A menudo, las personas agregan su fecha de nacimiento a su alias, lo cual no es recomendable, ya que se trata de información personal sensible para muchos proveedores de servicios, como compañías de telefonía móvil y bancos. Exponer este dato en tu dirección de correo electrónico puede ser riesgoso. Sin embargo, las direcciones de Gmail tienen una particularidad que puede ser útil: puedes añadir uno o más puntos en cualquier lugar de tu alias, y los correos enviados a estas direcciones aún llegarán a tu bandeja de entrada. Por ejemplo, si tu dirección de correo es [email protected], los correos enviados a [email protected] o [email protected] también llegarán a tu bandeja de entrada. Esta funcionalidad resulta útil porque al reservar un alias, nadie más puede reservar una versión con puntos del mismo alias, evitando posibles errores de direccionamiento de correos electrónicos.
Una vez que inicias sesión con tu correo electrónico y contraseña, verás la vista predeterminada de tu bandeja de entrada. En esta vista, podrás observar el nombre del remitente, el asunto y la fecha y hora del correo. Los correos que ya has leído aparecen con un tono o fondo diferente en comparación con los correos no leídos. Puedes hacer clic en la fila del correo para abrirlo y leerlo. Además, verás una estructura de carpetas y etiquetas, y puedes hacer clic en una carpeta o etiqueta para ver todos los correos asociados a ella. La bandeja de entrada es el lugar donde todos los correos nuevos llegan, mientras que las carpetas funcionan como directorios en una computadora y las etiquetas son como notas adhesivas que puedes adjuntar a los correos.
El número entre corchetes que aparece junto a cada nombre de carpeta o etiqueta indica la cantidad de correos no leídos asociados a ella. Desde tu bandeja de entrada, también puedes seleccionar varios correos y realizar acciones en masa sobre ellos. Esta función es útil para realizar tareas que se aplican a varios correos al mismo tiempo.
Los correos electrónicos se organizan mediante carpetas y etiquetas. Las carpetas son una característica estándar en la mayoría de los proveedores de correo electrónico, mientras que las etiquetas son soportadas por algunos proveedores. Gmail maneja las carpetas y etiquetas de manera diferente, lo cual es importante comprender. Primero, expliquemos qué son las carpetas. Al igual que los archivos en un disco duro, los correos electrónicos pueden organizarse en carpetas. Cada correo electrónico puede estar solo en una carpeta, y puedes mover los correos entre ellas. Algunos proveedores de correo crean carpetas del sistema que están predefinidas, pero también puedes crear nuevas carpetas según lo necesites.
Algunas carpetas del sistema que Gmail utiliza incluyen:
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Bandeja de entrada: Es la carpeta predeterminada donde llegan todos los correos nuevos.
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Enviados: Aquí se almacenan todos los correos que has enviado.
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Borradores: Los correos en los que estás trabajando pero aún no has enviado se guardan aquí.
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Bandeja de salida: Es un almacenamiento temporal para los correos enviados, que aún no han sido procesados por el servidor de correo.
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Papelera: Los correos eliminados de cualquier carpeta se encuentran aquí, y pueden recuperarse mientras no hayan sido vaciados permanentemente.
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Spam: Los correos sospechosos de ser no deseados o peligrosos se clasifican en esta carpeta. El sistema vacía esta carpeta periódicamente.
Gmail, sin embargo, no utiliza carpetas tradicionales. En su lugar, emplea etiquetas para realizar la misma función que las carpetas. Esto significa que todos tus correos están en el mismo almacenamiento y se clasifican mediante etiquetas. Existen dos tipos de etiquetas:
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Etiquetas del sistema: Estas son creadas y utilizadas por el sistema de Gmail, y no pueden ser modificadas ni eliminadas por el usuario. Ejemplos de etiquetas del sistema son "Bandeja de entrada", "Enviados", "Borradores" y "Spam".
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Etiquetas definidas por el usuario: Estas etiquetas son creadas por el usuario para categorizar correos electrónicos de acuerdo con sus necesidades. Un correo puede tener varias etiquetas y todas se muestran en el panel izquierdo. Al hacer clic sobre una etiqueta, verás todos los correos asociados a ella en el panel derecho.
Para crear una etiqueta desde la interfaz web de Gmail, debes desplazarte hacia abajo en el panel izquierdo y hacer clic en "Crear nueva etiqueta". Sin embargo, en la aplicación móvil de Gmail, aún no es posible crear nuevas etiquetas, aunque sí puedes usarlas una vez creadas en la interfaz web. Además, la aplicación móvil de Gmail permite tener reglas de sincronización y notificación específicas para cada etiqueta, aunque esto es un tema avanzado que no se abordará en este texto.
Gmail también introduce el concepto de categorías para ayudar a organizar la bandeja de entrada. Las categorías permiten clasificar automáticamente los correos en función de su naturaleza (Primaria, Social, Promociones, Actualizaciones, etc.), lo que facilita la gestión de la bandeja de entrada. Si las categorías están habilitadas, verás una vista de pestañas, lo que te permitirá revisar correos en la categoría Primaria o Actualizaciones más rápidamente que si tuvieras que revisar todo el contenido en una sola lista. Sin embargo, a diferencia de las etiquetas, no puedes añadir categorías personalizadas, solo elegir entre las categorías predeterminadas de Gmail. Si no te gusta la vista fragmentada, puedes desactivar algunas o todas las categorías, y esto hará que los correos lleguen a una única bandeja de entrada sin separar por pestañas.
Es importante destacar que las categorías de Gmail no solo se utilizan para organizar los correos en tu bandeja de entrada, sino también para mantener tu flujo de trabajo eficiente, especialmente cuando manejas un volumen elevado de correos. La integración de las categorías con las etiquetas también te permitirá organizar de manera más precisa y sencilla, a medida que vayas adaptando las herramientas a tu propio estilo de trabajo.
¿Cómo se gestionan los pagos y el seguimiento de pedidos en el comercio electrónico?
En el proceso de compra en línea, la verificación de la transacción es un paso crucial que asegura que el pago realizado sea legítimo y seguro. En muchas plataformas de comercio electrónico, el CVV se ingresa en la página de pago, mientras que el OTP (One Time Password) se verifica después de hacer clic en el botón de “Realizar pedido” en la página de resumen de la compra. Este tipo de verificación es común para tarjetas de crédito y débito. Sin embargo, en algunos casos, el proceso de autorización puede requerir que el usuario se autentique a través de su cuenta bancaria en línea o por medio de una aplicación de pago como UPI, donde debe ingresar su mPIN para autorizar el pago.
Existen diferentes métodos de pago que los usuarios pueden elegir al realizar compras en línea. Además de los pagos digitales, muchos sitios de comercio electrónico también permiten el pago en efectivo al momento de la entrega, una modalidad conocida como "pago contra entrega" (COD, por sus siglas en inglés). En este caso, el cliente no necesita autorizar el pago en línea, ya que el pago se efectúa en el momento de la entrega física del producto.
Una vez que el pago ha sido autorizado, la plataforma procesa la transacción y, en la mayoría de los casos, el usuario es redirigido a una página de confirmación del pedido, donde se muestra el número de la orden y el estado de la misma. Si el pago fue exitoso, la página indica que el pedido ha sido realizado o confirmado. Sin embargo, si el pago falla, el estado de la orden se muestra como "fallido" y el usuario puede intentar nuevamente realizar el pago desde la página de detalles del pedido.
En el comercio electrónico, existen varios modelos que combinan la forma en que se realiza el pedido, el pago y la entrega. Por ejemplo, los sitios que venden productos físicos generalmente siguen el modelo en línea para el pedido y pago, con la entrega del producto en formato físico. Sin embargo, los sitios que venden productos digitales, como libros electrónicos o suscripciones a servicios, siguen un modelo en línea tanto para el pedido como para la entrega. Además, en algunos casos, los métodos de pago offline, como el pago mediante cheques o transferencias bancarias físicas, también son posibles, aunque la activación del servicio o la entrega del producto depende de la verificación del pago fuera de línea.
Existen también modelos híbridos, como aquellos en los que los pagos se realizan en línea pero la entrega del producto o servicio ocurre de manera offline. Un ejemplo claro de esto son las compras que se hacen en sitios de comercio electrónico utilizando el pago COD. Otro modelo interesante es el de los servicios y membresías en línea que requieren trámites físicos antes de poder activar el acceso a contenido digital, como ocurre en algunas membresías comerciales o recursos de soporte para programas de capacitación offline.
Cuando se realiza un pedido, siempre existen acciones que se pueden tomar después de la compra, muchas de las cuales están disponibles desde la página de detalles de la orden. Si el pago no fue exitoso, el pedido pasa al estado de "pendiente" y el cliente puede intentar nuevamente el pago desde esa misma página. Además, una vez que el pago es procesado y la entrega está en camino, se puede hacer un seguimiento del pedido. Las plataformas suelen proporcionar información detallada sobre el estado del envío, incluyendo la fecha estimada de entrega y otros datos relevantes. Esto permite al cliente estar al tanto del progreso de su compra y recibir actualizaciones en tiempo real.
En cuanto a las devoluciones y cambios de productos, en el comercio electrónico también existen políticas similares a las de las tiendas físicas. Los usuarios pueden solicitar el cambio o la devolución de productos, y en muchos casos, las plataformas gestionan la recogida del artículo directamente desde la dirección del cliente. Posteriormente, si el producto es recibido en buen estado en el almacén, se puede enviar un reemplazo o se procederá al reembolso del monto pagado.
Una característica clave en el comercio electrónico es la capacidad de rastrear el estado de los envíos. Las empresas de mensajería y los servicios postales permiten a los clientes seguir en tiempo real el movimiento de sus paquetes, desde la recogida hasta la entrega. Esta capacidad no solo beneficia a los usuarios, que pueden verificar el estado de sus pedidos en cualquier momento, sino que también facilita el proceso para las empresas, reduciendo el costo y el esfuerzo asociados con la atención al cliente para consultas rutinarias sobre el estado de los envíos. El rastreo de paquetes también se utiliza en otros contextos, como en el envío de documentos importantes por parte de los bancos, lo que garantiza que el cliente esté informado sobre la llegada de documentos que requieren su firma o presentación de una prueba de identidad.
Es fundamental que los usuarios comprendan que los modelos de comercio electrónico y las metodologías de pago varían dependiendo de las plataformas y los productos adquiridos. En algunos casos, es necesario tener en cuenta las políticas específicas de cada sitio, como los plazos de entrega o las condiciones de devolución. Además, en muchos países, las regulaciones en torno a los pagos en línea y las devoluciones están sujetas a cambios, por lo que es importante estar informado sobre las normativas locales que pueden afectar el proceso de compra y pago.

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