Uno de los principales desafíos a la hora de implementar redes de sensores inalámbricos en entornos acuáticos es lidiar con las variaciones que generan tanto las condiciones ambientales como el movimiento del agua. En este sentido, el uso de antenas marinas impermeables ha mostrado ser una solución parcial para mitigar los efectos negativos de las cajas impermeables en las que se alojan los sensores. Sin embargo, la efectividad de estas antenas solo puede evaluarse mediante experimentos prácticos, ya que el grado en que compensan las cajas impermeables depende de diversos factores, como la temperatura ambiente, la humedad y la intensidad de la señal.
Se realizaron una serie de experimentos con diferentes configuraciones para estudiar el comportamiento de las redes de sensores en condiciones variadas. En la primera fase, los nodos de sensores fueron colocados en cajas abiertas, permitiendo la disipación natural del calor y la propagación libre de señales electromagnéticas. En una segunda fase, los nodos fueron sellados en cajas impermeables. En ambos casos, los nodos se autoorganizaban para establecer redes de sensores inalámbricos con múltiples saltos. Los resultados mostraron que el efecto de la disipación de calor proveniente de los componentes electrónicos fue despreciable, pero el calor externo excesivo tuvo un impacto significativo en el rendimiento.
Cuando los experimentos se llevaron a cabo en la mañana temprano, por la tarde o en días nublados, no se observaron diferencias significativas en el rendimiento entre los nodos en cajas abiertas y los sellados. Sin embargo, durante el día, bajo un sol radiante, el rendimiento de las redes de los nodos en cajas abiertas disminuyó considerablemente, alcanzando una pérdida de paquetes de más del 30% y provocando la fragmentación de la red. Por otro lado, las redes con nodos en cajas impermeables mostraron un rendimiento consistente y mejorado en todas las condiciones meteorológicas. Se sospecha que las cajas no solo protegieron los nodos del agua, sino también de las altas temperaturas y la humedad relativa extrema.
No obstante, la calidad de la señal en todas las redes fue considerablemente afectada por el movimiento del agua. Este movimiento no solo exacerbó la fluctuación de la calidad del enlace, sino que también alteró constantemente la topología de las redes, lo que generó retrasos en la transmisión de paquetes, pérdidas y un alto costo de retransmisión. El análisis de la relación entre la intensidad de la señal recibida y las aceleraciones experimentadas por los nodos reveló cómo las fluctuaciones de la señal estaban relacionadas con los movimientos transitorios y localizados de los nodos sobre la superficie del agua.
En cuanto a la arquitectura del sistema, la implementación se basó en la extensión de la arquitectura 6LoWPAN, diseñada para mantener una red completamente conectada a pesar de los desafíos de movilidad y fluctuaciones en la calidad del enlace. Este sistema consta de varios componentes clave: un componente de estimación de calidad de enlace, un componente de adaptación de potencia de transmisión, un modelo de movilidad y un programador de transmisión de paquetes. Estos elementos trabajan en conjunto para adaptar la red a las condiciones cambiantes y evitar la congestión de los protocolos subyacentes, como el MAC y el de enrutamiento.
El modelo de movilidad, por ejemplo, utiliza el Filtro de Kalman para predecir los cambios en la intensidad de la señal recibida (RSSI), lo que permite ajustar dinámicamente los umbrales de potencia de transmisión y mejorar la fiabilidad de la red. A pesar de este enfoque técnico, los resultados prácticos mostraron que la velocidad del movimiento del agua y las características del entorno de despliegue influenciaron de manera significativa el rendimiento de las redes.
Durante una de las pruebas, llevada a cabo en Crandon Beach, en Miami, durante el huracán Idalia de 2023, se observó una fluctuación pronunciada en la calidad de la señal entre nodos vecinos. Los nodos experimentaron fluctuaciones tanto a corto como a largo plazo en la intensidad de la señal, que reflejaban los movimientos transitorios y de traslación de los nodos sobre el agua. Estas fluctuaciones aumentaron considerablemente, lo que llevó a una variabilidad importante en la calidad de la conexión, lo que dificultó la comunicación estable entre los nodos.
Una posible solución para mitigar estas fluctuaciones es la adaptación de la potencia de transmisión. Si bien los radios de los nodos tienen un límite de potencia, este puede ajustarse en incrementos pequeños para adaptarse a los cambios de la señal. Al dividir la variabilidad en la señal en múltiples niveles de potencia, es posible mejorar la estabilidad de la conexión y reducir la pérdida de paquetes.
Lo que se desprende de estos experimentos es que, aunque la tecnología actual permite cierto grado de resiliencia ante los desafíos del entorno acuático, la variabilidad en el comportamiento del agua y las condiciones meteorológicas siguen siendo factores que requieren atención. La solución no solo se encuentra en la tecnología de sensores y antenas, sino también en el diseño de algoritmos que adapten dinámicamente los parámetros de red a los cambios del entorno. La implementación de redes de sensores en ambientes acuáticos, por lo tanto, es una tarea compleja que requiere una planificación cuidadosa, basada en datos experimentales y una continua adaptación a las condiciones cambiantes del entorno.
¿Cómo mejorar la coordinación de nodos en redes de sensores inalámbricos utilizando la cuantificación?
La coordinación entre nodos en redes de sensores inalámbricos es un desafío fundamental cuando se trata de encontrar soluciones óptimas en sistemas distribuidos. Asumir que cada nodo posee conocimiento sobre el diámetro de la red y un nivel común de cuantificación es esencial para facilitar esta coordinación. Esta suposición, expuesta en el algoritmo 2.3, permite que cada nodo determine cuándo otro nodo ha mejorado su estimación de la solución óptima. Además, la comprensión compartida de un nivel de cuantificación común Δ facilita la transmisión de mensajes cuantificados entre nodos, asegurando una comunicación eficiente con una precisión consistente.
El algoritmo 2.3, también conocido como el "descenso de gradiente distribuido con comunicación cuantificada" (QuAGD, por sus siglas en inglés), tiene como objetivo resolver problemas de optimización en redes distribuidas mediante la actualización de estimaciones de soluciones óptimas a través de un proceso iterativo. Este proceso se realiza en cada nodo de la red, donde en cada iteración k, el nodo actualiza su estimación de la solución en dirección opuesta a su gradiente. Luego, se aplica un algoritmo de coordinación cuantificada, el algoritmo 2.3a, que permite a los nodos intercambiar mensajes cuantificados y ajustar sus estimaciones en función de la información recibida de sus vecinos.
El algoritmo de coordinación cuantificada (FAQuA) dentro del algoritmo 2.3a, a su vez, asegura que los nodos puedan computar un promedio cuantificado de las estimaciones de cada nodo de manera eficiente. Este proceso se realiza en tiempo finito mediante el intercambio y procesamiento de mensajes cuantificados, cuya precisión depende del nivel de cuantificación Δ. A lo largo de las iteraciones, se realizan operaciones de consenso, como la determinación de valores máximos y mínimos entre nodos vecinos, lo que garantiza que las estimaciones de la solución converjan a medida que avanza el algoritmo.
Una de las características clave de este enfoque es que, al usar valores cuantificados en lugar de valores exactos, el algoritmo puede operar eficientemente incluso en canales con capacidad limitada o finita. Esto permite que los nodos comuniquen información sin necesidad de intercambiar mensajes de precisión infinita, lo que representa una mejora considerable sobre otros enfoques tradicionales, como el propuesto por Jiang y Charalambous (2022), donde los nodos deben intercambiar valores de precisión infinita.
Sin embargo, es importante destacar que la precisión de la solución óptima está limitada por el nivel de cuantificación Δ. Si el nivel de cuantificación es demasiado grueso, la solución obtenida puede tener un error inaceptable. Por otro lado, un nivel de cuantificación demasiado fino puede resultar en mayores retrasos de comunicación y pérdida de paquetes. Por lo tanto, la selección adecuada de este nivel es crucial para encontrar un balance entre precisión y eficiencia.
El algoritmo 2.3 permite realizar ajustes iterativos en el nivel de cuantificación, basándose en el error observado en las soluciones obtenidas a través de diferentes intervalos de cuantificación. Si el error supera un umbral especificado, se refina el intervalo de cuantificación. Este proceso de ajuste continuo de la cuantificación, a pesar de no garantizar una precisión exacta, permite alcanzar un nivel de precisión deseado mediante una selección adecuada del umbral.
En resumen, el algoritmo 2.3 con comunicación cuantificada representa una poderosa herramienta para la optimización distribuida en redes de sensores inalámbricos. Utilizando valores cuantificados, es posible coordinar nodos de manera eficiente y obtener soluciones aproximadas al problema de optimización sin depender de valores exactos ni de una comunicación de precisión infinita. Además, el ajuste iterativo del nivel de cuantificación brinda flexibilidad para mejorar la precisión de las soluciones sin comprometer demasiado la eficiencia del sistema.
Minimización del Retardo de Detección en Redes de Sensores Energéticamente Autónomas: Un Estudio Comparativo
En este capítulo, exploramos la minimización del retardo de detección en el contexto del cambio más rápido de detección dentro de escenarios descentralizados y distribuidos, donde los sensores individuales recolectan energía de su entorno. La optimización del tiempo de detección es crucial para mejorar el rendimiento general de las redes de sensores inalámbricos (WSN), especialmente cuando las condiciones de energía son limitadas o cuando se utilizan estrategias de cuantificación de la información.
Se propone una estrategia óptima de cuantificación y detección para minimizar el retardo promedio en el caso descentralizado, con información cuantificada a lo largo de un número finito de intervalos de tiempo. La estrategia se basa en el algoritmo de programación dinámica (DP) para los casos de información causal y no causal. El caso no causal proporciona un punto de referencia para el rendimiento en el caso causal, permitiendo una comparación más precisa de los resultados. A través de la derivación de expresiones analíticas para los umbrales óptimos bajo una cantidad fija de bits de cuantificación por intervalo de tiempo, demostramos que el enfoque de cuantificación no uniforme supera significativamente al de cuantificación uniforme cuando se utilizan pocos bits, aunque esta diferencia se reduce conforme aumenta el número de bits de cuantificación.
En el contexto distribuido, el enfoque cambia del análisis del retardo promedio de detección y la distribución de la longitud de la ejecución a un análisis del falso alarma, con una evaluación asintótica de sus expresiones relevantes. Este estudio se enfoca en el caso en que la energía promedio recolectada por los sensores excede un umbral crítico . Los resultados indican que, bajo estas condiciones, el resultado estándar asintótico para un solo sensor sin restricciones de energía se mantiene válido. A partir de aquí, extendemos este resultado al caso distribuido utilizando la teoría de estadísticas de orden.
El avance futuro en este campo incluirá un análisis más profundo de la situación en la que la energía recolectada no es suficiente, es decir, cuando . En este caso, el uso de la teoría de caminatas aleatorias de Markov y la teoría de renovación no lineales pueden proporcionar un marco adecuado para tratar las limitaciones de energía en escenarios de detección rápida. Además, se explorará la extensión de este trabajo a situaciones en las que la detección rápida se aplique en una red de consenso utilizando sensores con capacidad de recolección de energía. Este análisis podría ofrecer valiosas contribuciones para la comprensión de la dinámica de detección en redes complejas y de bajo consumo energético.
Para aplicaciones del mundo real, en una WSN, los sensores pueden tener diferentes capacidades de energía. Algunos sensores pueden recolectar suficiente energía para cumplir con los requisitos de detección, mientras que otros no. Este comportamiento heterogéneo debe ser considerado en los modelos de detección rápida, pues tiene un impacto significativo tanto en el retardo de detección promedio como en la probabilidad de falsas alarmas, especialmente cuando se toman decisiones fusionadas de manera distribuida entre sensores con diferentes niveles de energía.
Además, se podrían realizar investigaciones en el marco Bayesiano para la detección de cambios más rápidos en redes de sensores, considerando la hipótesis de que el punto de cambio es desconocido y sigue una distribución probabilística conocida. También existe la posibilidad de investigar la detección rápida de cambios utilizando el test de razón de verosimilitud generalizada, en la cual los parámetros de la distribución posterior al cambio son desconocidos. En el contexto no paramétrico, la detección de cambios podría extenderse utilizando técnicas de muestreo basadas en ventanas, aunque esto plantea problemas no triviales de formulación del problema de optimización debido a la falta de expresiones cerradas o límites para el peor caso del retardo promedio de detección en estos algoritmos no paramétricos.
Es esencial destacar que el modelo de detección rápida que se discute aquí se basa en la suposición de que los sensores son capaces de recolectar energía de su entorno de manera continua, lo que a menudo no es el caso en escenarios reales, donde la recolección de energía puede ser intermitente y dependiente de factores ambientales como la luz solar, la temperatura o las vibraciones. Por tanto, cualquier extensión de estos modelos debe incorporar estas realidades físicas, lo que podría hacer que los resultados sean más aplicables a sistemas reales de sensores inalámbricos.
¿Por qué el aprendizaje federado es más efectivo que el centralizado en la detección de fugas de agua?
El modelo federado de aprendizaje basado en prototipos (FED-WTA) ha mostrado ser un enfoque prometedor para la detección de fugas de agua en redes de distribución, en comparación con el modelo tradicional centralizado de aprendizaje basado en el ganador-toma-todo (WTA). Este enfoque no solo mejora la precisión y la separación de las clases, sino que también preserva la privacidad de los datos, un factor esencial en aplicaciones críticas como la gestión de infraestructuras de agua.
En términos de análisis de la distribución de las clases, las regiones de Voronoi son una herramienta útil para comprender cómo se agrupan los prototipos en ambos modelos. Al comparar las regiones de Voronoi generadas por el WTA centralizado con las generadas por el modelo federado, se observa una separación más clara y definida en el modelo federado. Este patrón de agrupamiento sugiere que el aprendizaje federado permite una mejor organización de los datos, lo que a su vez puede mejorar la precisión de la detección de anomalías como las fugas de agua.
El modelo federado presenta una ventaja crucial en cuanto a la privacidad: cada estación de bombeo procesa y analiza sus propios datos localmente, sin necesidad de compartir datos sensibles con un servidor centralizado. Esta característica se vuelve particularmente relevante en el contexto de sistemas IoT, donde la protección de la información es fundamental. Así, mientras el modelo centralizado requiere la recopilación de grandes volúmenes de datos de distintas ubicaciones, lo que podría comprometer la seguridad y privacidad de la información, el modelo federado permite a los sistemas trabajar de manera descentralizada y segura.
Además de la separación de clases y la preservación de la privacidad, el modelo federado ha demostrado ser más eficaz en la obtención de tasas de pureza de los clústeres superiores en comparación con el enfoque centralizado. La mejora de la pureza de los clústeres significa que el modelo es más capaz de distinguir entre clases distintas con mayor precisión, lo que resulta en una mejor detección de fugas y una mayor confiabilidad en las alertas generadas.
Es importante mencionar que, aunque este análisis se centra en el algoritmo FED-WTA, los principios aquí descritos pueden extenderse a otros métodos de aprendizaje basado en prototipos. A medida que avanzan las tecnologías y se desarrollan nuevos métodos de aprendizaje automático, la combinación de aprendizaje federado y aprendizaje basado en prototipos puede seguir evolucionando para ofrecer soluciones aún más precisas y escalables.
Por otro lado, una ventaja adicional del aprendizaje federado es su capacidad para adaptarse a entornos cambiantes, como es el caso de las redes de distribución de agua (WDNs), que pueden experimentar variaciones en las condiciones operativas a lo largo del tiempo. Los sistemas federados son inherentemente más flexibles al permitir la actualización de los modelos locales de cada estación de bombeo sin la necesidad de una actualización centralizada, lo que facilita la adaptación a estos cambios dinámicos.
A pesar de estos beneficios, es crucial tener en cuenta que el aprendizaje federado también presenta desafíos, especialmente en lo que respecta a la sincronización de los modelos y la eficiencia en la comunicación entre nodos. Las diferencias en la calidad de los datos locales y la heterogeneidad de las estaciones de bombeo pueden afectar la precisión y la velocidad de convergencia del modelo. Sin embargo, estos obstáculos son temas de investigación activa, y se están desarrollando soluciones para abordar estos problemas.
Además de los avances en la detección de fugas, el uso de modelos federados en redes de distribución de agua tiene el potencial de revolucionar otras áreas de la gestión de infraestructuras críticas, como el monitoreo del consumo de agua y la predicción de fallos en la infraestructura. Con el tiempo, la implementación de tecnologías como el aprendizaje federado podría hacer que las redes de distribución sean más inteligentes, eficientes y seguras, lo que beneficiaría tanto a las autoridades responsables como a los consumidores.
¿Cómo se logra la optimización multiobjetivo en sistemas multiagente?
En el contexto de la optimización multiobjetivo, se busca encontrar un argumento que maximice todos los objetivos simultáneamente. No obstante, esto rara vez es posible, salvo que haya restricciones muy estrictas sobre las funciones objetivo, como cuando todas son idénticas o unidimensionales y monótonas. En situaciones más generales, se producen trade-offs entre los diferentes objetivos para cada valor del argumento. La solución general para este tipo de problemas es el concepto de óptimo de Pareto, que captura estos trade-offs y permite abordar la naturaleza compleja de las decisiones multiagente.
Un vector 𝛽 se considera óptimo de Pareto si no existe otro vector 𝛾 en el conjunto factible que pueda aumentar el valor de algún objetivo sin disminuir simultáneamente el valor de otro objetivo. Esta definición refleja la idea de que, aunque un agente individual podría mejorar su situación alterando su acción, no lo hará porque esa mejora perjudicaría a otro agente. El concepto de óptimo de Pareto, por lo tanto, puede interpretarse como un equilibrio cooperativo, en el que todos los agentes actúan en beneficio del grupo entero, aunque algunos puedan salir beneficiados más que otros.
El conjunto de todas las soluciones óptimas de Pareto se denomina frontera de Pareto y es un conjunto de vectores que satisface la condición de Pareto: no hay vectores que puedan mejorar en un objetivo sin empeorar en otro. Esta frontera captura todas las posibles soluciones que optimizan el conjunto de objetivos de manera que no se pueda mejorar en uno sin sacrificar a otro.
La frontera de Pareto no es única; es un conjunto de soluciones que varían dependiendo de la forma de los objetivos y de las relaciones entre los agentes. Por ejemplo, si un agente decide cambiar su acción, siempre que no perjudique a los demás agentes, se puede conseguir una mejora en el bienestar colectivo. Este concepto de Pareto-optimalidad es particularmente relevante en sistemas multiagente, donde el comportamiento de cada agente puede influir en el bienestar global del sistema.
Para obtener soluciones óptimas de Pareto, a menudo se utiliza la combinación lineal de las funciones objetivo bajo ciertas restricciones. Si las funciones objetivo son cóncavas, la optimización se convierte en un problema sencillo de optimización de un único objetivo, lo que se puede resolver de manera eficiente. Esta propiedad hace que la optimización de Pareto sea especialmente aplicable en sistemas complejos donde los agentes deben coordinarse de manera eficiente para maximizar el bienestar colectivo sin perjudicar a los demás.
En el caso de la optimización multiobjetivo inversa, el desafío es reconstruir las funciones de utilidad que podrían haber generado un conjunto de salidas observadas en un sistema multiagente. Este tipo de problemas son más complejos, ya que no solo se trata de encontrar una función que explique el comportamiento observado, sino que se debe garantizar que las funciones de utilidad reconstruidas sean consistentes con las decisiones óptimas de Pareto en diferentes puntos en el tiempo. Esto implica que las decisiones tomadas por los agentes deben ser óptimas tanto a nivel individual como colectivo, y deben mantenerse coherentes en todas las observaciones realizadas a lo largo del tiempo.
En este contexto, la optimización inversa multiobjetivo permite detectar si un conjunto de salidas de un sistema multiagente puede ser racionalizado bajo un conjunto de funciones de utilidad. Es un proceso que involucra la observación de las decisiones tomadas por los agentes a lo largo del tiempo y la reconstrucción de las funciones de utilidad que podrían haber guiado esas decisiones. Este enfoque es útil para entender cómo los sistemas multiagente toman decisiones y para diseñar algoritmos que puedan predecir o incluso influir en el comportamiento futuro de los agentes.
Además de las herramientas matemáticas necesarias para abordar este tipo de problemas, es importante comprender que la naturaleza de los sistemas multiagente introduce una capa de complejidad adicional. Los agentes no actúan de manera independiente, sino que sus decisiones afectan y son afectadas por las decisiones de otros agentes. Esto genera interacciones y dependencias que deben ser modeladas y comprendidas correctamente para lograr una optimización efectiva y sostenible. La cooperación y la competencia son dos fuerzas fundamentales en la dinámica de estos sistemas, y encontrar el equilibrio adecuado entre ambas es clave para diseñar soluciones que sean tanto eficientes como justas en términos de bienestar colectivo.
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