Los materiales semiconductores bidimensionales (2D-SCMs), como el MoS2, MoSe2, WS2 y WSe2, presentan interacciones fuertes entre la luz y la materia, lo que les permite absorber una cantidad significativa de luz en el rango visible. Estos materiales, al ser bidimensionales, exhiben efectos cuánticos únicos, como la confinación cuántica, lo que resulta en una energía de excitón excepcionalmente alta en comparación con los semiconductores inorgánicos tradicionales. Se ha demostrado que los excitones en los TMDs (dichos materiales de transición metálica) tienen energías de enlace que varían entre 0,3 y 1,0 eV, lo que les confiere propiedades ópticas notables.

El comportamiento óptico de los 2D-SCMs cambia sustancialmente con su grosor, lo que afecta directamente su estructura de bandas, pasando de un material grueso a un monocapa, lo que genera variaciones en sus propiedades de emisión fotoluminiscente. Un estudio sobre MoS2 demostró que la interacción con oxígeno y agua puede modificar las propiedades de fotoluminiscencia de este material, intensificando la emisión en monocapas mediante la adsorción de dopantes de tipo p. Además, la aplicación de una pequeña presión externa puede modificar las estructuras de bandas de estos materiales, permitiendo un ajuste fino de su banda prohibida en hasta 100 meV con solo un 1% de presión externa.

La fotoluminiscencia también muestra una tendencia a disminuir con el número de capas, como se observa en WS2, donde las capas más gruesas presentan menor intensidad fotoluminiscente. Los bordes de estos materiales, por otro lado, a menudo muestran una emisión más fuerte que las partes centrales de la capa. Esto puede ser explicado en parte por los defectos que tienden a mejorar la fotoluminiscencia en estos materiales.

En cuanto a las propiedades ópticas no lineales, los TMDs, debido a su estructura única, presentan un fenómeno conocido como absorción óptica no lineal, que varía en función de la intensidad de la luz incidente. Esto es crucial para el desarrollo de dispositivos fotónicos como limitadores ópticos, interruptores ópticos y moduladores. Los materiales como el WS2 y MoS2 muestran propiedades de absorción de dos fotones, lo que refuerza su aplicabilidad en futuras tecnologías ópticas. En WS2, por ejemplo, se observa saturación en la absorción de dos fotones después de tres capas.

Los fotodetectores, dispositivos que convierten la luz en una señal eléctrica, son otro campo donde los 2D-SCMs muestran un enorme potencial. El efecto fotoeléctrico interno, en el que un fotón de suficiente energía promueve un electrón al nivel de conducción, es clave en estos dispositivos. La eficiencia cuántica de un fotodetector depende de la relación entre los electrones emitidos y los fotones incidentes. La capacidad de estos materiales para absorber y emitir fotones a través de transiciones interbandas, combinada con su alta movilidad de portadores, los hace ideales para aplicaciones en dispositivos optoelectrónicos. La formación de heteroestructuras en los 2D-SCMs puede mejorar aún más estas propiedades.

En el caso de los materiales láser, que requieren propiedades ópticas no lineales, los 2D-SCMs surgen como una alternativa prometedora a los nanotubos de carbono, conocidos previamente por sus aptitudes para este tipo de aplicaciones. Los materiales como los TMDs cumplen con los requisitos esenciales, como una alta linealidad, tiempos de respuesta rápidos y bajo consumo energético, pero con una mejora importante en las profundidades de modulación, lo que los hace más eficientes en comparación con otras opciones previas.

Un fenómeno crucial en los 2D-SCMs es el efecto de la deformación. Al aplicar una tensión homogénea sobre estos materiales, es posible modificar su banda prohibida, lo que cambia directamente sus propiedades ópticas y la energía de excitón. Esto ha sido estudiado en materiales como el fósforo negro, donde la deformación tensil genera un aumento de la energía de excitón. De manera similar, los materiales como el siliceno y el germaneno presentan estructuras de bandas que pueden ser ajustadas mediante tensión homogénea, lo que es esencial para aplicaciones en dispositivos optoelectrónicos. La tensión no homogénea, en particular, puede inducir cambios espaciales continuos en la estructura de bandas, lo que abre la posibilidad de diseñar estructuras innovadoras como embudos solares que optimizan la captación de energía solar a lo largo de un amplio rango espectral.

Además de estas propiedades ópticas, los 2D-SCMs muestran excelentes características eléctricas que los hacen aptos para su uso en dispositivos electrónicos de alta velocidad. La movilidad de los portadores de carga en estos materiales bidimensionales es considerablemente superior a la de sus contrapartes en forma gruesa, lo que los convierte en opciones ideales para transistores de efecto de campo (FETs), donde el control del flujo de corriente mediante un campo eléctrico es fundamental. La movilidad de los portadores de carga, sin embargo, es sensible a los defectos e impurezas que pueden introducirse en las interfaces de los materiales, lo que plantea un desafío para su implementación a gran escala.

El uso de estas propiedades en dispositivos electrónicos y optoelectrónicos está abriendo nuevas posibilidades tecnológicas. Los 2D-SCMs permiten diseños novedosos que mejoran el rendimiento de dispositivos como fotodetectores, láseres y transistores, con una eficiencia energética significativamente superior a los materiales convencionales. La capacidad de controlar sus propiedades mediante deformación o dopaje, así como su interacción única con la luz, les otorgan una ventaja significativa en el desarrollo de tecnologías emergentes en la electrónica y fotónica.

¿Cómo la Ingeniería de Interfaz y la Movilidad Afectan el Rendimiento de los Dispositivos Electrónicos Basados en Materiales Semiconductores 2D?

En la investigación actual sobre materiales semiconductores 2D, los avances en la manipulación de la interfaz y los mecanismos de movilidad juegan un papel crucial en el desarrollo de dispositivos electrónicos y fotónicos de alto rendimiento. La interacción de los electrones con los fonones, los defectos en los materiales y las modificaciones en las interfaces son factores determinantes para la eficiencia de estos materiales. A continuación, se exploran varias áreas fundamentales en este campo de estudio.

La dispersión intrínseca entre electrones y fonones es un mecanismo esencial que afecta tanto las características térmicas como eléctricas de los materiales. La comprensión profunda de la interacción entre estos dos componentes es vital para optimizar el transporte de carga y mejorar la eficiencia de los dispositivos electrónicos. Los estudios realizados sobre materiales como MoAlB, los haluros metálicos perovskitas, los heteroestructurados de grafeno y los materiales 2D de carbono han aportado valiosas perspectivas sobre el comportamiento de la movilidad de los portadores de carga. Estos incluyen fenómenos como la limitación de la movilidad por fonones y la interacción de los electrones con fonones flexurales, la cual se puede ajustar mediante presión o la mediación de cesio.

Otro aspecto relevante es el estudio de los foto-fonones, particularmente en superficies de semiconductores 2D de óxidos. Estos fenómenos tienen implicaciones directas sobre cómo la luz interactúa con los materiales semiconductores, lo que a su vez afecta sus propiedades electrónicas y ópticas. A medida que se profundiza en la comprensión de estos comportamientos, se abre un campo prometedor para mejorar los dispositivos basados en materiales semiconductores 2D para aplicaciones fotónicas.

El efecto de la dispersión heterogénea de Coulomb también ha sido extensamente investigado. Este fenómeno se manifiesta en sistemas tan diversos como los multiferroicos moleculares, los geles, los absorbentes de ondas electromagnéticas y los electrolitos. La influencia de las interacciones coulómbicas sobre el acoplamiento magnetoeléctrico, la conductividad protónica, y la absorción de ondas electromagnéticas es de gran importancia, ya que facilita la creación de materiales con propiedades personalizadas. La optimización de estos efectos es fundamental para desarrollar materiales avanzados con características eléctricas y magnéticas controladas.

En los materiales semiconductores 2D, la ingeniería de interfaces ha recibido una atención significativa debido a su capacidad para ajustar el rendimiento electrónico y fotónico de estos materiales. Se ha demostrado que la manipulación de la tensión mecánica aplicada a estos materiales puede influir considerablemente en sus propiedades. Esto incluye la mejora de la conductividad y la creación de heteroestructuras que integran materiales 2D con semiconductores de amplio ancho de banda. La fabricación de polímeros 2D semiconductores basados en iminas ha demostrado ser prometedora, ya que estas estructuras presentan movilidad de huecos notable, lo que las hace útiles para aplicaciones optoelectrónicas.

Los modelos de movilidad en materiales semiconductores orgánicos, incluidos los cristales líquidos discóticos, también juegan un papel clave en el avance de los dispositivos electrónicos. Estos modelos permiten comprender mejor los mecanismos de transporte de carga y han sido fundamentales en la mejora de la movilidad de los portadores en aplicaciones electrónicas orgánicas. Además, los métodos para cuantificar la movilidad de carga en estos materiales orgánicos continúan evolucionando, lo que facilita la creación de dispositivos más eficientes.

Por último, los contactos eléctricos y el dopaje de los semiconductores 2D son factores críticos para el rendimiento de estos dispositivos. La ingeniería de los contactos, la manipulación de impurezas en las interfaces y el control del dopaje son esenciales para mejorar la movilidad de los portadores de carga y, por ende, la eficiencia general del dispositivo.

Para los lectores interesados en este campo, es importante entender no solo las interacciones intrínsecas entre los electrones, fonones y defectos, sino también cómo la manipulación de estas interacciones puede abrir nuevas posibilidades en la fabricación de dispositivos electrónicos avanzados. Las estrategias como el ajuste de la tensión mecánica, la mejora de las interfaces y el control preciso de las características de dopaje y contacto son claves para mejorar la eficiencia de los dispositivos electrónicos basados en materiales semiconductores 2D. Además, la exploración de heteroestructuras y la integración de estos materiales con otros tipos de semiconductores de amplio ancho de banda tienen un gran potencial para aplicaciones optoelectrónicas futuras.