos resistentes en todas las áreas comunes permiten que tanto los niños como los adultos puedan disfrutar sin restricciones. La idea era hacer de cada habitación un lugar donde se pudiera pasar tiempo en familia, sin perder la esencia costera ni sacrificar el confort.

El porche, favorito de la familia, fue reorganizado para ofrecer dos áreas de asiento, lo que permitió que más personas pudieran disfrutar del espacio exterior. A pesar de que una mesa rectangular parecía no ser adecuada para un porche pequeño, el diseño permitió que ocho personas se sentaran cómodamente alrededor, lo que aumentó la capacidad de reunión sin perder funcionalidad. Cada área de la casa fue pensada para facilitar la interacción familiar, desde el salón, que combina colores pasteles y neutrales, hasta el comedor, donde una mesa de pino macizo, herencia familiar, actúa como un punto focal.

Uno de los aspectos más importantes de la renovación fue la creación de espacios verticales que generaran la sensación de amplitud. En el dormitorio de invitados, con techos bajos, se diseñó una moldura de corona que envolvía la cabecera de la cama, dando altura al espacio y creando un punto de interés visual que transformaba la habitación en algo mucho más grandioso de lo que originalmente era. Esta técnica de diseño es fundamental cuando se quiere hacer que un espacio pequeño se sienta más grande y abierto sin necesidad de reformas estructurales complicadas.

Pascale también se enfocó en la importancia de los detalles decorativos, como la elección de las cortinas, que fueron hechas a mano con tela de Ralph Lauren. Las draperías blancas añadieron ligereza y frescura al espacio, mientras que los colores suaves reflejaban la serenidad propia de una casa de playa. Todo esto contribuyó a crear un hogar relajante, donde la familia pudiera disfrutar de la calma que ofrece el mar, pero con la modernidad y comodidad que se necesita en la vida cotidiana.

El uso de muebles funcionales y de bajo mantenimiento fue una prioridad, como lo demuestra la elección de materiales duraderos y fáciles de limpiar. El comedor y la sala de estar fueron concebidos para soportar el uso constante sin perder su elegancia, y las alfombras y las decoraciones de madera aportan una sensación cálida, acogedora y un toque de naturaleza que conecta la casa con su entorno costero.

El baño principal también fue renovado para mantenerse en línea con el estilo relajado de la casa. El nuevo diseño de la bañera, similar a la de la planta baja, y la ausencia de una ducha fueron decisiones deliberadas para crear un ambiente más tranquilo y enfocado en el autocuidado, con un estilo que apelaba a la nostalgia y al disfrute personal.

Es fundamental que cualquier renovación de una casa de playa se enfoque no solo en la estética, sino en crear un lugar donde cada miembro de la familia pueda sentirse cómodo y bienvenido, desde la llegada hasta el descanso nocturno. Los detalles como las bancas en la entrada para dejar sombreros y zapatos, o los espejos estratégicamente colocados para un "último vistazo" antes de salir, son pequeños toques que marcan una gran diferencia en la experiencia cotidiana.

Además de la comodidad, hay un valor intrínseco en rendir homenaje al pasado. La conservación de objetos familiares, como una lámpara que perteneció a la madre de Amy, es un ejemplo claro de cómo los recuerdos y las historias familiares pueden convivir con el diseño moderno, creando una atmósfera única. Estos objetos no solo aportan carácter, sino que cuentan historias que enriquecen el hogar.

Al realizar una renovación en una casa de playa, es crucial encontrar el equilibrio entre las necesidades del presente y el respeto por las memorias del pasado. Una buena planificación y un diseño que permita la flexibilidad y la comodidad para todos los miembros de la familia son esenciales. Además, las pequeñas decisiones sobre color, textura y mobiliario pueden transformar un espacio funcional en un hogar que no solo sea bonito, sino que también tenga alma.

¿Cómo crear un espacio único que refleje tu personalidad y estilo?

Cada rincón de una casa es un reflejo de quienes la habitan, una mezcla de recuerdos, gustos y vivencias que se materializan en los objetos que elegimos para adornar nuestro hogar. La idea de crear un espacio que no solo sea funcional, sino que también tenga una carga emocional, es esencial. Es fundamental que cada espacio, ya sea grande o pequeño, lleve consigo algo personal. Pueden ser reliquias familiares, hallazgos de antigüedades o piezas que evoquen esos recuerdos especiales que compartimos con nuestras personas más queridas. De esta manera, la casa se convierte en un lugar lleno de historias, donde cada objeto tiene un propósito, no solo estético, sino también emocional.

Uno de los aspectos más poderosos de la decoración es el acto de devolver algo a la comunidad. A menudo se habla de la importancia de la generosidad y la bondad, pero pocas veces se reconoce el impacto profundo que tiene el ayudar a otros, especialmente cuando se hace con todo el corazón. Organizaciones sin fines de lucro como Lasagna Love y The Letter Project son ejemplos perfectos de cómo podemos hacer del mundo un lugar más amable y conectado. El simple acto de compartir, ya sea una comida, una carta o simplemente un momento de apoyo, crea vínculos más allá de lo tangible, formando una red de empatía que puede transformar la vida de muchas personas.

La escritura, por otro lado, siempre ha sido una de mis pasiones más profundas. Crear algo con palabras tiene la capacidad de conectar personas a través de las experiencias que se comparten, así como de transmitir sentimientos que, de otro modo, quedarían ocultos. En este momento, me encuentro trabajando en mi primer libro sobre decoración del hogar, un proyecto que tiene como objetivo inspirar a otros a crear espacios que no solo sean bellos, sino que también cuenten una historia, que hablen de lo que somos y de lo que soñamos ser.

Al construir nuestra casa de ensueño junto al mar, estoy aprendiendo a integrar todos estos elementos: lo personal, lo que le damos a los demás y cómo la creación de un hogar puede ser un acto de expresión individual y colectiva. Es una mezcla de visión y realidad, donde el sueño de tener un refugio propio se encuentra con la oportunidad de construir un espacio lleno de significado y amor.

En este proceso, cada detalle importa. Desde la elección del mobiliario, que no solo debe ser funcional sino también un reflejo de nuestra personalidad, hasta las pequeñas decoraciones que llenan la casa de vida y color. Lo importante es que cada pieza tenga un valor más allá de su aspecto. En mi experiencia, los objetos que se eligen para decorar una casa no deben ser solo decorativos, sino que deben transmitir la esencia de quienes somos, nuestras pasiones, nuestras raíces. Esta conexión emocional transforma un espacio ordinario en un lugar lleno de alma.

Es necesario también recordar que la casa es un reflejo de nuestras etapas y cambios en la vida. Cuando experimentamos una transformación personal, como mudarnos o redefinir nuestro estilo de vida, es una excelente oportunidad para revisar nuestra decoración. Los cambios de vida, como el vacío que queda al ser padres vacíos, a menudo nos impulsan a reformular nuestra visión del hogar, a buscar una estética que resuene más con lo que ahora somos. Renovar no solo el espacio físico, sino también nuestra relación con él, es parte del proceso de crecimiento y adaptación.

Entender que cada espacio tiene un propósito y que la decoración debe ser coherente con nuestras emociones es esencial. A veces, la verdadera belleza en el hogar no se encuentra en lo que es perfecto o lo que está de moda, sino en lo que tiene un significado para nosotros, lo que nos conecta con nuestra historia y nuestras aspiraciones.

Por lo tanto, cuando trabajes en la decoración de tu hogar, recuerda que no se trata solo de los muebles y las paredes. Se trata de crear un espacio que te haga sentirte completo, que te hable de ti y de tu mundo. La magia está en los detalles, en las decisiones personales que tomas y en cómo estas decisiones hacen que tu hogar se convierta en un lugar único e irremplazable.

¿Cómo se fusionan el diseño clásico y la calidez del hogar en una casa de campo contemporánea?

Uno de los aspectos más apreciados en el diseño de interiores es la selección meticulosa del arte adecuado para cada espacio. Cada pintura o pieza artística en una casa debe ser elegida con cuidado, como lo demuestra la curaduría personal que hace Cara para crear una atmósfera única en su hogar. Este enfoque personalizado trasciende la simplicidad de la decoración, elevándola a una obra de arte que va más allá de lo meramente decorativo.

Al iniciar un proyecto de construcción, es común trabajar sobre la base de una visión general, y esto fue lo que hicieron Cara y Tom. Su enfoque estuvo basado en un diseño especulativo, lo que les permitió crear una casa lista para habitar sin la necesidad de seguir directrices estrictas de un propietario. Esto contrastó con la práctica tradicional, donde el comprador elige el terreno y la construcción se adapta a sus especificaciones. La libertad creativa en este caso permitió a los diseñadores aplicar su especialidad en arquitectura clásica y estilo tradicional de Nueva Inglaterra, fusionando elementos rústicos con toques de sofisticación.

El resultado fue una casa que refleja una armoniosa combinación de elegancia, funcionalidad y un toque cálido y acogedor, todo ello dentro del estilo Colonial tradicional con influencias de la simplicidad campestre y la historia de América. El diseño buscaba ofrecer no solo una atmósfera de elegancia, sino también de bienvenida, algo que se logra a través de los detalles más pequeños, como las molduras de Woodgrain o los herrajes de latón de Emtek.

El uso del latón no es casualidad. Emtek, conocida por su capacidad para ofrecer productos personalizados, es un claro ejemplo de cómo pequeños detalles, como los acabados metálicos, pueden transformar una estancia común en algo memorable. Con este enfoque, los diseños de Cara y Tom no solo incorporan estos toques de latón, sino que buscan crear una continuidad a lo largo de toda la casa, haciendo de cada espacio un reflejo de una estética cohesionada que destaca tanto por su elegancia como por su calidez.

En la cocina, por ejemplo, la combinación de armarios personalizados de un verde profundo con la funcionalidad de las encimeras de mármol Thassos y los elementos de latón de Emtek crea un equilibrio perfecto entre lo práctico y lo estéticamente agradable. La cerámica de Arto, con su delicado diseño ecuestre, se convierte en un elemento central que añade un toque distintivo a la estética general de la casa, evocando un ambiente de campo inglés.

Una parte esencial del éxito de este diseño es cómo los elementos se combinan de manera armoniosa. La incorporación de tonos cálidos de madera, con las sillas bar Troutman y las molduras de Woodgrain, ofrece un toque de rusticidad sin perder la elegancia. Los detalles, como los muebles de exhibición en la cocina y la despensa, no solo sirven como piezas decorativas, sino también como recordatorios de las tradiciones familiares que enriquecen el hogar.

Cada espacio de la casa tiene un propósito en cuanto a la cohesión general del diseño, y el uso repetido de ciertos patrones de color y materiales, como el azul y blanco, refuerza la continuidad estética. Desde la fachada, que resalta con pilares coloniales y un revestimiento de piedra, hasta el interior, donde el diseño del vestíbulo y la escalera en espiral capturan la esencia de la arquitectura clásica, cada detalle está pensado para brindar una sensación de permanencia y de historia.

La luz natural juega un papel crucial en la creación de la atmósfera cálida que define esta casa. Las diferentes paletas de colores, que van desde los azules suaves hasta los verdes y cremosos, ofrecen una sensación de serenidad y confort. Las molduras de Woodgrain, la cerámica de Arto y los acabados metálicos de Emtek se combinan para proporcionar una cohesión que invita a disfrutar cada rincón del hogar.

Uno de los aspectos más notables de esta casa es la atención al detalle en los dormitorios. En el dormitorio principal, una cama con dosel de Charles P. Rogers se combina con textiles de Laura Ashley y una alfombra de yute, creando un espacio perfecto para descansar. El contraste entre los pisos de roble oscuro y las paredes de un blanco cremoso aporta sofisticación, mientras que el diseño de los detalles en latón y los accesorios cuidadosamente seleccionados ofrecen un toque final de lujo.

En resumen, la mezcla de estilos clásicos y rústicos se convierte en una declaración de intenciones, mostrando que no es necesario elegir entre lo moderno y lo tradicional. A través de la combinación de materiales atemporales, como la cerámica, el mármol y el latón, y el cuidado en la selección de cada pieza, se logra un diseño que no solo se ve bien, sino que también cuenta una historia. Cada rincón de la casa, desde el vestíbulo hasta el dormitorio, invita a reflexionar sobre el tiempo, la historia y la calidez del hogar.

¿Cómo hacer de una casa pequeña un espacio funcional y acogedor sin perder su esencia original?

Beth Bynon, diseñadora de interiores, encontró la solución perfecta para transformar una casa de estilo español de los años 20, ubicada en Oceanside, California, en un refugio costero que combinara el confort de un pequeño cottage con el estilo histórico original del inmueble. Tras un largo proceso de renovación, Beth pudo conservar el carácter de la casa mientras adaptaba el espacio a su estilo personal, creando un hogar que no solo es funcional, sino también atemporal.

El reto principal de Beth fue equilibrar el deseo de mantener la esencia del bungalow español con la necesidad de crear un espacio más moderno y cómodo. Desde el inicio, sabía que no quería que su casa tuviera un aire austero, tan característico de muchas casas de este estilo. Su objetivo era lograr un "sentimiento acogedor", algo que reflejara su personalidad sin caer en las tendencias del momento.

Para la parte exterior, Beth se aseguró de que los cambios respetaran la arquitectura original. Repintó las fachadas y agregó un toldo para dar un aire más fresco sin alterar el carácter del lugar. De la misma forma, la cocina, aunque mantuvo el diseño original, recibió una actualización sutil con la adición de una isla vintage que aporta funcionalidad y estilo.

Un aspecto crucial en la renovación fue la optimización del espacio. En una casa pequeña, cada metro cuadrado cuenta. Beth optó por eliminar el desorden, simplificando al máximo su vestuario y otros elementos personales. Esto no solo ayudó a mantener el espacio limpio y ordenado, sino que también permitió que los muebles y accesorios tuviesen un propósito claro dentro de la casa. Por ejemplo, en la cocina, al cambiar la ubicación del frigorífico y rediseñar el almacenamiento, logró una distribución más eficiente sin renunciar a las necesidades diarias de la familia.

Beth también tomó decisiones estructurales que facilitaron una circulación más fluida dentro de la casa. Ampliando puertas, agregando ventanas y reorganizando closets, consiguió una distribución que no solo favorece la funcionalidad, sino también la iluminación natural, algo que resulta esencial en cualquier hogar costero.

Uno de los detalles más importantes en la reforma fue la creación de un espacio propio y acogedor, un refugio personal al que Beth se refiere como su “snug”, un pequeño rincón diseñado para la relajación total. Este rincón se convirtió en su santuario, donde la mezcla de muebles de estilo clásico y detalles hechos a mano crearon un ambiente ideal para desconectar.

El patio, que fue una de las principales razones por las que Beth eligió esta casa, también se renovó para maximizar su potencial. Con una pared revestida de estuco y un par de arcos decorativos, logró crear un ambiente perfecto para disfrutar del buen clima californiano. Agregar muebles cómodos y una mesa de comedor al aire libre, le permitió convertirlo en el lugar ideal para comer y descansar.

Otro aspecto fundamental que Beth tuvo en cuenta fue el aprovechamiento del espacio de almacenamiento. En una casa pequeña, la falta de armarios y lugares de almacenamiento puede convertirse en un desafío. Beth incorporó armarios a medida, pensando siempre en el uso exacto que les daría, desde la cocina hasta el “snug”. Además, diseñó un baño principal con una bañera tipo "clawfoot", que se adaptaba mejor a sus necesidades, dejando de lado la opción de un baño con ducha, que no era necesaria para su estilo de vida.

A lo largo de todo el proceso, Beth se resistió a las presiones externas de las redes sociales y de las tendencias actuales. En lugar de seguir modas pasajeras, eligió crear un hogar que tuviera una base sólida, de la que no tendría que preocuparse por renovar cada pocos años. Su objetivo era diseñar un espacio que creciera con ella, que tuviera un estilo clásico, que resistiera la prueba del tiempo.

Es importante entender que, más allá de la estética, un hogar debe ser un reflejo de las necesidades y deseos de quienes lo habitan. En este caso, la renovación de la casa no se limitó a un cambio superficial, sino que fue una respuesta a un proceso emocional y de autodescubrimiento. La transformación de la casa de Beth fue tanto una renovación del espacio como un renacer personal. El hogar es mucho más que las paredes que lo componen; es un espacio que debe sentirse como un refugio, un lugar donde cada elemento tiene un propósito y contribuye a crear un ambiente en armonía con quienes lo habitan.

La clave de esta renovación fue, sin duda, el equilibrio entre mantener la esencia original de la casa y adaptarla a un estilo de vida contemporáneo y cómodo. A veces, lo más importante en el diseño interior no es la cantidad de cambios, sino la capacidad de hacer que cada modificación esté alineada con las necesidades y deseos de quienes viven en ese espacio.