En el mundo del periodismo digital, las métricas se han convertido en una herramienta esencial para definir el rumbo de las noticias, pero su influencia no está exenta de contradicciones. Los editores y agregadores de contenido se enfrentan a un desafío constante: ¿cómo predecir qué historias atraerán la mayor atención en las redes sociales y generarán la mayor cantidad de interacciones? Para muchos, las métricas actúan como un indicador de lo que el público está dispuesto a consumir, pero, en última instancia, también pueden desvirtuar el juicio editorial.
El uso de herramientas de medición como Dataminr, CrowdTangle y Newswhip ha permitido a los periodistas y editores ver en tiempo real qué historias están siendo compartidas y discutidas en las plataformas sociales. Estos datos ofrecen una visión rápida de qué temas están en tendencia, lo que resulta crucial para aquellos que desean mantenerse relevantes. Sin embargo, el análisis de estas métricas plantea una serie de preguntas: ¿es el uso exclusivo de los datos una forma válida de decidir qué es noticia? ¿Y hasta qué punto pueden los periodistas seguir siendo creativos e innovadores si todo se basa en lo que ya es popular en el momento?
Un editor de una plataforma de noticias sociales explicó que una de las preguntas fundamentales al concebir una historia es: "¿Quién está compartiendo esto y por qué lo están compartiendo?" Esta pregunta refleja un enfoque pragmático y orientado hacia el rendimiento: el objetivo es generar "compartidos", lo que se traduce en más visibilidad y tráfico. No obstante, este modelo de "noticia basada en métricas" puede tener efectos contraproducentes. Por ejemplo, cuando los agregadores de contenido utilizan las métricas para determinar qué escribir, se encuentran en una posición reactiva: los datos muestran qué ya ha tenido éxito, pero no ofrecen una guía clara sobre cómo anticiparse a lo que será exitoso en el futuro.
La dependencia de las métricas puede crear una sensación de confianza sobre el conocimiento de los gustos del público, pero esta confianza es engañosa. Aunque los datos proporcionan una imagen detallada de lo que los usuarios están consumiendo en ese momento, no garantizan que lo mismo suceda con futuras historias. En este sentido, los agregadores a menudo se sienten atrapados en un ciclo donde sus predicciones sobre el éxito de una historia no siempre se materializan como esperaban. Algunos editores reconocen que, a pesar de todo el análisis y la planificación, el público sigue siendo impredecible. En ocasiones, incluso los esfuerzos más meditados para generar contenido viral resultan en fracasos rotundos.
Por otro lado, el análisis de las métricas también ha revelado una paradoja importante: aunque los datos pueden indicar qué temas están siendo populares, no siempre son útiles para encontrar historias originales que aún no se han explotado. Como comentó un editor senior, la clave no está en perseguir lo que ya es tendencia, sino en identificar lo que está a punto de ser relevante antes de que se convierta en una ola demasiado grande. Esta necesidad de anticiparse a la corriente y capturar lo que aún no ha alcanzado su punto máximo de visibilidad refleja una tensión entre la seguridad de las métricas y el riesgo de buscar algo nuevo y desconocido.
A pesar de estas limitaciones, el uso de métricas sigue siendo esencial en la práctica del periodismo digital. La frustración de los editores y periodistas con las métricas no es simplemente que sus historias no generen el tráfico esperado, sino que no siempre entienden por qué eso sucede. Este desconcierto es una constante en el trabajo diario de muchos en la industria, y la incertidumbre sobre cómo las métricas reflejan realmente los intereses del público sigue siendo uno de los aspectos más complejos y difíciles de manejar.
Los agregadores, que tienen un conocimiento profundo de las preferencias de su audiencia gracias al análisis constante de datos, todavía se enfrentan a la imposibilidad de predecir con certeza qué historia captará la atención del público. A veces, incluso cuando creen que han ajustado todos los parámetros correctamente, la respuesta del público sigue siendo impredecible. Y esta incertidumbre no solo afecta su trabajo diario, sino que también subraya la fragilidad de depender exclusivamente de las métricas para tomar decisiones editoriales.
El dilema radica en la naturaleza misma de las métricas: son una forma de evaluar el éxito, pero no siempre proporcionan una solución definitiva. Lo que está claro es que las métricas, aunque valiosas, no pueden sustituir por completo el juicio humano ni el análisis profundo del contexto social y cultural en el que se desarrollan las noticias. La tarea del periodista, en última instancia, es equilibrar las métricas con la capacidad crítica de identificar lo que realmente importa más allá de los números. La comprensión de los intereses del público debe ir más allá de los datos y considerar factores más amplios que no siempre pueden medirse con exactitud, como la relevancia cultural, la novedad y el impacto a largo plazo de una historia.
¿Cómo la atomización de las noticias transformó el consumo en dispositivos móviles?
En los primeros años de la era de los smartphones, la adopción de estos dispositivos creció rápidamente en todos los grupos de edad, pero aún estaba por debajo de la de los teléfonos tradicionales en los Estados Unidos. Las organizaciones de noticias, por lo general, presentaban sus contenidos en versiones reestructuradas de sus sitios web, adaptadas para pantallas más pequeñas. No hacía falta ser un visionario para darse cuenta de que el consumo de noticias iba a volverse cada vez más móvil. Sin embargo, la idea de que el producto de una organización de noticias estaría disponible exclusivamente como una aplicación móvil, y que los artículos de noticias deberían ser repensados específicamente para smartphones, era una aventura nueva y arriesgada.
Circa, una de las aplicaciones pioneras en este ámbito, se lanzó en octubre de 2012 con dos componentes clave: los "puntos" y el "follow". Las historias se fragmentaban en puntos de 300 caracteres, que representaban hechos, estadísticas, citas o piezas de información, presentados en pequeños rectángulos llamados "tarjetas" dentro de la aplicación. Los usuarios podían "seguir" historias, lo que les permitía recibir alertas cuando se añadían nuevos puntos y acceder a ellos directamente al abrir la noticia. En sus primeras versiones, los usuarios se desplazaban por los puntos nuevos mediante flechas denominadas "botones de warp Mario", en referencia al popular videojuego de los años 80. Con el tiempo, los nuevos puntos aparecían en la parte superior de la historia para los seguidores recurrentes, mientras que para los nuevos lectores, los puntos se mostraban en su ubicación original dentro del relato.
Lo que Circa descubrió rápidamente fue que el elemento más potente de su diseño no era tanto la fragmentación de las noticias en puntos, sino la función de "follow". Este sistema permitió construir un registro detallado de la información a la que los usuarios se habían expuesto, y mostrarles solo lo que era nuevo. Además, facilitaba la lealtad de los usuarios. La decisión de seguir una historia se convertía en una señal tangible de interés, lo que proporcionaba a Circa una forma efectiva de mantener a los usuarios dentro de la aplicación a través de notificaciones push que estos probablemente abrirían. Este sistema resolvía un gran reto de las aplicaciones de noticias: cómo lograr que los usuarios regresaran de forma habitual. "El 'follow' fue clave para resolver este problema", afirmaba Arsenio Santos, cofundador y director técnico de Circa.
La transición hacia el "follow" no significaba un alejamiento de la atomización de las noticias, sino simplemente una forma de hacer que esa fragmentación fuera más comprensible y útil para el usuario. Esta función dependía de la estructura de puntos para funcionar correctamente. Un seguidor no podría ver solo la nueva información de una historia si esta no estaba dividida en unidades que pudieran clasificarse como "nuevas" o "antiguas". Además de esta estructura, Circa implementó otras características, como una revisión diaria de las actualizaciones más importantes y una versión simplificada en la web de sus historias, pero fue la combinación de los puntos y el "follow" lo que formó la columna vertebral de la experiencia del usuario en la aplicación.
Esta nueva experiencia de consumo de noticias en dispositivos móviles trajo consigo una divergencia radical con respecto a los métodos tradicionales. Para permitir la fragmentación de las noticias en puntos, Circa desarrolló su propio sistema de gestión de contenidos (CMS), que conectaba estos puntos dentro de historias. Cada punto debía estar vinculado a su fuente, un URL que se mostraba con el punto en la plataforma y que se recolectaba al final de la historia. Para los editores de Circa, actualizar una historia consistía en añadir nueva información como un nuevo punto, encontrar un lugar adecuado para insertarlo y revisar o eliminar puntos desactualizados.
La escritura de los puntos debía ser breve y precisa, caracterizada por el estilo reportero propio de los servicios de noticias, pero con una diferencia importante: como cada punto podía ser mostrado de forma independiente, no podía hacer referencia a otros puntos previamente mencionados dentro de la historia. Esto resultaba en un estilo aún más fragmentado y seco que el de los artículos tradicionales.
Además, los editores debían tomar decisiones sobre el tipo de actualización que merecía una historia. Existen varios niveles de actualización: las "actualizaciones silenciosas", que se realizan sin notificar a los seguidores; las actualizaciones estándar, que sí generan una notificación push; las actualizaciones de gran envergadura, denominadas "pwn" en alusión a la jerga de los videojuegos, que indicaban una reescritura sustancial de la historia; y, finalmente, las "repúblicas", que significaban una nueva publicación de la historia con un titular renovado, reflejando un desarrollo importante que podría interesar a una audiencia más amplia. De este modo, la jerarquía de la importancia de las actualizaciones no dependía de su relevancia aislada, sino del impacto que tuvieran en la narrativa general de la historia. Cada noticia no se percibía como un suceso aislado, sino como una pieza dentro de un relato mayor en evolución.
Además de este sistema de actualizaciones, Circa implementó una organización interna eficiente de las historias mediante el uso de la plataforma Trello. Cada historia se vinculaba a un "ramo principal", un sistema que permitía a los editores ver todas las historias relacionadas con un tema específico y gestionar las actualizaciones de manera eficiente. Esta estructura también permitía a los editores mantener un seguimiento constante de las historias en función del momento en que se debía hacer una nueva revisión.
Es importante que el lector entienda cómo estas innovaciones tecnológicas han cambiado no solo la forma en que las noticias se consumen, sino también cómo se producen y se actualizan. A medida que la atomización de las noticias se intensifica, el periodismo ya no se trata de escribir un artículo completo de principio a fin, sino de gestionar una serie de puntos de información que se van actualizando y reorganizando según los intereses y necesidades de los usuarios.
Este enfoque ha influido profundamente en las expectativas de los usuarios, quienes ahora buscan consumir noticias de manera más fragmentada, adaptada a sus propios ritmos y preferencias, donde la inmediatez y la personalización se han convertido en elementos clave. Además, la integración de notificaciones push como medio para atraer a los usuarios y mantenerlos enganchados es una estrategia que se ha consolidado en muchas aplicaciones de noticias, creando hábitos de consumo de información cada vez más móviles y específicos.
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